jueves, 24 de septiembre de 2015

Obliga a su alumno zurdo "poseído por el diablo" a usar la mano derecha

Una profesora de Oklahoma, en EEUU, ha obligado a un alumno de cuatro años zurdo a escribir con la mano derecha porque, según ella, los zurdos con "malos" y "siniestros". Los padres, indignados, llegaron a recibir una carta de la profesora en la que sostenía que a veces el "diablo posee a los zurdos".

Alisha Sands, la madre, ha explicado que todo empezó cuando vio un día a su hijo Zayd intentando escribir con la mano derecha. Entonces le preguntó y el pequeño de cuatro años le explicó que su profesora le había dicho que las personas que escribían con la izquierda eran "malas".

Los padres se dirigieron a la profesora y esta les respondió con una carta en la que argumentaba que los zurdos eran "malos" y "siniestros" ya que estaba poseídos por el diablo.

"Me rompe el corazón que alguien realmente crea que que mi hijo es malo porque es zurdo," dijo la madre a una emisora local de noticias. "Es una locura", sentencia. La escuela, recoge el diario New York Daily News, ha abierto una investigación.

jueves, 17 de septiembre de 2015

LA LIBERTE´ (un lugar a donde no quieres llegar)




Esta historia no tiene nada de irreal. No hay fantasmas, demonios, monstruos, ni fenómenos paranormales de ningún tipo. Sólo hay personas de carne y hueso, tan reales como tú o como yo y, probablemente, eso sea lo que la hace tan difícil de digerir.
Internet es un submundo virtual, tan lleno de información y tan grande como el real. En él, la gente puede relacionarse, jugar, trabajar, dispersarse, informarse, estudiar, exponer sus ideas y hasta se puede comprar y vender. Pero como todo lugar vasto, tiene sus callejones oscuros, y con ello me refiero a prácticas mucho más indecentes que usarlo para masturbarse: me refiero a la Deep Web.
Deep Web, o para los de habla hispana, Web profunda, es la cara oculta de internet, y aunque las grandes masas ignoran completamente su existencia, ésta comprende más del noventa por ciento de la información que circula de manera virtualmente interconectada.
Desde que me enteré de la existencia de la Deep Web, quise conocerla, hurgar en ella. Tenía miedo, por supuesto, pero la curiosidad era mucho más grande, y después de pensarlo lo suficiente decidí que no habría problema en curiosear sólo un poco más allá de la web normal.
Ésta es mi historia en la Deep Web. Pero antes de que les cuente mi experiencia personal, permítanme darles una breve introducción de cómo está dividida la web y qué encontré en cada peldaño.
Internet se divide en niveles:
El nivel 0, el más superficial de todos, constituido por un pequeño número de páginas que todos conocemos y que actualmente dominan el mundo internauta, tales como Google, YouTube y similares.
El Nivel 1, en donde se encuentran sitios un poco menos conocidos pero de fácil acceso. Son, en su mayoría, foros, páginas pornográficas y pequeñas páginas independientes de interés no tan común, como en el nivel anterior.
El Nivel 2 está compuesto por dominios aún menos conocidos y por los buscadores independientes, tales como Ares y Emule. El material que se puede obtener en este nivel es de moralidad dudosa y no apto para estómagos débiles. El morbo suele ser un tema recurrente.
Hasta aquí hemos tocado sólo la parte superficial del cíber-mundo. Es a partir de aquí donde está lo realmente «interesante». Es ahora cuando se da el primer paso dentro de la Deep Web.
Nivel 3. Las páginas que se rigen en este oscuro mundo suelen tener dominios compuestos por caracteres dejados caer de manera totalmente aleatoria. En ellas no hay publicidad, ni color, y lo más significativo es que no se relacionan entre ellas como las páginas superficiales; de hecho, ni siquiera aparecen en buscadores como Google, ni aunque copies su enlace e intentes buscarlo.
Aquí hay muchas cosas raras, muchas cosas perturbadoras, muchas inútiles —tales como las webs abandonadas, algunas por más de 25 años—, pero también muchas cosas útiles. En este sector quizá encuentres ese libro que tanto buscabas y que no encontrabas porque cerraron Megaupload, o esa película de antaño que ya nadie se molesta en subir, e incluso hay algunos foros interesantes. Pero la verdad es que la mayoría de lo que hay aquí tiene fines mucho más macabros y desagradables, en su mayoría pornografía infantil, pequeños mercados de drogas y armas, instructivos de cómo hacer bombas, fotografías de gente siendo torturada o desmembrada, entre otros.
En los foros que visité se hablan temas bastante perturbadores, a veces en broma y otras ni tanto. La verdad, llega un punto en el que todo es tan raro que te es difícil discernir entre una broma y un verdadero homicida relatando como violó y mató a su víctima.
Nivel 4. Los niveles anteriores eran peligrosos, pero con un proxy y un buen detector de intrusos era suficiente, pero aquí no. El cuarto nivel y lo que está por delante están plagados de hackers. Y por hackers no me refiero a chiquillos tontos cuyo único pasatiempo es infectar computadoras, me refiero a verdaderos piratas informáticos, lo mejor de lo mejor cuando a robo y malversación de datos se refiere.
