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lunes, 23 de febrero de 2015

EL OVNI DE NUEVA YORK (1958)




Una noche de enero de 1958, una señora, cuyo nombre no estoy
autorizado a publicar, iba en automóvil por la autopista del Estado
de Nueva York. Se hallaba en las cercanías de las cataratas del
Niágara, en medio de una violenta ventisca. La hora exacta era
la 1,30 de la madrugada. La señora en cuestión iba a visitar a su
hijo, que se hallaba cumpliendo el servicio militar, y conducía con
mucho cuidado, buscando una salida de la autopista, pues creía
que ésta estaba cerrada más adelante. La visibilidad era pésima.




Por lo tanto, apenas pudo pensar cuando vio de pronto lo que
de momento tomó por un avión que se hubiese estrellado en el
Era visible una forma de gran tamaño, y una delgada varilla
que por lo menos medía quince metros de altura aparecía iluminada
y se iba acortando, como si se hundiese en el suelo.
Mi motor aminoró sus revoluciones y cuando me acerqué, el
automóvil terminó por pararse completamente. El pánico se
apoderó de mí y me esforcé desesperadamente por ponerlo en
marcha, pues, además, me había quedado sin luces.
Mi primer pensamiento fue apearme para ver qué pasaba,
pero vi de pronto alzarse dos formas junto a la fina varilla, que
seguía acortándose. Se hallaban suspendidas, pero se movían a
su alrededor. Parecían animales con cuatro patas y un rabo,
pero con dos antenas delanteras bajo la cabeza, como si fuesen
brazos. Entonces, antes de que pudiera tomar aliento, los
extraños seres desaparecieron, el voluminoso objeto se elevó y
comprendí entonces que era un platillo. Giró y zumbó a unos
tres metros de altura, para ascender después y perderse de
vista.
Los faros volvieron de pronto a encenderse. Giré la llave de
contacto y el motor se puso en marcha. Me acerqué hasta aquel
sitio, salí del coche con una linterna y me dirigí al lugar donde
el objeto había estado posado. En la nieve había un orificio de
algo más de un palmo de diámetro, por el que se veía la hierba.
Noté que ésta estaba caliente, pero no se había desenterrado
nada a su alrededor.

fragmento de: 
pasaporte a magonia/jacques vallee
(el retorno de los humanoides)

sábado, 27 de diciembre de 2014

LA VERDAD SOBRE EL OVNI DEL CABO VALDES (CHILE)

CUENTA  LA HISTORIA
Era la madrugada del 25 de abril de 1977 en pampa Yuscuma a 5 Km de Putre, Chile, la temperatura llegaba a 15 grados bajo cero y los miembros de la patrulla militar conversaban en torno a una fogata que habían encendido para combatir el frío de la noche, mientras que en una pendiente cercana montaban guardia los soldados Pedro Gonzáles y Juan Reyes, difícilmente podrían imaginar que estaban a punto de ser los protagonistas de una noticia mundial. En ese preciso instante, dos luces bajaban del cielo, una de las cuales se depositó al lado del cerro dejando ver el fuerte resplandor Junto a la fogata el cabo Armando Valdés y cinco de sus hombres cantaban y reían. La vigilia en medio De la noche estaba muy animada, alguien miró el reloj, faltaban un cuarto para las cuatro cuando llegó corriendo el cabo Goazáles vengan a ver lo que pasa en el cerro, hay una luz gigante. La fría noche del altiplano recibía una visita inesperada, mientras la patrulla corría hacia el punto de guardia, otra luz bajó directamente a ellos, el cerro se iluminé, pero los alrededores continuaban a oscuras, no había luna; apaguen la fogata! gritó el cabo Valdés. El Ovni se apostó entre los cerros a unos 500 mts. de distancia, era un cuerpo ovalado que despedía una luz violeta en los extremos y tenía dos puntos luminosos de un rojo intenso, intermitentes, el otro, quieto, seguía despidiendo luces similares. Detrás del cerro la patrulla permanecía inmóvil observando aquella increíble realidad, de pronto, la luz comenzó a avanzar hacia ellos lo que hizo que la patrulla se juntara y se pusiera en posición de combate.


 La luz se seguía acercando, muy lentamente, los minutos se hacían interminables, la tensión era cada vez mayor. De pronto el cabo Valdés se adelantó, con paso decidido y pidió: -¡identifiquense! No hubo respuesta de la luz que siguió avanzando hacia ellos, el cabo siguió adelantándose a la luz y ex-clamó -¡en nombre de Dios quiénes son ustedes...'
Hicieron dos grupos para buscar al cabo por los alrededores mientras la inmensa luz se mantenía inmóvil frente a ellos. Durante quince minutos lo llamaron en todas las direcciones y de pronto estaba frente a ellos, barbudo, balbuceante, con los ojos desencajados ¡muchachos! alcanzó a decir antes de desplomarse sin sentido. Los soldados lo levantaron y lo llevaron hasta los restos de la fogata; pareció recuperarse, estaba como en trance, fue entonces cuando dijo: -"Ustedes nunca sabrán quienes somos ni de donde venimos, pero regresaremos"-. Perdió el conocimiento, volvía a despertar y volvía desmayar, murmuraba palabras incoherentes, su reloj estaba parado a las cuatro y treinta horas, el momento en que había desaparecido; el calendario del reloj indicaba una fecha posterior, el 30 de abril. La barba del cabo era de cinco días, aunque estaba afeitado desde temprano.
Durmió hasta el amanecer, mientras el Ovni seguía allí inmóvil y luminoso, bajo la mirada atenta del soldado Germán Riquelme que se quedo haciendo guardia hasta que salió el sol.


PERO LA HISTORIA A DADO UN VUELCO.
  • Crónica

Cabo Valdés se confiesa: "Nunca me abdujeron"

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"Los ufólogos chantas deberían de dejar de utilizar mi caso para hacer plata", dice Valdés











Lo primero que dejó en claro el ex uniformado y actual pastor evangélico, en el II Encuentro Ufológico que se realizó este finde en Maipú, es que hay una  tonelada de chivas y mitos en torno a lo sucedido la madrugada del 25 de abril de 1977, donde los extraterrestres lo habrían agarrado, según verseros de la ufología mundial.
"Nunca fui abducido, no existe contacto de primer, ni de segundo, ni de tercer  tipo", largó de entradita el terrícola.
Frente a la luz que vio posarse a 500 metros de las pesebreras junto a sus muchachos esa noche de 1977 no tiene explicación, es más, en el momento pensó que era un meteorito de la fortuna, pero nunca una nave extraterrestre.
"En ese momento quería partir a ver dónde había caído esa luz, para sacar un trocito de oro y hacerme millonario, pero no fue", larga entre risas.
El verso de haberse perdido por 15 minutos y haber llegado con barba de  días según los relatos que se han hecho desde siempre, es una pura lesera para el pastor.
"Estábamos con mis muchachos agazapados en las pesebreras que habíamos fabricado de piedra y barro para los caballos, cuando en eso la luz del OVNI se puso tan fuerte que decidí salir a ver desde un costado, y probablemente me pegué una orinada. Cuando regresé a la pesebrera mandé un salto desde la entrada hacia el interior desde una piedra, a lo que los muchachos interpretaron que me habían dejado caer desde una nave intergaláctica y que mi barba era más larga que de la mañana". 
Nos largó, que todo fue producto del miedo de los  muchachos, y que el café para el frío no tenía malicia esa inexplicable noche.
"Los ufólogos chantas deberían de dejar de utilizar mi caso para hacer plata, yo no conocí Ganymides, ni tengo un chip implantado en el cuerpo, ni menos tengo poderes sanadores". 
Agregó que sólo vino desde el sur en avión y no en OVNI para chantar a muchos que se aprovechan de su nobleza.
FUENTE
ahora bien mi punto de vista es este:
PUEDE SER QUE SI HAYA VISTO ALGO Y QUE AHORA TRATE DE NEGARLO POR 
ALGÚN MOTIVO.YA SEA MEDIATICO,DE CONVICCIÓN RELIGIOSA O POLÍTICO.
CREER QUE ESTAMOS SOLOS EN EL UNIVERSO ES UNA FORMA MUY EGOÍSTA DE
PENSAR,Y A SU VEZ CREER EN MAS CIVILIZACIONES EN OTROS PLANETAS 
DESMORONA  LA TEORÍA DE LA CREACIÓN RELIGIOSA.