martes, 12 de enero de 2016

LED ZEPPELIN Y EL PACTO CON EL DIABLO

Led Zeppelin es considerado por algunos fanáticos como el mejor grupo de rock de la historia, una afirmación por cierto cuestionable, aunque es indudable que son una de las bandas musicales más relevantes del siglo XX (la revista Rolling Stone los ubicó en el puesto 14 en la lista de los 100 artistas más grandes de todos los tiempos). La banda liderada por el guitarrista Jimmy Page y el vocalista Robert Plant ha vendido más de 300 millones de discos en todo el mundo, de los cuales 111 millones se vendieron sólo en los Estados Unidos, lo que los convirtió en el segundo grupo en la historia en tener más discos de diamante (otorgados por cada 10 millones de discos vendidos en USA) en la historia de la música, sólo detrás de The Beatles. Entre 1969 y 1970 la banda lanzó tres álbumes notables ( Led Zeppelin, II y III), que mezclaban rock, blues, folk e incluso música celta, y que ayudaron al grupo a crear su sonido característico, pesado y melodioso a la vez.


Pero, como toda gran banda que se precie de tal, una oscura leyenda negra acompañó a Led Zeppelin desde sus comienzos, una leyenda que afirmaba que sus integrantes habían hecho un supuesto pacto con el diablo, a cambio, por supuesto, de fama imperecedera y mucho dinero
El principal implicado en esta historia es el guitarrista Jimmy Page, productor y compositor del grupo, un brillante músico de sesión que había comenzado su carrera tocando en The Yardbirds. Tras participar en la grabación del single “I can’t explain”, de The Who, el guitarrista se propuso formar un super grupo, por lo que fundó Led Zeppelin tras convocar al vocalista Robert Plant, al bajista John Paul Jones y al baterista John Bonham, convirtiendo al cuarteto en una de las bandas más influyentes de los años 70’, y transformándose él mismo en una gran influencia para una sucesiva generación de guitarristas (su solo de guitarra en la canción “Escalera al cielo” -“Stairway to heaven”- es considerado por algunos como el mejor solo de guitarra de la historia). Su imagen en los conciertos del grupo, tocando una guitarra de doble mástil de marca Gibson, ya es clásica.
Pero, aparte de la música, Page tenía otras pasiones e intereses. Sentía una especial atracción por el ocultismo y estaba realmente obsesionado con Aleister Crowley, un famoso filósofo y ocultista británico que vivió a comienzos del siglo XX y a quien incluso el cantante Ozzy Osbourne le dedicó una vez una canción. Page, de hecho, a comienzos de los años 70 abrió en Londres una librería especializada en ocultismo, donde publicó el libro “The Goetia”, de Aleister Crowley, en su edición de 1904.