Por supuesto, el hecho de que esta gente esté aquí significa que hay algo realmente bueno escondido en algún lugar, y la verdad es que lo hay. En este nivel, además de todo lo que hay en los otros niveles, se puede ver snuff en vivo o grabaciones y, además, se encuentra el «Mercado negro»; una página de ventas online como Mercadolibre, sólo que aquí se venden artilugios de los más macabros, además de drogas, armas, órganos, trata de blancas e incluso puedes contratar sicarios. Todo pagado con una moneda llamada BitCoin, famosa (entre los que recurrimos este espacio) por ser la más cara y difícil de conseguir en el mundo.
Lo que más llamó mi atención fue una lámpara de escritorio valuada en 5.000 BitCoins. Databa de la década de los cuarenta, era de procedencia alemana, más específicamente de la Alemania nazi, y estaba confeccionada íntegramente con huesos y la piel de un pobre hombre de sus campos de concentración.
Pero los hackers no están aquí de compras o para ver morbosidades varias, sino para trabajar. En este nivel se encuentran páginas encriptadas de numerosos gobiernos, en las cuales se puede hallar información sobre a qué va realmente destinado el dinero de esos países, leyes que piensan ser aprobadas y secretos de los estados, tales como expedientes sobre experimentos con humanos que datan de las últimas cuatro décadas.
Llegados a este punto, estoy seguro de que le he picado la curiosidad a más de uno. ¿Quieren saber cómo entrar a la Deep Web? ¿Quieren que les pase los enlaces de algunas páginas? Lo siento, pero no voy a hacerlo. Sólo les diré que el que busca encuentra; pero cuidado, no vaya a ser que encuentren más de lo que buscaban, como me pasó mí.
Nivel 5. Aquí se exponen los secretos militares y de estado más horrorosos de todos, y es donde se aprueban estos mismos y se controla su progreso. También se cree que la entidad que realmente domina el mundo intercambia información entre sus contrapartes por aquí.
Finalmente, sólo los mejores hackers logran acceder al sexto nivel, y el riesgo nunca es menor que fatal. El objetivo es la Database. La Database es la sección donde toda la información de la web deja de ser sólo un código binario y comienza a tener sentido. Quien logre descifrar la clave del sistema —que tiene una extensión de kilómetro y medio de tipeo numérico— será capaz de manipular cualquier dato de internet, desde el título de un foro, hasta valores de cuentas bancarias. Sencilla y llanamente, quien logre acceder a la Database tendrá al mundo en la palma de su mano.
Yo quería verlo, no hackearlo, pero sí verlo. Quería ver el sexto nivel con mis propios ojos, y me confié… me atraparon. A mártir de entonces, mi vida cambió para siempre. Acababa de entrar al sexto nivel, y ni bien ingresé mi computadora se reinició por sí sola. Insulté por todo lo alto creyendo había sido un bajón de corriente, pero grande fue mi sorpresa cuando mi ordenador terminó de iniciar sesión y vi que el disco duro había sido totalmente limpiado. Sólo había un archivo de bloc de notas en el medio del escritorio. Lo abrí y el cuadro de texto se posicionó en el centro de la pantalla, con un mensaje corto y directo:
«No lo vuelvas a hacer».
Pasé un par de días sin entrar a la Deep Web, instalé de nuevo mis archivos importantes desde mi copia de seguridad y finalmente decidí volver a entrar. A mi pensar, lo peor posible había ocurrido, habían detectado mi computadora y borrado todos mis archivos.
Poco después de que inicie sesión en Tor y entré al primer foro de la Deep Web, mi ordenador volvió a reiniciare y todos mis datos volvieron a ser borrados; pero esta vez no había ningún mensaje. Veinte minutos después, más o menos, mientras reinstalaba otra vez todo en mi ordenador, sonó el timbre de mi apartamento.
—¿Hola? —pregunté desde el teléfono del portero, pero nadie contestó.
Bajé hasta la puerta principal del edificio, pero no había nadie, sólo un sobre de papel madera que habían colado por debajo de la puerta. No tenía remitente ni destinatario, tampoco tenía ningún escrito, pero yo sabía que era para mí.
Una vez que llegué a mi apartamento, sentado sobre la alfombra de mi habitación, me decidí a abrirlo. Las lágrimas salieron por sí solas, pero sin ningún llanto, mientras revisaba el contenido del sobre. Era una carta:
«Dante, esto no es un juego. No lo vuelvas a hacer, no nos obligues a ir por ti».
Quien quiera que sea, sabía mi nombre, dónde vivía, qué hacía y cuándo. Y para empeorar las cosas, en el sobre también había una foto, una foto mía tomada desde mi cámara web.
En el transcurso de la semana solicité un traslado en mi trabajo a otra ciudad, vendí esa computadora y destruí el disco duro. Jamás he vuelto a entrar a la Deep Web y no creo que vuelva a hacerlo. El destino no fue nada benévolo conmigo, y aun así se podría decir que tuve mucha suerte.
Si después de escuchar mi historia todavía les quedan ganas de entrar a la Deep Web, tápense de proxys y antihackers y, sólo por si acaso, cubran con algo sus cámaras web.
programas a utilizar
https://www.torproject.org/
https://www.securitykiss.com/
ACLARO QUE ESTA NARRACION ES UN CREEPYPASTE DEL SITIO http://creepypastas.com/ 
AUNQUE TIENE ALGO DE REALIDAD,LOS PROGRAMAS QUE PUSE ANTERIORMENTE TE PERMITEN ENTRAR Y CIFRAR TU CONEXION Y TU UBICACION,EL LA DW NO HAY NIVELES,NO EXISTE GOOGLE,TODO ES CONTENIDO DESPARRAMADO Y SIN INDEXAR,Y EL LINK CORRECTO TE LLEVA A LA PAGINA CORRECTA,SIN LISTA DE LINKS ONION NO LLEGARAS A NINGUN LADO.POR OTRO LADO ,LOS GOBIERNOS DE LOS PAISES NO SON TAN ESTUPIDOS PARA PONER SU INFORMACION VALIOSA EN UNA PC CONECTADA A LA RED.

