Muchos de nosotros hemos escuchado en países como Chile, La Argentina, Puerto Rico e inclusive en los Estados Unidos sobre la muerte de animales en raras circunstancias. Y digo raras porque se ha encontrado en las haciendas o lugares rurales animales grandes como vacas, cabras y otros más pequeños como gallinas muertas sin una tan sola gota de sangre en su cuerpo. Es más, no hay evidencia de que luchasen para salvar su vida ante el predador que pudo haberles causado la muerte. La gente ha asociado este fenómeno a un ser que para muchos es el diablo, para otros un experimento genético que se le salió de las manos al gobierno de los Estados Unidos o experimentos hechos por los seres del espacio en estos animales. Cualquiera que sea la razón no se puede negar que este suceso también y aunque muchos no lo conozcan sucedió en Honduras.
En este pequeño país centroamericano allá por el año de 1947 se dio un fenómeno de este tipo y lo desvelado bien puede ser la explicación al misterio del también llamado en la actualidad "Chupacabras". Las apariciones del 'come lenguas' se daban para esas fechas en los departamentos (provincias o estados) de Santa Bárbara y Comayagua. Eran docenas de hombres las que se apostaban en las noches en los campos, bajo la oscuridad que deja caer el manto de la noche, cuidando de su ganado para sólo darse cuenta al día siguiente de que a pesar de sus esfuerzos siempre aparecía parte del ganado muerto, hecho del cual ellos no se dieron cuenta pues no habían escuchado el más leve ruido durante la noche. Algo que se me había escapado mencionar es que a los animales a los cuales no se les encontraba la sangre igualmente quedaban sin lengua, de allí el nombre 'come lenguas'.
Sin embargo, conozco la historia de uno de ellos. A él lo llamaré para este relato Ludovico. Ludovico era un hombre como decimos de pelo en pecho (es decir muy valiente); ya estaba cansado de que su ganado muriese desangrado por este predador o lo que fuese, así que, un buen día Ludovico habló con su esposa y le dijo que le preparara un porrón (pequeño recipiente) para café y le alistara una cobija gruesa para protegerse del frío nocturno pues daría muerte al 'come lenguas', que ya no soportaba más.
Y así fue, Doña Leonora alistó todas las cosas para Don Ludovico. Ludovico alistó su rifle y se llevó unas municiones por si acaso no bastaba con lo que llevaba cargado. Como a las 6 de la tarde Ludovico se fue para el lugar donde tenía su ganado y pudo ver desde allí la puesto del sol (en los pueblos se acostumbra a acostarse como a las 5 o 6 de la tarde dependiendo que tan lejos estén de la civilización). Ya por la noche, Ludovico se sentó sobre el suelo en medio del ganado y tomaba sorbos pequeños y sin hacer ruido del café para no caer en sueño, al mismo tiempo que se mantenía envuelto por la cobija que le cubría. La noche era un poco más clara de lo normal. Como a las 10 de la noche, mientras Ludovico admiraba las estrellas, pudo ver como una silueta pasaba volando sobre el ganado, la silueta dio dos vueltas como viendo que nadie le estuviese vigilando y al mismo tiempo decidiendo quién sería su próxima víctima. Ludovico se quedó quieto y asustado pues el ser era en realidad algo muy grande, pero le llamó poderosamente la atención que se apostó sobre una de las vacas de su ganado la cual no presentó molestia, salvo una leve sacudida. Ya para este momento Ludovico alistó su rifle y se movió sigilosamente hacia un sitio donde tuviera una mejor visión para disparar. Fue así que Ludovico logró ver a aquel ser que tomaba una posición como para hacer una de sus necesidades sobre la cabeza de la vaca para luego darse la vuelta y dirigir su cabeza sobre la de la vaca. En ese momento un sonido ensordecedor rompió el silencio del campo. Era el rifle de Ludovico, el extraño ser yacía muerto al lado de la res.
Lo que se supo a partir de la casa de este animal, es que no era nada fuera de este mundo sino, un murciélago que pudo haber venido el continente africano o la selva amazónica, no se sabe cómo logró dar por estos rumbos pero el caso es que así fue. Su tamaño es grande, el tamaño es como el de un Jolote (pavo). El animal lo que hacía era posarse bien sobre el ganado y luego de ello echaba una especie como de orina que al momento de salir producía un vapor que dejaba al animal como jadeante, es decir como atontado y con falta de oxígeno, por lo que él mismo abría su boca y sacaba la lengua, momento que aprovechaba este murciélago para clavar un diente muy filudo que tiene, en la arteria de la parte de la lengua del ganado para succionar la sangre. El animal aumenta considerablemente de tamaño una vez que se ha alimentado, posteriormente corta y traga lentamente la lengua de la víctima.
Esta es a grosso modo la explicación de cómo atacaba el El Come Lenguas en Honduras. Estos casos hasta la fecha no se han vuelto a dar, sin embargo bien pudieran ser una buena explicación al fenómeno del "chupacabras". También pudiera ser que a cualquiera de nosotros durante una caminata nocturna nos suceda. Pero hasta en tanto no aparezca otro hombre como Ludovico el misterio seguirá esperando a ser desvelado.
Quizás vos seas quien lo haga.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario