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jueves, 11 de septiembre de 2014

el canancol.(creencia maya)



Cuénteme, don Nico: ¿por qué pone ese muñeco con esa piedra en la mano en medio de su milpa?, pregunté un día a un ancianito agricultor.
Su cara se animó con una sonrisa de niño, en tanto que me contestaba: Sé que usted no cree, pero le diré: soy pobre, muy pobre y no tengo quien me ayude a cuidar la milpa, pues casi siempre cuando llega la cosecha, me roban el fruto de mis esfuerzos. Este muñeco que ve no es un muñeco común; es algo más; cuando llega la noche toma fuerzas y ronda por todo el sembrado; es mi sirviente… Se llama Canancol y es parte mía, pues lleva mi sangre. El sólo me obedece a mí… soy su amo.
Don Nico siguió diciendo: Después de la quema de la milpa se trazan en ella dos diagonales para señalar el centro; se orienta la milpa del lado de Lakín (Oriente) y la entrada queda en esa dirección. Terminado esto, que siempre tiene que hacerlo un men (hechicero) se toma la cera necesaria de nueve colmenas, el tanto justo para recubrir el canancol, que tendrá un tamaño relacionado con la extensión de la milpa. Después de fabricado el muñeco, se le colocan los ojos, que son dos frijoles; sus dientes son maíces y sus uñas, ibes (frijoles blancos); se viste con holoch (brácteas que cubren las mazorcas).


El canancol estará sentado sobre nueve trozos de yuca. Cada vez que el brujo ponga uno de aquellos órganos al muñeco, llamará a los cuatro vientos buenos y les rogará que sean benévolos con (aquí se dice el nombre del amo de la milpa), y le dirá, además, que es lo único con que cuenta para alimentar a sus hijos. Terminado el rito, el muñeco es ensalmado con hierbas y presentado al dios Sol y dado en ofrenda al dios de la lluvia; se queman hierbas de olor y anís y se mantiene el fuego sagrado por espacio de una hora; mientras tanto, el brujo reparte entre los concurrentes balché, que es un aguardiente muy embriagante, con el fin de que los humanos no se den cuenta de la bajada de los dioses a la tierra. Esta es cosa que sólo el men ve.
La ceremonia debe llevarse a efecto cuando el sol está en el medio cielo. Al llegar esta hora, el brujo da una cortada al dedo meñique del amo de la milpa, la exprime y deja caer nueve gotas de sangre en un agujero practicado en la mano derecha del muñeco, agujero que llega hasta el codo.
El men cierra el orificio de la mano del muñeco, y con voz imperativa y gesticulando a más no poder, dice a éste: Hoy comienza tu vida. Este (señalando al dueño), es tu señor y amo. Obediencia, canancol, obediencia… Que los dioses te castigarán si no cumples. Esta milpa es tuya. Debes castigar al intruso y al ladrón. Aquí está tu arma. Y en el acto coloca en la mano derecha del muñeco una piedra.
Durante la quema y el crecimiento de la milpa el canancol está cubierto con palmas de huano; pero cuando el fruto comienza a despuntar, se descubre… y cuenta la gente sencilla que el travieso o ladrón que trate de robar recibe pedradas mortales. Es por lo que en las milpas donde hay canancoles nunca roban nada.


Es tan firme esta creencia, que si por aquella época y lugar se encuentra herido algún animal, se culpa al canancol.
El dueño, al llegar a la milpa, toma sus precauciones y antes de entrar le silba tres veces, señal convenida; despacio se aproxima al muñeco y le quita la piedra de la mano; trabaja todo el día, y al caer la noche, vuelve a colocar la piedra en la mano del canancol, y al salir silba de nuevo. Cuando cae la noche, el canancol recorre el sembrado y hay quien asegura que para entretenerse, silba como el venado.
Después de la cosecha se hace un hanincol (comida de milpa) en honor del canancol; terminada la ceremonia se derrite el muñeco y la cera se utiliza para hacer velas, que se queman ya en el altar pagano, ya en el altar cristiano.
Y calló el viejecito después de haber hablado con acento de creyente perfecto
.
Leyenda tomada del libro “El alma de Campeche en la leyenda maya” de Elsie Encarnación Medina E.

miércoles, 20 de agosto de 2014

Hallan una ciudad maya oculta en la selva


 El sitio arqueológico, situado en el Estado mexicano de      Campeche, al sureste del país, consta de tres complejos    monumentales de unos 1.400 años de antigüedad


Se encontró que las antiguas ruinas de piedra durante una expedición dirigida por el arqueólogo esloveno Ivan Sprajc.
Muro de una estructura en el complejo sureste, que se ha conservado entre la espesura selvática. 


Mexico vive, a través del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), una era dorada de la arqueología. Los descubrimientos relacionados con la cultura maya, propia de Mesoamérica, se suceden ininterrumpidamente. El Proyecto de Reconocimiento Arqueológico en el Sureste de Campeche, que arrancó en 1996 en este territorio situado al oeste de la península de Yucatán, ha detectado ya unos 80 sitios arqueológicos. El último, uno de los sitios más extensos de las tierras bajas centrales, que ha sido bautizado como Chactún, ha permanecido oculto en la selva durante siglos, al norte de la Reserva de la Biosfera de Calakmul, un paraje en el que habitan el jaguar y varios centenares de especies de mariposas. El hallazgo, que ha sido posible gracias a la fotografía aérea de gran escala, ha sido realizado a principios de junio, según ha anunciado el INAH, que ha secundado la expedición, financiada por la National Geographic Society y las empresas Villas y Ars Longa.