LA PLAGA DE BAILE DE 1518




Un día de julio de 1518, en una calle de Estrasburgo, una mujer llamada Frau Troffea comenzó a bailar de manera fervorosa. Pero no era una danza normal, pues según cuentan los cronistas, Troffea bailaría durante más de cuatro días, apenas parando para comer. Para entonces, ya no lo hacía sola, sino que eran 34 personas más las que la acompañaban, y el número no paraba de aumentar. Pasado un mes, ya eran más de 400, entre hombres, mujeres y niños.

Todos los indicios parecían indicar que el baile de San Vito había llegado a la ciudad. Una enfermedad temida, que hacía que los que la sufrían bailaran y se retorcieran de forma compulsiva en medio de alucinaciones y visiones, gritando de forma furiosa y, en muchas ocasiones, echando espuma por la boca, proporcionando a los afectados una apariencia delocura o, peor aún, de poseídos.

A medida que la plaga empeoraba, las autoridades buscaron el consejo de los médicos de la ciudad. Sorprendentemente, entre todos creyeron que lo más adecuado para estos enfermos del baile era que siguieran bailando, según el parecer generalizado, los enfermos sólo se curarían si no paraban de bailar durante las 24 horas del día. Para ello, habilitaron varios salones y construyeron un escenario de madera. Todo para que pudieran bailar a su aire. Y por si esto fuera poco, las autoridades contrataron a músicos para que tocaran y a bailarines profesionales para que los acompañaran.

La música servía, además de cómo estimulo para evitar que dejaran de moverse, como cura para sus males. En aquellos tiempos, se creía que la música era capaz de sanar, no sólo los males del cuerpo, sino también los del alma.

Para finales de verano, la plaga de danzantes ya se había extendido hasta varias docenas de ciudades y pueblos de Alsacia, y los bailarines comenzaban a morir aquejados deinfartos, derrames cerebrales o, simplemente, de agotamiento. Muchos de los que resistieron acabaron siendo llevados a pie o en carro hasta alguna capilla cercana dedicada a San Vito. Santo al que muchos rezaban como último recurso y que se convirtió en el patrón de los danzantes. Finalmente, a principios de septiembre, la epidemia comenzó a remitir.

Por extraña que parezca, esta plaga de baile no es la primera de la que se tiene constancia. En 1374, en una docena de ciudades de la cuenca del Rin, coincidiendo con unas gravísimas inundaciones que habían traído la desesperación y el hambre a la región, cientos de personas fueron poseídas por una compulsión irrefrenable que también las obligaba a bailar. Se retorcían, giraban y contorsionaban durante horas, incluso días, chillando en medio de visiones y alucinaciones. En cuestión de semanas, la epidemia se extendió a grandes áreas del noreste de Francia y Holanda. Tuvieron que pasar meses hasta que la epidemia remitió.

Durante el siglo XV, fueron sólo unos cuantos los estallidos de este tipo de plagas de los que se tiene constancia. El más importante, en 1491, en un convento de monjas de los Países Bajos. Varias monjas fueron “poseídas por el espíritu de familiares malvados” que hacían que corrieran como perros, saltaran de los árboles imitando a los pájaros o maullaran como si fueran gatos. Aunque estas “posesiones” no se limitaron a los conventos, fueron las monjas las más afectadas. Durante los dos siglos siguientes, episodios similares se repitieron en otros conventos de París o Roma.


En el caso de Estrasburgo, como ocurrió en 1374 en la cuenca del Rin, la plaga tampoco vino sola, sino que lo hizo precedida por una sucesión de hambrunas provocadas por una serie de inviernos y veranos extremos. En este caso, fueron las heladas y las granizadas las que habían echado a perder las cosechas. El precio del pan había llegado hasta precios máximos y el hambre causaba grandes mortandades. Los que sobrevivían tampoco lo tenían fácil y muchos acababan arruinados por las deudas. La ciudad estaba llena de campesinos que lo habían perdido todo y que no tenían otra opción que mendigar por sus calles. A las ya temidas y conocidas lepra y viruela se les unían nuevas enfermedades como la sífilis, que se cebaba con ellos.

Las monjas, sin embargo, parecían estar protegidas de muchas de las calamidades de la época. Aunque los propios conventos podían no resultar el ambiente más sano, psicológicamente hablando. Muchas no estaban allí por decisión propia, sino por decisión de sus padres. Sin embargo, una vez dentro, les era muy difícil salir. Aunque, a veces, las que mostraban una desesperación mayor no tenían porque ser las que no parecían tener ningún tipo de vocación, sino, precisamente, a las que les sobraba, atormentadas y obsesionadas por el temor de no entregarse lo suficiente.

Las plagas de baile, o las posesiones en los conventos, son episodios tan extraños que lo más fácil es pensar que no existieron. Sin embargo, se dispone de una gran variedad de fuentes documentales que dan cuenta de su existencia. En muchos casos, las plagas fueron descritas de forma independiente por médicos, cronistas, monjes y sacerdotes. En el caso de Estrasburgo, incluso, figuran en las actas municipales las acciones tomadas por las asustadas autoridades.




Pero, ¿qué era lo que producía estas maratones de baile?

Se ha especulado sobre la posibilidad que los bailarines formaran, en realidad, parte de algún tipo de culto herético. Aunque los testimonios de su época coincidían en describir a los danzantes como enfermos, no como herejes. Ni siquiera la Iglesia de la época, siempre dispuesta a combatir las herejías con contundencia, los veía como tales. Tampoco existe ninguna evidencia, según cuestiona el profesor John Waller de la Universidad de Michigan en su libro “A Time to Dance, a Time to Die”, de que los danzantes lo hicieran por voluntad propia.

