situado entre las sierras de Cañete y Zorrito, configurando de manera diferenciada la orografía de la malagueña comarca del Guadalteba, Almargen se presenta al curioso viajero como un paisaje fronterizo entre la Serranía de Ronda, la Málaga llana del norte y las campiñas sevillana y gaditana. Como otras villas de esta zona, Almargen es una más de esas poblaciones de la llanura que tienen su principal medio de vida en la agricultura, que cobra su forma en un paisaje de olivos, campos de cereal y girasol.
             
             Una roca del III milenio 
             antes de Cristo
             
             Almargen ha sido, desde 
             tiempos muy remotos, un 
             atractivo y rico lugar donde 
             la mayoría de las culturas 
             que han pasado por estas 
             tierras del Sur de Europa 
             ha dejado un importante y 
             valioso legado 
             histórico-cultural. Así lo 
             testimonian los numerosos 
             yacimientos arqueológicos ya 
             encontrados y los que con 
             frecuencia afloran a ras de 
             tierra, confirmando la 
             presencia de asentamientos 
             ancestrales correspondientes 
             a la Edad del Cobre y del 
             Bronce, y, más próximos a 
             nosotros, a las épocas iberorromana e islámica.
             
             Aunque el mayor número de 
             vestigios de vida humana por 
             esta zona se remontan al 
             final del Neolítico, del que 
             dan fe los fondos 
             arqueológicos municipales, 
             con una magnífica colección 
             de pulimentos, hachas, 
             azuelas y otros utensilios 
             de piedra, los restos de 
             mayor valor prehistórico 
             corresponden a la Edad de 
             los Metales, entre los que 
             merecen citarse una estela 
             grabada de la Edad del 
             Bronce o un ejemplar de las 
             primeras espadas 
             correspondiente a este 
             periodo arcaico.
             
             Pero, entre los restos 
             arqueológicos de Almargen, 
             lo que sin duda ha llamado, 
             y llama, más la atención de 
             expertos y profanos es una 
             pieza pétrea que ha sido 
             identificada ya en la 
             historia de la Arqueología 
             como un ídolo de la 
             fertilidad cuyos orígenes se 
             han fijado en el III milenio 
             antes de Cristo.
             | 
                Almargen. Vista 
                aérea. 
                (Foto:
                SUR) | ||
             
             Hallazgo casual
             
             La fecha exacta del hallazgo 
             del ídolo es desconocida 
             para todos. Sí se sabe que 
             lo encontró un vecino del 
             pueblo cuando estaba 
             llevando a cabo unas 
             reformas en los cimientos de 
             su casa en la avenida de El Saucejo, de 
             Almargen. En un 
             principio no le dio 
             importancia alguna; sin 
             embargo, la forma de aquella 
             gran piedra hubo de llamarle 
             en algo la atención y la 
             colocó como adorno en su 
             jardín, incluso llegó a 
             darle una mano de cal con 
             motivo de unas mejoras de la 
             casa.
             
             Casualmente, un día de 1993, 
             el vecino en cuestión hizo 
             referencia de su hallazgo a 
             Francisco Hidalgo, concejal 
             de Cultura de la villa, quien, al 
             observar las singulares 
             características formales de 
             la piedra, se puso en 
             contacto con varios expertos 
             de la Universidad de Málaga, 
             los cuales se desplazaron al 
             pueblo a evaluar las 
             posibilidades históricas de 
             la roca. Como resultas de 
             sus pesquisas, quedó 
             fijada la 
             antigüedad milenaria de la 
             roca y confirmada su consideración de 
             ídolo o diosa de la 
             fertilidad por los moradores 
             prehistóricos de aquella 
             zona.
             
             La opinión de los peritos 
             motivó que el vecino se 
             plantease un sitio más 
             conveniente para la 
             conservación de la pieza 
             pétrea paleohistórica y 
             concluyese haciendo donación 
             del hallazgo al Ayuntamiento 
             para su custodia y 
             exposición junto a otros 
             utensilios arcaicos 
             encontrados con 
             anterioridad. De esta forma, 
             el Ayuntamiento obtuvo una 
             de las donaciones 
             arqueológicas de más 
             importancia de todo el 
             municipio.
             
             El 
             ídolo de la fertilidad
             
             Sin lugar a dudas, se trata 
             de una pieza de un valor y 
             calidad excepcionales. El 
             ídolo está labrado en mármol 
             blanco perfectamente pulido 
             y adopta la forma de un 
             falo, como simbolización de 
             lo masculino, y de una mujer 
             embarazada, simbolización de 
             lo femenino y la fecundidad. 
             Tiene forma ovoidal, 
             sensiblemente alargada, y 
             sección circular, marcándose 
             en uno de sus extremo el 
             glande y en el otro extremo 
             se percibe una 
             representación facial, 
             enmarcada por un atenuado 
             ribete, con los arcos 
             orbitales y la silueta nasal 
             bien definidos; un 
             abultamiento a media altura 
             de la pieza muestra a la 
             figura en estado de 
             gestación. Sus orígenes se 
             han cifrado en la Edad del 
             Bronce, con una antigüedad 
             de 5.000 años; su tamaño es 
             de 50 cm de longitud y 
             alcanza un peso de 33 kg.
             