El guitarrista comenzó también a frecuentar los parajes donde había vivido Crowley e incluso compró en 1971 su antigua mansión en Escocia, la Boleskine House. “Esa casa tuvo dos o tres dueños antes de que Crowley se mudase allí. También fue una iglesia y allí sucedieron cosas extrañas que no tenía nada que ver con Crowley. Las malas vibraciones ya estaban antes de que llegase Crowley. Un hombre fue decapitado allí, y a veces se puede oír su cabeza rodando”, relató Page en una entrevista de 1975.
Supuestos símbolos y mensajes satánicos
El cuarto álbum del grupo alimentó todavía más los rumores que corrían sobre la banda. Publicado en 1971, el disco conocido como IV no tiene en realidad nombre. En la portada aparece un cuadro de un anciano, pero no se observa ningún título. Solo en la contraportada pueden verse 4 símbolos que supuestamente representarían a cada uno de los integrantes del grupo. Los símbolos fueron identificados como referencias a la mente y el alma (en el de John Paul Jones), a la Trinidad (en el caso de John Bonham) o a la justicia (en el caso de Robert Plant). Sin embargo, el símbolo que había elegido Jimmy Page, que parecía formar la palabra “Zoso”, no fue identificado y aún no se sabe su significado. El guitarrista se opuso –todavía hoy lo hace- a revelar su significado a la prensa. Durante los conciertos de presentación de este disco, Page solía salir a escena con símbolos del zodíaco bordados en sus ropas, junto con el mentado y oculto símbolo del disco, nombrado popularmente por los fans como “ZoSo”. Aunque el símbolo que usaba Page en sí sigue siendo un misterio, se sabe que tiene su origen en Ars Magica Arteficii, un grimorio de 1557, cuyo autor es Gerolamo Cardano, en el que se identifica al símbolo de “ZoSo” como satánico. Otra teoría afirmaba que “ZoSo” podría derivar de un estilizado 666, o que podría estar relacionado con la disciplina esotérica hebrea de la Cábala.
Otros hechos también contribuían a envolver al grupo con una supuesta aura maligna. El logotipo de Swan Song, la compañía que Led Zeppelin fundó en 1974 para editar sus trabajos discográficos, consistía supuestamente en una figura de Apolo, dios griego de la luz y la razón, aunque otros afirmaban que representaba al mismísimo lucifer, el ángel caído que fue expulsado del Cielo y que se convirtió posteriormente en satanás, de acuerdo a la tradición cristiana.
En 1982 el telepredicador Paul Crouch afirmó que la canción “Escalera al cielo”, al ser escuchada en reversa, ocultaba mensajes satánicos, lo cual se comprobó que era cierto, pues en una parte del tema, al ser reproducida al revés, se puede oír la frase “He aquí a mi dulce satanás”. Page, además, fue invitado una vez a escribir la banda sonora del corto cinematográfico “lucifer Rising”, rodada por otro admirador de Aleister Crowley, el director Kenneth Anger. En esa oportunidad, Page permitió que se rodasen algunas escenas de la película en “The Tower House”, su residencia en Londres.
Otros excesos del grupo tampoco contribuyeron a aclarar los rumores de satanismo. En julio de 1969 el grupo tocó en el Festival de Seattle. La historia cuenta que, después del concierto, el baterista John Bonham, mientras se encontraba en el hotel Inn Edgewater (que está ubicado sobre el puerto de la ciudad) ató de manos y pies a una groupie muy joven y de pelo rojo en una cama y a procedió a introducirle trozos de tiburón en su vagina y recto. Esta historia fue refrendada por los miembros de la banda Vanilla Fudge, que acompañaban a Led Zeppelin en el festival, el mánager Richard Cole y el periodista Stephen Davis, que relató el incidente en su libro “El martillo de los dioses”.
Comienzan las desgracias
Sea como fuere, en 1975, una serie de catastróficas desgracias comenzaron a afectar al grupo y, como había que buscar un chivo expiatorio al que culpar, muchos dedos apuntaron a Jimmy Page y su simpatía por lo oculto.
En agosto de 1975 Jimmy Page y Robert Plant, con sus respectivos esposos e hijos, se encontraban en la isla griega de Rodas de vacaciones, pero Page abandonó la isla griega repentinamente para viajar a Sicilia, donde visitó la abadía de Thelema, otro de los lugares donde había vivido su admirado Aleister Crowley. En ese preciso instante, mientras Plant, su esposa y sus dos hijos viajaban en un auto, sufrieron un accidente en coche que casi le costó la vida a la esposa del cantante y dejó a éste imposibilitado de caminar durante seis meses. Después del accidente, Plant se prometió a sí mismo que jamás volvería a cantar el tema “in my time of dying” (”cuando llegue mi hora”). Las malas lenguas aseguraron que el accidente se había originado porque Page había realizado un oscuro rito durante su visita a la abadía.
Robert Plant quedó bastante nervioso con este accidente, pero el siguiente hecho lo iba a dejar devastado. En 1977, mientras la banda se encontraba de gira en Estados Unidos, el cantante recibió una llamada urgente de su esposa: su hijo Karac, de seis años, había sufrido un extraño virus estomacal, por lo que fue necesario llevarlo a un hospital. Pero el niño no alcanzó a recibir atención médica y murió en la ambulancia. La gira se canceló y comenzó el principio del fin para el grupo. Los medios sensacionalistas volvieron a decir que Plant culpaba a Page por el suceso y se empecinaron en que los Led Zeppelin estaban pasando por un mal karma por las aficiones ocultistas del guitarrista.
Robert Plant posteriormente volvería a ser padre y la banda pareció recomponerse. Pero la siguiente pérdida ya no sería solo un duro golpe para Plant, sino que para todo el grupo. En septiembre de 1980, el baterista John Bonham, de 32 años y conocido como Bonzo por sus amigos, apareció misteriosamente muerto mientras se encontraba en “Mill House”, la casa que Jimmy Page tenía en Windsor, Inglaterra. Se había ahogado, totalmente borracho, en su propio vómito. Según el informe forense, el baterista tenía el equivalente a 40 pequeños tragos de vodka en el cuerpo. Al parecer, Bonham había estado bebiendo todo el día, por lo que no se despertó cuando su cuerpo decidió expulsar el alcohol.
Según una anónima fuente relacionada con el grupo, citada por un diario inglés, el motivo del fallecimiento del batería había sido otro: “Robert Plant y todas las personas cercanas a la banda están convencidas de que los devaneos de Jimmy Page con la magia negra son los responsables, de algún modo, de la muerte de Bonzo y de todo el resto de tragedias… Creo que los tres miembros restantes de Zeppelin están ahora un poco asustados con qué va a pasar ahora”. El periódico “Evening news” publicó también un artículo con el titular “El misterio de la magia negra de Zeppelin” y comenzaron a circular numerosos rumores como la grabación de un extraño disco de cantos fúnebres titulado “Álbum negro” o el reporte de una humareda negra que alguien aseguró ver salir de la casa de Page la trágica noche en que murió Bonham. Las mismas fuentes aseguraban que, de los cuatro integrantes, el bajista John Paul Jones había sido el único que no le había vendido su alma al diablo, por lo que pudo eludir los funestos acontecimientos que les ocurrieron a sus otros tres compañeros. Como sea que fuere, la muerte de Bonham significó el fin del famoso grupo. El 4 de diciembre de 1980, una nota de prensa aclaraba que Led Zeppelin, uno de los mayores bandas de rock de la historia, ya no existía.