Otros estudiosos han recurrido al cornezuelo (también conocido como ergot) para explicar las epidemias. Los partidarios de esta hipótesis sostienen que los enfermos podrían haber consumido pan contaminado con este hongo que contiene sustancias psicotrópicas. Durante la Edad Media, las intoxicaciones con él eran muy frecuentes. El ergotismo, en aquel tiempo conocido como el “fuego de San Antonio”, podía producir necrosis de los tejidos y gangrena en las extremidades. Muchos conseguían sobrevivir, pero quedaban mutilados de por vida, en algunos casos perdiendo todas sus extremidades.

Sin embargo, en la actualidad, se ha llegado a un cierto consenso entre psicología, historia y antropología, y la mayoría de los que han estudiado la cuestión defiende que las verdaderas causas de las plagas de baile, así como las oleadas de posesiones en los conventos de Europa, eran más psicológicas y culturales que fisiológicas. Según esta versión, las epidemias habrían sido el resultado de un trastorno psicogénico masivo, un tipo de histeria colectiva que acostumbra a aparecer después de largos periodos de angustia y tensión.

Uno de los motivos más importantes que les permite argumentar así es la falta de auto-control que mostraban los afectados. Según Waller, defensor también de esta versión, este comportamiento podría ser debido a que los danzantes habían caído en un estado de trance disociativo y presentaban un estado de consciencia alterado. De no ser así, es difícil de entender que alguien pudiera bailar durante días, hasta tener los pies magullados y sangrando, y no parar. Durante la epidemia de 1374, los testimonios coinciden en señalar que los bailarines no parecían totalmente conscientes, sino que mostraban una actitud frenética y salvaje, poseídos por sus visiones.

Waller reconoce que es factible que el cornezuelo pudiera haber inducido las alucinaciones y convulsiones, pero cree bastante difícil que fuera este hongo el causante de las interminables maratones de baile, puesto que uno de los síntomas del ergotismo es la reducción de la cantidad de sangre que llega hasta las extremidades, lo cual, aparte de producir fuertes dolores, dificulta moverse y, por supuesto, bailar.



Waller achaca la irrupción de la epidemia de baile al contexto cultural y social de la época general y, en particular, a la situación extrema por la que pasaba Estrasburgo. Se trataba de una sociedad demasiado susceptible a la influencia de santos y demonios, lo que la convertía en terreno abonado para la aparición de supersticiones, miedos y falsas creencias. Se creía, por ejemplo, que si alguien provocaba la ira de San Vito, el santo enviaría una epidemia del baile compulsivo que lleva su nombre (¿?). Según Waller, los ciudadanos de Estrasburgo, antes del estallido, estaban convencidos, de alguna manera, que la ira del santo se había desatado sobre la ciudad.

De esta manera, los más vulnerables comenzaron a temer la posibilidad de ser presa de esa maldición, y eso los convirtió en más propensos a caer en un estado de trance involuntario. Un estado que en grupos sometidos a una situación de angustia y temor, como era el caso, puede resultar extremadamente contagioso. Además, en este caso, la decisión de las autoridades de reunir a todos los afectados y hacerlos bailar en las partes más bulliciosas de la ciudad, no hizo sino que facilitar este contagio, ayudando a que la epidemia se extendiera sin control. Todo lo contrario de lo que recomiendan los expertos en la actualidad.

Cuando una persona entraba en trance, aunque era de forma involuntaria, actuaba como se esperaba de los afectados por la maldición, bailando de manera descontrolada durante días. Y, a cada nueva persona “poseída”, los que quedaban, más convencidos estaban que la maldición era una realidad.

En definitiva, según Waller, todo fue una consecuencia de la desesperación, la devoción y, sobre todo, de la sugestión. Así, la plaga comenzó a perder fuerza al mismo tiempo que las creencias sobrenaturales que la habían producido comenzaron a perderla. Durante la década siguiente, la ciudad de Estrasburgo se convirtió al protestantismo y dejó de ser susceptible, según Waller, a este tipo de epidemias al abandonar la adoración de santos.

FUENTE

miércoles, 16 de septiembre de 2015

LA COMPUTADORA DE LA MUERTE


¿pueden empezar a aparecer en todo el mundo estos equipos?


Un nuevo equipo de monitoreo es tan notablemente exacto que se puede predecir cuándo es probable que muera un paciente.


Desarrollado en Boston, la supercomputadora es capaz de determinar la condición del paciente y de los resultados mediante la combinación de los registros de pacientes existentes con los datos obtenidos a través de equipos de monitoreo en tiempo real. El software es tan sofisticada que se puede diagnosticar lo que está mal con un paciente a veces incluso antes de que un médico puede y es incluso capaz de utilizar lo que ha aprendido a predecir cuando alguien tiene más probabilidades de morir con una tasa inquietantemente alta de precisión. "Podemos predecir con casi una certeza del 96% de que estos pacientes van a morir 

 por lo que,si el equipo dice que vas a morir, probablemente vas a morir en los próximos 30 días ", dijo el líder del proyecto, el Dr. Steven Horng. Cada tres minutos el equipo mide los signos vitales de un paciente y luego utiliza su base de datos de 250,000 registros para comparar y analizar su condición y para predecir los resultados probables.
 Los investigadores responsables del proyecto, sin embargo están dispuestos a restar importancia a las sugerencias de que los sistemas de este tipo se están diseñados con el objetivo de eventualmente reemplazar los médicos reales en los hospitales. "Nuestro objetivo no es reemplazar el personal médico, "dijo el Dr. Horng. "Esta inteligencia artificial, es realmente para aumentar la capacidad de un médico para atender a los pacientes."