El arqueólogo Ivan Šprajc, director de la expedición arqueológica, examina un muro que se ha conservado en Chactún.

Chactún es una antigua ciudad maya que nunca había sido descrita, ni por el arqueólogo norteamericano Karl Ruppert (1895-1960), que exploró la región en los años treinta, ni por otras expediciones científicas. El paraje había sido frecuentado por los chicleros, que extraen una goma de mascar orgánica del chicozapote o árbol del chicle, y madereros de la región, pero la zona se volvió a cubrir de maleza cuando fue declarada parte de la Reserva de la Biosfera, en 1989. Para llegar al campamento donde pernocta el equipo de arqueólogos, dirigido por Ivan Šprajc, es necesario internarse durante casi dos horas en la selva mediana, según explica el INAH. El camino sólo se puede recorrer con una camioneta de doble tracción y hay que detenerse continuamente para cortar a machete la vegetación que bloquea el antiguo sendero.

El sitio arqueológico comprende tres complejos monumentales que suman más de 22 hectáreas, aunque se cree que hace unos 1.400 años, entre los años 600 y 900 d.C., la urbe debió ser el centro rector de un área superior a los 3.000 kilómetros cuadrados, ubicada entre las regiones de Río Bec y Chenes, un espacio que ha permanecido como «un blanco total en el mapa arqueológico del área maya», según palabras de Ivan Šprajc. En estos espacios aparecen dispersas numerosas estructuras de tipo piramidal y palaciego, dos canchas de juego de pelota, patios, plazas, monumentos esculpidos y áreas habitacionales.
Se cree que la urbe fue centro rector de una vasta región hace mil 400 años, entre el 600 y 900 d.C.

 La pirámide más alta mide 23 metros de altura. Chactún destaca, sobre todo, por la gran cantidad de altares y estelas, varias de ellas con huellas de haber sido reutilizadas, que combinan inscripciones grabadas con otras en estuco pintado, una característica poco común en este tipo de monumentos. «Según la interpretación epigráfica, la misma inscripción en la estela dice que esta piedra fue clavada por el gobernante K'inich B'alam en tal fecha, que corresponde al año 751, y ahí se menciona que fue clavada la Piedra Roja o Piedra Grande, Chactún, que da nombre al sitio», dice Šprajc.

fuente/inah/national geografic

miércoles, 27 de noviembre de 2013

Video OVNI en Campeche, Fuerza aérea México 2003

Video Fuerza aérea México En un vuelo sobre Campeche el pasado 5 de marzo de 2004, un avión militar logra grabar 11 OVNIS; la SEDENA (Secretaría de defensa nacional de México) no tiene ninguna explicación del avistamiento.



 En este video se observa un vuelo de reconocimiento para interceptar aeronaves que ingresan a territorio nacional con droga.Los pilotos sobrevuelan el estado de Campeche, de pronto, el radar de la aeronave C-26 A de la Fuerza Aérea Mexicana detectó un blanco. 
Esta es la conversación de los pilotos: 


- "¿Juárez qué es?..." - "Un punto, ahí está, está exactamente atrás de nosotros, es correcto, ahora está a las siete de nuestra posición con 10.5 millas, llevar rumbo 8, 2, 3 y 334 de velocidad.
 El comandante del vuelo ordenó al operador de la cámara infrarroja que localizara el blanco detectado por el radar: "A la misma altura, allí hay unas nubes, ahí se debe de ver, a ver busquen, eso que viene a tras de nosotros, ve cómo se ve, viene como a las 7, 8 de la posición. Lo raro es que trae una punta adelante." La cámara infrarroja detectó otros objetos que en el radar no aparecieron.

 -"Ahí van, mire uno, dos, tres, a la misma altura, cinco, seis, siete, hay güey, a la misma altura, son ocho, que barbaridad... He ahí se van a ver bien y van a una velocidad pero uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho en la pantalla." -"Síguelos pero no los pierdas... ¿Están a la misma altura Téllez?" -"Afirmativo, poquito arriba 8, 9, 10, 11, contando toda la cola... No sabemos que estamos viendo, son unos objetos luminosos que vienen a la misma altura que nosotros pero no podemos saber la distancia." De acuerdo con los pilotos los objetos los siguieron por varios minutos: "-Los tenemos adelante, en medio y a las ocho..." -"A cabrón, pónganse los cinturones de seguridad..." -"No me espante..." -"Chequen por la ventanilla, tenemos a las ocho y nueve..." -¿Qué nos tienen rodeados?... -No sé... "Nunca pudimos identificarlos visualmente a simple vista nunca", dijo Magdaleno Castañón Muñoz, uno de los oficiales presente ese cinco de marzo. El radar indicó que los objetos realizaron drásticos cambios de rumbo. "Las velocidades podían estar, no sé de 60 nudos e incrementándose a 120, 220 o 300 nudos, cosa que jamás había visto", señaló Germán Marín, teniente, operador de radar infrarrojo". Es decir, los objetos registraron en cuestión de segundos incrementos de velocidad de 180 hasta 540 kilómetros por hora. La Secretaría de Defensa Nacional no tiene una explicación para lo ocurrido el pasado 5 de marzo. La tripulación del avión C-26 A de la Fuerza Aérea Mexicana fue interrogado sobre el avistamiento. No se encontró daño alguno en el equipo que detectó y grabó los 11 objetos.
VIDEO:
                     
video completo.