               La posición del ídolo sería 
             obviamente vertical, 
             estabilidad que mantendría 
             al quedar embutida en la 
             tierra, a fin de mostrar la 
             participación de las 
             deidades en la germinación 
             de los campos, la fecundidad 
             del ganado y la fertilidad 
             de sus adoradores.
             
             Desde su descubrimiento, la 
             pieza arqueológica está 
             expuesta en un recinto del 
             Ayuntamiento dentro de una 
             urna de cristal, que sólo se 
             levanta cuando una mujer 
             solicita acariciarla para 
             quedarse en estado.
             | 
                La pieza pétrea 
                ha sido 
                identificada ya 
                en la historia 
                de la 
                Arqueología como 
                un ídolo de la 
                fertilidad cuyos 
                orígenes se han 
                fijado en el III milenio antes de Cristo. Llama la 
                atención el gran 
                parecido que 
                guarda con un 
                falo humano y la 
                figura 
                embarazada de 
                una mujer. | ||
             Un 
             remedio para el embarazo
             
             El valor primigenio de esta 
             forma pétrea parece haber 
             resurgido, tras tantos años 
             de letargo, entre las gentes 
             del lugar y de muchos otros, 
             como veremos.
             En un principio, la 
             existencia de este ídolo de 
             la fertilidad pasó casi 
             inadvertida entre los 
             vecinos de la localidad. 
             Pocas fueron las personas 
             que habían imaginado que 
             aquella talla marmórea 
             pudiese estar dotada de 
             algún poder, pero hoy en día 
             se ha transformado en una 
             esperanza para las parejas 
             que quieren tener un hijo.
             
             Según contaba  
             el diario SUR al hacerse eco de la 
             evaluación prehistórica de 
             la roca y de su exótico 
             simbolismo, la creencia de la 
             eficacia de la pieza en 
             conseguir que una mujer se 
             quede embarazada tiene un 
             origen puramente fortuito. 
             En ese año de 1993, Dori 
             Serrano, una vecina del 
             municipio, se enteró por su 
             cuñado, auxiliar de la 
             Policía Local de Almargen, 
             de que un vecino había 
             donado al Consistorio una 
             suerte de figura 
             prehistórica que había sido 
             relacionada por expertos 
             universitarios con los 
             deseos de fertilidad del 
             hombre prehistórico y que 
             una estudiosa de la pieza 
             que había venido al pueblo 
             se había quedado embarazada.
             
             Dori, de 39 años, que 
             llevaba 16 intentando 
             infructuosamente quedarse en 
             estado y se había planteado 
             ya la adopción de un niño, 
             aprovechando la ocasión de 
             tener que solventar unos 
             trámites burocráticos en el 
             Ayuntamiento, solicitó de su 
             cuñado que le mostrara la 
             piedra y decidió probar 
             suerte tocándola. 
             Sorprendentemente, un test 
             de embarazo confirmó, al mes 
             siguiente, que había 
             conseguido su sueño.
             
             Después de aquel aparente 
             milagro, la fama de la 
             piedra con forma de falo y 
             cuerpo de mujer en estado de 
             gestación pasó de boca 
             en boca por todo el pueblo, 
             se propagó por toda la 
             provincia e incluso llegó a 
             traspasar las fronteras del 
             país. Se inició entonces un 
             continuo peregrinar de 
             mujeres a Almargen, desde 
             cualquier rincón de España e 
             incluso del extranjero, para 
             tocar la piedra.
             | 
                La piedra fálica 
                tal como se 
                expone en la 
                villa en que fue 
                encontrado. | ||
             
             Anhelos y testimonios
             
             Tanta es la fama del ídolo 
             que, al lado de éste, se ha 
             colocado un libro en el que 
             las parejas llegadas para 
             agraciarse del beneficio de 
             la piedra pueden expresar 
             sus anhelos maternales, e 
             incluso su agradecimiento.
             
             Entre las expresiones de 
             esperanza que pueden 
             contrastarse en el libro, 
             figuran algunas redactadas en estos 
             términos: «Somos de Alcalá 
             del Valle y vengo desde 
             Suiza. Somos un matrimonio 
             joven y deseo que esta 
             preciosa piedra haga nuestro 
             sueño realidad». Esta 
             expresión de deseo aparece 
             firmada en 
             septiembre del año 2000. 
             Como se ha dicho, los hay 
             también de agradecimiento, y 
             así podemos leer: «Somos 
             José y Eva. Hemos vuelto de 
             Mollet (Barcelona) a cumplir 
             la promesa que el 8 de 
             agosto de 2000 hicimos 
             juntos. Ahora estoy de 20 
             semanas y sé que es un 
             varón».
             
             Sea un placebo el embarazo 
             de muchas mujeres o que el 
             número de anhelos frustrados 
             sea tal que jamás llegue a 
             conocerse, sea o no real el 
             poder de este 
             
             “ídolo de la 
             fertilidad”
             encontrado 
             casualmente en los cimientos 
             de una casa en construcción, 
             lo cierto es que, desde que 
             la figura se ha expuesto al 
             público, se cuentan por 
             centenares las parejas que 
             han conseguido realizar un 
             sueño a veces inalcanzable, 
             tener un hijo. 
FUENTE
José Antonio Molero Benavides
 
 
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