FUENTE
http://www.unexplained-mysteries.com/

sábado, 12 de septiembre de 2015

ufo-crash de Morelos,Mexico



Según la revista ufológica inglesa Flying Saucer Review, dos ingenieros mexicanos residentes de Cuernavaca, Morelos, relataron a un corresponsal de la revista que en el verano de 1951 habían encontrado los cadáveres de la tripulación de un OVNI que se había estrellado en un Valle de la Sierra Madre.
Los ingenieros indicaron que los seres tenían características humanas, con hermosas facciones y manos finas, pero su piel se encontraba oscurecida aparentemente por el calor que destruyó al OVNI al estrellarse, pues cuando uno de ellos tocó el rostro de uno de los cuerpos, la piel se desprendió bajo sus dedos, “como si hubiese estado cosida,

Según el corresponsal, los testigos eran profesionales de entera confianza y le señalaron además que al dar parte a las autoridades se vieron en muchos problemas. Dijeron además que estuvieron presentes en los momentos en que los seres y los restos de la nave eran cargados en un avión de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, con destino desconocido

viernes, 11 de septiembre de 2015

EL UFO-CRASH DE MATAQUESCUINTLA (GUATEMALA)



EL RELATO DE LOS HECHOS

La principal testigo la Sra. María Candelaria Hernández tenía en aquellos años aproximadamente unos 74 años, lo cual las cuentas nos llevan a pensar que los hechos habrían ocurrido alrededor de los años 1938-1939, lo que hace este episodio uno de los más antiguos Ufo-Crash que se tenga conocimiento.

La testigo relataba en su niñez a su hijo Pablo, la historia de unos extraños hechos ocurrido en unos terrenos vecinos a su casa, para ser preciso en la finca “La Concepción”, propiedad ahora de la Sra. Antonieta de Braun y que siempre ha pertenecido a su familia por generaciones.
Es este hijo de nombre Pablo Hernández quien en el año 1983 relató este episodio al investigador guatemalteco Oscar Padilla que realizó las comprobaciones necesarias para avalar el caso como real y con motivos muy sólidos de credibilidad.












Los hechos en sí se pueden resumir de la siguiente manera:

Doña Candelaria estaba lavando ropa en unas pozas llamadas “Las Charquitas” de pronto escuchó un ruido ensordecedor, al mirar el cielo vio pasar sorpresivamente y en raudo vuelo una bola incandescente. Esta bola incendiaria pasó sobre los ciprales que hay en el lugar y observó que estos árboles quedaron moviéndose por el aire emitido al pasar la bola.
Doña Candelaria se extraño, pero la premura en lavar la ropa que le encargaban los policías destinados en la región pudo más que su curiosidad y solo recuerda que vio a unos niños a eso de las 17,00 hrs. que salían del bosque y que con gran agitación le decían:

" Doña Cande vaya a ver los muñequitos que cayeron del cielo, allá atrás en la cuadra donde corren los caballos, están todos chamuscados y huelen a hule quemado"

A pesar de lo extraño expresado por los niños, el cansancio y la carga de la ropa limpia la hizo desistir y empezó a caminar por el largo sendero que la llevaría de regreso a casa.
Doña Candelaria al otro día se levantó temprano ya que preparaba todos los días sus tortillas de maíz para el desayuno. A pesar que en Colís (*) nunca pasa nada, aquella mañana Doña Candelaria escuchó rumores de muchas personas que se dirigían hacia el lugar de los ciprales donde ella había visto caer la bola incandescente. Notó que la mayoría de estas personas eran soldados, policías, guardias de Hacienda y algunos "gringos" desconocidos en la zona.
A las 8,30 de la mañana ya estaban bajando toda esta gente al lugar. El Jefe de la Policía que era amigo de la familia le acercó una caja de aluminio como los camarines en donde traían algo entre varios policías. Uno de los policías que también era amigo de la familia le dijo:

"Mire Doña Cande, los marcianitos que cayeron del cielo" Doña Candelaria recuerda que alguno de su familia expresó:"Pobrecitos los angelitos como se fueron a chamuscar" enseguida se persignaron y más de alguno dijo algo así como: "Dios los haya perdonado".

El Jefe de la Policía tomó la caja de metal y desapareció junto con los otros agentes de la autoridad y algunos americanos que lo acompañaban. Doña Candelaria aún recordaba la cara de espanto de su familia cuando miraron al interior de la caja de aluminio.

Este es el relato sintetizado y trascrito de las declaraciones de Pablo Hernández, hijo de Doña Candelaria, quien recuerda perfectamente este relato de su madre, hecho que quedo en la memoria al paso de los años. Lógicamente que hemos tenido que hacer ciertas adaptaciones de palabras y expresiones de los testigos para hacerlo más entendible y universal su entendimiento, pero la esencia del relato esta intacta.



Las primeras averiguaciones se realizan en el mes de Mayo de 1994. El investigador guatemalteco Oscar Padilla, logra localizar al Sr. Arnaldo Padilla Rojas, quien tiene una finca rústica por los bellos parajes donde se adentra el municipio de Mataquescuintla de Jalapa. El Señor Padilla Rojas confiesa al investigador Oscar Padilla que :

"Hace más de 40 años cuando yo estaba jovencito unas personas de Colís me contaron que algo había caído, un objeto extraño, otros comentaban que un globo, otros decían que era un aparato parecido a un globo".








Las averiguaciones conducen a unos nuevos testigos. Esta vez es Doña Tomasa Toledo de la Cruz, mujer de casi 90 años, la cual tiene una memoria muy lucida y en excelente estado. Esta dama casi centenaria negó en primera instancia que estos rumores hayan sido verdaderos, pero su hija Fluvia Cruz de González sí recordaba que por los años 1979 y 1980 habrían llegado a la zona cuatro personas que dijeron ser mineros con "extraños aparatos" buscando una "campana de oro" que según ellos estaba enterrada en la propiedad de la familia. Una leyenda popular de aquellos años recuerda una banda de facinerosos llamados "Los Lucios" asolaban la región, y la gente acostumbraba a enterrar los objetos de valor, pero así y todo, este episodio de búsqueda por parte de estos "mineros" no resultó muy convincente ya que sus excavaciones no eran muy organizadas y daban la impresión de buscar a ciegas.
El Sr. Pablo Hernández brindó nuevos nombres a la investigación. Esta persona era Maria Hernández quien habitaba una casa cercana al lugar de los acontecimientos en aquellos años. El lugar preciso es Colonia Bethania, 34 Ave, 12-08, zona 7 en Mataquescuintla.

