miércoles, 15 de enero de 2020

LOS DUEÑOS

Los Dueños

Se les dice así a seres fantásticos, con figura humana y de aspecto anciano, los cuales habitan en lugares, donde el hombre por lo general no suele tener contacto. Estos seres son protectores de ciertas zonas y castigan a todo aquel que corrompe las reglas del lugar, protegen animales, plantas y todo aquello que forme parte del medio. Entre ellos podemos encontrar a los siguientes dueños:

El Dueño del Monte: Se le llama así, al ser que suele aparecerse en colinas, montes o espacios naturales, en los que el hombre escasamente interviene. Estos seres tienen apariencia humana, en especial la de un hombre mayor de edad, van vestidos en ocasiones como campesinos, indígenas o con una bata blanca. Suelen ser seres buenos, los cuales ayudan a aquel que tenga problemas y castigan a toda aquella persona que dañe el medio. Algunos cuentan que ama el fumar o masticar tabaco, colocando un buen tributo el dueño del monte, este se relaja tomando los presentes.  

El Dueño de la Montaña: Este ser es similar al dueño del monte, con la diferencia que es mas estricto en cuanto a sus reglas, se le debe presentar un tributo antes de entrar a sus territorios, especialmente si eres cazador. Sus dominios suelen ser montañas, por lo que sera justo con aquel que no rompa el equilibrio de la naturaleza y sera severo si haces lo contrario, si no presentas un tributo o no muestras ningún respeto a su figura. 
El Dueño del Río: De apariencia similar a los anteriores, el dueño del río suele ser siempre un anciano y tomar la apariencia de aquellos que se internan en sus dominios, ya sean lagos, ríos, lagunas, arroyos u ojos de agua, . El dueño del río, parece ser menos severo con los humanos, de hecho, siempre busca orientarlos, pero una vez que la ira se a apoderado de el, el castigo suele ser fuerte. 
El Dueño de la Cueva: Este ser es raras veces visto, por lo que algunas historias suelen decir que es de apariencia anciana y va cubierto con un tipo de toga o en ocasiones semidesnudo. Habita en cuevas, cavernas o cualquier gruta donde una persona tenga acceso. Suele ser mas agresivo con sus castigos y algo complejo, por lo que se cree, que con el simple hecho de entrar a una cueva o caverna se le ha insultado.  

El Dueño de los Animales: Algunas leyendas suelen mencionar a un ser que en ocasiones se presenta como el dueño de los animales, este ser aparece vestido con una bata blanca, es de aspecto anciano, con una barba larga que lo identifica. Aparece en varias zonas y solo cuando la persona a herido a varios animales, no suele dar muchos castigos. En México y en el estado de Chiapas, la leyenda de estos seres, suele contarse en diversas ocasiones, personas aseguran haber tenido contacto con algún tipo de dueño. Aunque claro que no hay quien descarte, que es la forma para enseñar a respestar el medio, a aquellos que practican la caza o que afectan la naturaleza. En otros países las leyendas de los dueños, también suelen ser contadas. En alguna ocasión, leí en diversos sitios web, que en España, llamaban dueño del monte a seres parecidos a pie grande, entre otros.

jueves, 9 de enero de 2020

LA MUJER LECHUZA-HONDURAS-


La leyenda de la chorca o la mujer lechuza envuelve a un ser mitológico sobrenatural o nahual vampírico que se alimenta de sangre humana. Cuenta la historia que en las aldeas que no estaban cristianizadas, aparecían por la mañana niños y recién nacidos muertos, y esta peste era atribuida a un ser demoníaco y vampírico que aparecía por las noches en los poblados no creyentes. La chorca o mujer lechuza era una persona normal de día, pero por las noches, sedienta de sangre humana, se transformaba gozando de los poderes de lo malvado, en un ser indescriptible y dotado de alas, para poder transportarse más ágil y veloz hacia los poblados, y poseía una nariz con la cual podía oler el líquido vital fresco de los recién nacidos. La chorca mataba a sus víctimas mediante un hilo o filamento que dejaba caer a través de las rendijas de los techos de las casas y chozas, y procedía extrayendo la sangre por el ombligo o por la cabeza de los bebés, que dejaba secos, fríos y muertos. Lo escabroso era que los bebés fallecían aún estando cercanos al regazo de su madre y no había forma de prevenir su muerte, a menos que esos recién nacidos fuesen bautizados y consagrados según la fe católica y la cristianización que se llevaba a cabo en los pueblos amerindios y mesoamericanos. Los pobladores sabían que la chorca o mujer lechuza se aproximaba a sus poblados debido al silbido que profiere al volar y a los ladridos de los perros, que detectan mediante sus sentidos a la chorca.





Un día, un leñador pasó frente a la cabaña de una hermosa mujer viuda, aunque algo pálida y delgada, que vivía sola a las faldas de las montañas; las mujeres del poblado decían que era bruja, ya que supuestamente no envejecía; y los hombres que pasaban por allí, decían que sentían atracción hacia ella. El hombre se acercó y le pidió agua para beber y la señora accedió trayéndole un vaso de agua fresca; el perro que acompañaba al leñador empezó a ladrar de forma violenta. El leñador golpeó a su perro y se despidió de la señora disculpándose y se marchó del lugar, dirigiéndose a la montaña. Esa misma tarde la esposa del leñador se puso de parto, dando a luz un varón con la ayuda de la comadrona. Ya próxima la noche, el leñador llegó a su casa con su cargamento y su fiel animal, y tiró su carga al suelo ya que había escuchado el llanto de su primogénito que estaba al lado de su madre sobre el lecho. Se aproximó corriendo y dio gracias a Dios por que todo hubiera ido bien, y se fue rápidamente a buscar al sacerdote.



Cuando llegó a la sacristía, el cuidador de la iglesia le dijo que el sacerdote no estaba en el pueblo, y el leñador, preocupado, regresó a su casa. Al entrar la noche la comadrona empezó a rezar junto a la madre del bebé, el cual yacía en los brazos de la madre. El leñador escuchó que su perro ladraba, y armado de un machete y una honda cargada con una piedra de caliche, procedió a salir fuera de su casa donde el perro labrada en la oscura noche. El silbido se acercaba y se escuchaba más fuerte, el perro ladraba aún más y se retorcía de ferocidad, y el leñador estiró la honda, apretó fuertemente la piedra que estaba en el pedazo de cuero, pidió a Dios no fallar y que alejara el peligro de su hijo y de su hogar, y acto seguido, después de que sintió un aire cruzando por su espalda, se dio vuelta y tiro de la honda lanzando la piedra a la penumbra. La piedra pegó directamente a la chorca entre sus ojos, quedando cegada de un ojo, y ésta se fue silbando.

                              

Al día siguiente, se levantó temprano y fue a la montaña a traer la otra carga de leña que dejó, y de regreso, con la carga a cuestas, pasó frente a la casa de la viuda, a la que quiso dejarle unos leños en agradecimiento del favor del día anterior. El perro se fue a arañar la puerta, mientras la señora le decía que se largara; y él le grito diciéndole que le dejaría unos leños. La señora le repitió que se marchara una vez más, pero el perro, de tanto forzar la puerta, la abrió y la señora se fue corriendo a la otra puerta de la cocina, saliendo al patio. El perro le seguía ladrando, y el leñador fue tras de ambos. El perro alcanzó a la señora y le mordió la pierna, y cuando el leñador se acercó, reprendiéndole, su sorpresa fue mayúscula cuando vio que la viuda estaba un poco más vieja y cegada de un ojo, notando un golpe de pedrada entre sus ojos y bajo la frente. El leñador dedujo “La señora estaba bien ayer, no estaba ciega, mi perro le ladra…”, y le dijo: “Tú eres la Chorca”. Al escuchar esto, la señora tirada en el suelo empezó a reír macabramente: “¡Tu hijo se salvó ayer por la noche, pero hoy no tendré piedad!”. Al oír esto, el leñador desenfundó su machete y le cortó la cabeza de un revés. Metió la cabeza en un saco y se la llevó al sacerdote, mientras el cuerpo fue inmediatamente comido por las aves de rapiña; una vez en la iglesia, el sacerdote al ver la cabeza se espantó, ya que no era humana, sino que se había convertido en un ser monstruoso. La roció un poco de agua bendita y se enterró en un lugar secreto. Al saberse de este hecho, todos los pobladores, hombres, fueron a incendiar la casa de la vieja, se hicieron de perros y procedieron a bautizar a todos los recién nacidos. Pero aún existen muchas chorcas o mujeres lechuzas, que se esconden y andan haciendo de las suyas.



El muñeco hecho de un cadáver

Charlie McCarthy, un hombre que presentaba un show bastante sencillo: utilizaba un muñeco para realizar un show de ventrilocuismo (modificar la voz para imitar la de otro objeto o ser). No obstante, lo llamativo de sus presentaciones era el muñeco que utilizaba: Edgar.

Edgar representaba a un niño de 8 o 9 años de edad. Su complexión era regordeta y sus rasgos parecían demasiado expresivos. Otro de los aspectos más llamativos de Edgar era su tamaño, pues comparado con el promedio de muñecos que se utilizaban en aquella época, Edgar sobrepasaba el porte de estos.

Si bien sus ojos eran de madera, no debíamos ser muy detallistas para darnos cuenta que su mirada tenía una expresión de tristeza o incluso maldad.
Las presentaciones de McCarthy cobraron gran relevancia en muy poco tiempo. Esto se debió en gran parte al demostrar que era un verdadero maestro en su arte, pues era imposible notar el más mínimo movimiento de sus labios para que su muñeco Edgar «hablara«.

Fue este mismo talento el que lo catapultó como un artista que practicaba la brujería, pues la gente de aquellos años creyó que el hombre utilizaba algún truco maligno para hacer que Edgar hablara. Los padres, asustados, prohibieron que sus hijos fueran a presenciar el show.

Otros de los mitos que se sumaron a la historia de Charlie McCarthy fue el especial cuidado que tenía con su muñeco Edgar. Si bien los escritos del entonces lo describen como un ser «amigable, alegre y comprometido» con su audiencia, este no permitía que absolutamente nadie se acercara a Edgar. Ni los niños ni personal del trabajo. Solo él podía sacarlo, tocarlo y guardarlo en su caja.

Pero su espeluznante y exitosa carrera llego a su fin una noche después de un show. Los trabajadores del teatro en donde se encontraba presentando se acercaron al camerino para avisar que el recinto estaba cerrando y que debía retirarse. Pero nadie contestó al llamado.

Debido a los mitos que orbitaban sobre McCarthy, estos tenían miedo de entrar a su camarín, por lo que decidieron llamar a la policía. Cuando estos llegaron, forzaron la puerta e ingresaron. Lo que vieron los dejó atónitos.

McCarthy estaba tendido en el piso. Muerto. Su cuello estaba destrozado y un charco de sangre decoraba su cadaver.
Luego de unos momentos los trabajadores se centraron en encontrar el muñeco, pues la primera hipótesis fue que alguien entró para robar el muñeco y lo asesinaron. No obstante, cuando abrieron la caja encontraron algo aún más terrorífico: El muñeco seguía allí.

Edgar estaba boca arriba, con su característica mirada escalofriante. Los oficiales sintieron temor de tocarlo, pero debían realizar los peritajes para comprender qué había ocurrido.

Al comenzar el análisis, descubrieron algo que dejaba el asesinato de McCarthy en segundo plano. El muñeco Edgar en realidad no era un muñeco, sino que se trataba del cadáver de un niño. En sus dedos encontraron huellas dactilares. Su rostro, para ocultar la palidez de su estado, estaba tapada con una máscara de látex.
Jamás se descubrió cómo Charlie McCarthy logró conservar tan bien el cadáver de este niño. Tampoco la identidad de Edgar. Lo peor es que todos estas inquietudes jamás serán respondidas debido a que McCarthy se llevó sus respuestas a la tumba.

Cuando el hecho se hizo público, varias teorías sobre el origen del niño comenzaron a aparecer. Una de las que cobró más fuerza fue que el cadáver se trataba de su propio hijo y que frente al dolor de la pérdida que experimentó, no fue capaz de enterrarlo y le otorgó una segunda vida incluyéndolo y dándole vida en los show, negando así que su hijo se había muerto.
Fuente:
upsocl.com
Wikipedia

jueves, 2 de enero de 2020

EL LADRON DE TUMBAS RUSO



Este es solo una de los 29 “muñecas” hechas de cadáveres femeninos momificados que pudieron recuperar de la casa de Anatoly Moskvin, de 45 años, descrito por la BBC como un “historiador local y explorador de cementerios” de la ciudad rusa de Nizhny Novgorod. Cada muñeca humana estaba cuidadosamente vestida, con las manos y la cara cubiertas de tela. Algunas estaban posadas ​​en muebles. Otras en estanterías. Uno de los cuerpos tenía forma de oso de peluche, y tenía una cabeza de peluche sobre el cuello.

The Mirror informó que los cadáveres eran de niñas de tres a doce años, robados de docenas de tumbas, y afirma que Moskvin tenía una idea en mente al reunir su colección:

Moskvin, que habla 13 idiomas y algunos lo han descrito como “un genio”, también les puso nombres a los cadáveres momificados y organizó fiestas de cumpleaños para ellos... Moskvin también recopiló información actualizada sobre las vidas de cada niña que había desenterrado, y había impreso instrucciones sobre cómo fabricar muñecos con restos humanos.

Sus terroríficas actividades fueron descubiertas cuando sus padres le hicieron una visita sorpresa. Aunque fue arrestado en 2011, se consideró no apto para ser juzgado.

fuente:
the mirror