La malora solía aparecer en lugares apartados o por los caminos y sobre todo a persona en estado de ebriedad para hacerse seguir. Si una persona queire asirla, se escabulle y reparece más adelante, llevando así a su víctima por lugares intrincados, llenos de zarza y maleza.
Para deshacerse de este ser se utiliza un cinto o faja preparada o curada con un rito que muy pocas personas conocen y la próxima vez que aparezca se debe atrapar con el cinto y al instante se convierte en un manojo de hojas secas.
Leyenda de la costa Chiapaneca