La testigo Maria Hernández recuerda que cuando tenía 18 años (en los momentos de la entrevista tiene 74 años), aún sin estar casada, por lo tanto deduce que el suceso ocurrió hace unos 56 años atrás, y para ser más precisa agrega que podría haber sido en el año 1938 en la aldea de Morales; Hubo muchos testigos de la caída del "objeto" , lo denomina abiertamente "un platillo volante" demostrando que el suceso luego lo asocio a las noticias posteriores cuando emergió el fenómeno Ovni. Agrega que la gente comentaba que unos enanitos rubios comenzaron a caminar por el lugar, incluso en el pueblo se habló de la desaparición de una leñadora siendo testigo su hijo que se oculto entre los matorrales.
En la entrevista Doña Maria Hernández expresó su temor ante el parecido de estos enanitos a lo que últimamente esta dando la televisión y las noticias, agregando que por esta razón ella trata de no pensar en el tema.
La investigación misma pasó por el Departamento de Santa Rosa, Casillas, San Rafael de las Flores, y finalmente Morales, que es una aldea de Mataquescintla.

Las averiguaciones determinaron que existía muy poca gente viva de aquella época. El Señor Pedro Cano recordó que hace unos 50 años se habló mucho referente a la desaparición de una señora la cual había sido secuestrada por un extraño aparato volador en la zona. En cambio por cada testimonio concreto también se notaba que entre la gente mayor consultada muchos optaron por callar dando por razonable la sospecha que un acuerdo mutuo los mantenía en silencio.
La investigación condujo a la casa del Señor José I. Hernández y su esposa, quienes confirmaron todos los testimonios de sus antiguos vecinos. La eterna casualidad se hizo presente cuando el hijo de esta familia Víctor Manuel Hernández, más conocido como Tito en el lugar y también conocido por su triste afición a la bebida, en un momento de lucidez ofreció algunos datos que luego de analizarlos resultaban totalmente coherentes y demostraban que de haber existido este episodio el lugar de los hechos estaba muy cerca de la casa de la testigo Tomasa Toledo de la Cruz.

La actitud de Tito es concluyente para la localización del lugar. Quizás al ser incomprendido en un medio social campesino, y a modo de revancha ante su propia gente condujo al investigador Oscar Padilla por un angosto camino de terracería que desembocaba en un sitio llamado “La Minita”. Era una especie de vereda estrecha, llena de ortigas y oleaginosas que clavaban traspasando los calcetines produciendo fuertes picazones. El campo estaba lleno de agujeros en la tierra y seguramente había sido excavado durante mucho tiempo por otras personas. La localización al fondo de un río determinó que se estaba dentro de la finca “La Concepción” y se podían notar antiguas pozas de aguas. ¡No había duda¡ Estaban precisamente en el lugar donde hace más de 50 años atrás Doña María Candelaria Hernández vio como cayó un objeto incandescente en los bosques cercanos a unos pocos metros de un campo de fútbol.

Las investigaciones llevan a confirmar que un pacto de silencio entre los pobladores, hizo pasar desapercibida la historia de este posible Ufo-crash, y la noticia no trascendió a la prensa, más aún, al estar en tan remoto lugar donde el aislamiento es propicio para robos y todo tipo de fechorías, esto ayudó al ocultamiento de los hechos.
Las averiguaciones se tuvieron que llevar a cabo con mucha precaución, incluso con material de defensa y un vehículo todo-terreno apropiado a los malos caminos existentes. Lo que sí esta claro que algo sucedió, y existió un pacto de silencio entre los pobladores y las autoridades de aquellos años.

¿Se enterró el objeto que cayó del cielo? ¿Porqué razón esta todo el entorno excavado donde supuestamente cayó el objeto?

Varias leyendas de la zona hablan de una "campana de oro" enterrada. ¿Leyenda popular o asimilación de un hecho real a punto de pasar a la tradición popular?

Las conclusiones de Oscar Padilla, investigador guatemalteco es que el hecho fue real, y recientemente se reafirmaba en este pensamiento al ser consultado por quien escribe estas líneas.

(*) Colis: Nombre relacionado con la toponimia a geonomía del lugar que aseguran tiene relación con la forma de coliflor del cerro que está a un lado de la ciudad.

Nota: El año 2004 confirma en parte esta investigación, cuando en esta delegación del IIEE de Chile se recibe un mensaje de la propietaria actual de este lugar, quien nos menciona que conoce poco de dicho acontecimiento, pero sí nos expresa haber encontrado un libro en esta propiedad relacionado con este tema.