A más de tres décadas de esos sucesos, los rumores siguen vinculando al grupo con un supuesto pacto con el diablo, y afirman que las tragedias de Plant, los problemas con la heroína de Page y la muerte de Bonham fue el pago que el grupo tuvo que hacer por convocar al príncipe de las tinieblas. Los mismos rumores que Richard Cole, el ex manager del grupo, desmintió de plano. “El rumor fue elevado a un estatus mitológico. Por lo que yo sé, el famoso pacto con el diablo nunca existió. Jimmy Page era muy bueno inventando historias, especialmente con las chicas que estaban fascinadas por el lado ‘oscuro’ de la banda, así que quizá fue así como empezó todo. Pero a pesar de la preocupación de Jimmy por lo sobrenatural, raramente discutía sus escarceos con lo oculto con el resto del grupo”.
Page, que creía en la filosofía de Aleister Crowley como liberación personal, en todo caso, tampoco hizo nada para acallar estos rumores a lo largo de la historia del grupo. “Realmente no quiero hablar de mis creencias personales o de mi participación en la magia”, dijo una vez en una entrevista concedida a la revista Rolling Stone. Y sobre la acusación de que la canción “Stairway to heaven” contenía un explícito mensaje satánico, el cantante Robert Plant dijo que “¿Quién puede pensar que hemos hecho eso a propósito? “Hay que tener mucho tiempo libre para eso”.
Hoy el legado musical de Led Zeppelin sigue más vivo que nunca, pero ¿es posible que el diablo haya marcado las vidas de estos músicos ingleses? ¿O quizás episodios concretos, como el supuesto mensaje oculto en la canción “Escalera al cielo”, respondió sólo a una extraordinaria pericia compositiva y a un afán rupturista y provocador? Es otro más de los misterios que quizás nunca se develen en la siempre convulsionada historia del rock.
Fuente:
Guioteca.com

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