Trabajo basado en:
http://www.iiee.cl/
Correspondencia y contacto con el propio autor.
Viajes a la zona a confirmar geografía y relatos
en los años 1989, 1990, y 1997

martes, 8 de septiembre de 2015

LA HISTORIA VERDADERA DE SILENT- HILL (centralia)




A principios de los años 80 Centralia era un apacible pueblecito sito en el Condado de Columbia, en Pensilvania, con más de 1.000 habitantes y sus cuidados céspedes y sus coches familiares de seis metros de largo aparcados junto al jardín. Situado a apenas dos horas en coche de Filadelfia o a tres de Nueva York, era el clásico pueblo de clase media del noreste de Estados Unidos, la clase de sitios a los que ponen apodos como “la capital mundial de la tarta de manzana” y cosas así. Un pueblo como hay miles en Nueva Inglaterra, Nueva York o la propia Pensilvania. Antes de que se alcanzara la mitad de la década de los 80 el pueblo quedaría prácticamente vacío. Un incendio tuvo la culpa. Pero era un incendio invisible, porque se encontraba bajo las casas unifamiliares, bajo las pulcras calles, bajo los cuidados céspedes y los niños intercambiando cromos de béisbol. En sólo cuatro años el pueblo quedó casi desierto. Esta es su historia.
Centralia fue fundado con el nombre de Centreville allá por 1854. En 1866 le cambiaron el nombre porque ya había otro pueblo con ese nombre un par de condados más allá, y como Centralia se quedó. Un par de líneas de ferrocarril pasaban por allí, lo que conllevó un crecimiento notable de la población, que alcanzó su cénit cuando moría el siglo XIX, con unos 3.000 habitantes. La minería del carbón era y siguió siendo durante muchos años el principal empleador del pueblo. A lo largo del siglo XX la población fue descendiendo poco a poco hasta que a principios de los ochenta quedaban mil personas en el pueblo, más otras seiscientas en los inmediatos alrededores.




El principio del fin había comenzado un día primaveral de 1962. Las minas de carbón habían sido abandonadas en su mayor parte pocos años atrás por la baja rentabilidad del carbón allí extraído. En la zona sudeste del pueblo había un vertedero que el ayuntamiento quiso limpiar, para lo que contrató a cinco miembros del cuerpo de bomberos voluntarios de la ciudad, algo que ya habían hecho en anteriores ocasiones. Éstos procedieron como en años anteriores, y le pegaron fuego al vertedero, que se encontraba cerca de una de las minas abandonadas. No está claro cómo pasó el fuego desde el vertedero al laberinto de minas de carbón abandonadas, pero lo cierto es que lo hizo, y que todos los intentos por apagarlo fracasaron. En aquel momento se planteó montar una operativa especial para extinguir el incendio, pero los desacuerdos entre el ayuntamiento, el condado y el Estado sobre quién debería pagar la factura lo impidieron. Dicha factura habría ascendido a 5o mil dólares. Mucho dinero para los años 60, pero nada comparado con lo que llegaría a costar décadas después.



Y el incendio continuó su marcha, implacable. Poco a poco el carbón se iba convirtiendo en brasas ardientes bajo el pueblo, y de vez en cuando había escapes de gases y llamas en algunos puntos de las afueras, que los bomberos extinguían rápidamente. El incendio avanzó a un ritmo de unos 15o metros anuales. Las medidas que se tomaron fueron básicamente ir abriendo pozos para aliviar la enorme presión del subsuelo. Las décadas pasaron, y todo el pueblo conocía la situación, pero no le dieron demasiada importancia hasta 1979. En ese año el dueño de la gasolinera local, que también era el alcalde, introdujo una vara medidora en uno de los tanques de gasolina para comprobar el nivel. Al extraerla notó que el metal estaba inusualmente caliente, así que introdujo un termómetro en los tanques de combustible. La medición le aterrorizó; la gasolina estaba a 172 grados Farenheit, lo que vienen siendo unos 80 grados centrígrados. Aquello era verdaderamente peligroso.



Recién estrenada la década de los 80 el asunto se puso verdaderamente serio. Empezaron a aparecer informes de graves perjuicios para la salud de los habitantes de Centralia debido a las contínuas emanaciones de gases tóxicos provocados por el incendio. Los habitantes de Centralia instalaron en sus casas medidores de monóxido de carbono, dióxido de carbono y oxígeno para evitar morir asfixiados durante la noche. En 1981 los pozos de evacuación de gases eran ya 1.800. Ese mismo año, un chico de 12 años llamado Todd Dombowsky estaba jugando en el jardín trasero de su casa cuando se abrió un hoyo de metro y pico de ancho bajo sus pies. Todd se agarró como pudo al terreno gritando; su hermano se percató del peligro y corrió a rescatarle, salvándole la vida. De ese hoyo, que tenía medio centenar de metros de profundidad, brotó un chorro de gas hirviente que contenía cantidades letales de monóxido de carbono.



El pueblo se dio cuenta de que estaba en inminente peligro de muerte. Se celebró un referéndum para evacuar el pueblo y ganó el sí, pero sin financiación poco había que hacer. Por entonces se calculó que extinguir el incendio costaría 100 millones de dólares y habría que evacuar la mayor parte del pueblo de todas formas. El asunto pasó al estado de Pensilvania primero y al Congreso de EE.UU. más tarde. La gente se fue marchando del pueblo poco a poco, pero ese goteo se convirtió en estampida cuando el congreso otorgó cuarenta millones de dólares para realojar a los centralianos. La inmensa mayoría de los habitantes de Centralia se marchó a pueblos cercanos como Mount Carmel o Ashland. Unas pocas familias, sin embargo, se negaron a marcharse. Habían crecido allí y allí querían permanecer, por más que al pueblo le estuvieran ardiendo las entrañas.


En 1992 el estado de Pensilvania expropió por ley todas las propiedades del pueblo y procedió a su demolición. Los escasísismos residentes que quedaban plantearon una demanda colectiva para evitar ser expulsados de sus casas, y consiguieron detener su expulsión. Aún así, del pueblo apenas quedó nada. La inmensa mayoría de los edificios fueron derribados sin contemplaciones para evitar que nadie se instalara allí y apenas quedaron un par de docenas de residentes. ¿Por qué se quedaron en un pueblo que básicamente era una bomba de tiempo y que podía destrozarles la salud o matarles de un día para otro? Por los derechos de extracción del carbón. El mismo carbón que al arder devoraba las entrañas del pueblo podría llegar a ser rentable algún día. Y ese carbón valdría cientos de millones de dólares. Y era propiedad del ayuntamiento de Centralia. Según los escasos residentes que se quedaron, la intención del Estado de Pensilvania al expropiar el pueblo era básicamente quedarse con el carbón y sus derechos. Y no estaban dispuestos a permitírselo. ¿Tenían razón? Quién lo sabe. Decidieron arriesgarse a permanecer en las puertas del infierno para comprobarlo.



Hoy Centralia permanece como una fantasmagórica ciudad abandonada. Las calles siguen existiendo, aunque el asfalto ha comenzado a ser devorado por la maleza, y aquí y allá se abren profundos hoyos por la presión del incendio. Apenas quedan 17 edificios en pie en el pueblo, entre ellos el ayuntamiento y la iglesia Ortodoxa, que se salvó por estar al norte del pueblo, lejos del incendio. Según el censo de 2010 Centralia tiene 10 habitantes. En 1990 tenía 63 y en el 2000 apenas quedaban 21. El ayuntamiento sigue funcionando y se reúne una vez al año. La factura más grande que tuvo que pagar el año pasado fue la de la luz. 92 dólares. Los pocos resistentes que quedan han ido perdiendo sucesivas batallas legales para evitar su expulsión, la última en febrero de este mismo año. Las calles del pueblo están desiertas e inertes, en sus márgenes ya no hay cuidados céspedes sino solares desolados y comidos por la vegetación. Los únicos lugares que se mantienen en buen estado son los cementerios. Una metáfora para un pueblo que ya no conoce futuro.

LA MALDICION DEL PADRE McDERMOTT




Una leyenda local asegura que el trágico destino de Centralia fue consecuencia de una maldición que un párroco local lanzó sobre la población a mediados del siglo XIX.


En esa época, los miembros de los Molly Maguires -una sociedad secreta de mineros irlandeses que luchaban contra los propietarios de las minas y su explotación empleando la violencia- tenían atemorizados a los habitantes de la región del carbón de Pensilvania.
A los Molly Maguires se les atribuyó el asesinato de Alexander Rea, fundador de Centralia.
El cura de la parroquia católica del pueblo, el padre Daniel Ignatius McDermott, denunció desde el púlpito las actividades criminales de los Maguires y estos, en represalia, le propinaron una paliza.
Tras el incidente, cuenta la leyenda que el padre McDermott lazó una maldición sobre Centralia, asegurando que llegaría el día en que tan sólo quedaría en pie en el pueblo la iglesia de San Ignacio.
Aunque esa iglesia no fue la última en ser derribada en Centralia, sí desapreció años después de que la mayoría de casas de la localidad hubieran sido derribadas





EL SER DE TRES LAGOAS




Una extraña imagen está impactando en las redes sociales, en Três Lagoas (MS), distante 338 kilometros de Campo Grande. La foto también se publica en el grupo Whatsapp.
Según el sitio web El tiempo Bataguassu, la imagen fue hecha por una de las cámaras de vigilancia centrales de la Policía Militar (PM).Sin embargo, de acuerdo con el sitio, los aparentes establecimientos en la foto no se refieren a cualquier punto de la región.
En la foto se puede ver una extraña imagen, de la que nadie puede identificar. Algunas personas creen que es un hombre borrosa, quizás por problemas en la cámara o las luces, otros creen que es algo sobrenatural. 
La imagen de la criatura se refleja también en las ciudades de Franca, Aracatuba y Barra Bonita, en São Paulo. En todas partes informan que la imagen fue captada por las cámaras de sus municipios. A medida que el viralizou foto en Whatsapp, no se puede decir con certeza cuál es el lugar en el que parece ser extraño.
En Três Lagoas, hay mucha especulación sobre lo que sería el esta imagen. ¿Qué opinas?
FUENTE

jueves, 3 de septiembre de 2015

Los fantasmas de la Antártica

Jeremiah Reynolds fue un oficial civil de la marina estadounidense, además de escritor y periodista, que arribó a costas chilenas con la idea de encontrar un paso marino a través de la Antártica. Creyente de la teoría de la Tierra Hueca, imaginaba que el polo sur era una gran aventura a través de la cual podía atravesarse el planeta de polo a polo.

El estadounidense permaneció en Chile un par de años, período en el cual reporteó la existencia de la ballena blanca Mocha Dick, hecho que acabaría convertido en Moby Dick, la seminal novela de Herman Melville. Sin embargo, Reynolds protagonizó otra aventura en las costas, una aún más espeluznante y que acabaría recopilada en tres obras fundamentales de la narrativa de horror.

En 1832, Reynolds consigue viajar a la Patagonia, en un ballenero norteamericano que acepta, a cambio de una cifra de dinero, explorar las costas antárticas al sur de Cabo de Hornos. Sin embargo, un motín a bordo acaba con la aventura y Jeremiah es abandonado en una isla cerca de Tierra del Fuego. Cuatro meses después fue encontrado con una barba extensa, cabellos largos y vestido con pieles. Vivía de allegado en una comunidad de indígenas fueguinos, de quienes aprendió la cacería de focas y otros animales. De regreso a la civilización, el norteamericano empezó a sufrir ataques de pánico en los que se despertaba gritando acerca de fantasmas y monstruos que habitaban en los hielos australes y que murmuraban un dialecto del cual se entendía la expresión “Tekeli li, tekeli li”.

Al igual que con la historia de Mocha Dick, Jeremiah Reynolds publicaría esta historia en la revista neoyorquina The Knicker bocker, relato que a posterior sería tomado por Edgard Allan Poe para componer Las aventuras de Arthur Gordon Pym, por Julio Verne en La esfinge de Hielo y finalmente por H.P.Lovecraft en Las montañas de la locura.
FUENTE
Chilean gothic