Hacia las 5:55 y 6:05 de la mañana de aquel 29 de julio de 1977, decenas de personas pudieron observar sobre el cielo de la capital mexicana, tres luces que volaban a gran velocidad, las cuales llevaban una dirección de Sur a Norte. Las primeras personas que tuvieron oportunidad de observar tan singular espectáculo, eran los jóvenes que esperaban una ficha para realizar el examen de la E.N.E.F. (Escuela Nacional de Educación Física), que junto con sus padres, en algunos casos quedaron sorprendidos.
Aquel fue el primer reporte de avistamiento, también los trabajadores de Mexicana de Aviación que realizaban trabajos en la parte alta del edificio, notificaron el paso de los OVNIs.
Cabe mencionar que las publicaciones que dieron seguimiento al caso, desde su inicio hasta su supuesta terminación, fueron las revistas “Contactos Extraterrestres” y “Duda”. Los reportes sobre el avistamiento seguían llegando, tanto a las oficinas de redacción como a varios periódicos, que posteriormente veremos aportaron mucha información que no fue dada a conocer en las citadas revistas.
Los reportes se sumaron de zonas de la ciudad como: Villa Coapa, Estadio Azteca, Palacio de los Deportes (lugar donde estaban reunidos los aspirantes a la Escuela de Educación Física), zona de Xola e Insurgentes. En la esquina de estas calles, la Srita. Patricia Robles afirmó que pudo observar el paso en el cielo de tres luces, las cuales parecían que llevaban una competencia entre ellas. Como se sabe, casi el 90% de los mexicanos a esas horas ya están en camino a sus trabajos, y tomando en cuenta el tamaño de la Ciudad de México, el número de testigos del paso de los OVNIs, del 29 de julio, debió sumar cientos de personas.
Desde el aeropuerto, que por años ha sido punto neurálgico de observación y vigilancia del área del Valle de México, aquella mañana no iba a ser la excepción; según un reporte, la Comandancia del Aeropuerto fue puesta en aviso de los hechos ocurridos sobre la Ciudad de México.
Pero ¿qué era lo que exactamente habían visto?
El 99% de los testigos afirmaron haber observado tres esferas plateadas que irradiaban gran luminosidad, las mismas se desplazaban muy rápido en el cielo y dejaban tras de sí una especie de estela.
Dos fotografías correspondientes a la película tomada por Abel Salazar
Revista “Duda” del 3 de mayo de 1978
Para los testigos de este fenómeno era claro que aquello que observaron no era ni un avión ni un helicóptero, ni un meteoro, ni mucho menos como la afirma un escéptico, parte de un cohete impulsor ruso que escogió la República Mexicana; pasearse por varios estados de la misma, realizar competencias con otros restos de cohete y estrellarse antes de dejarse ver por tripulantes de un jet argentino de pasajeros. Increíble ¿no?
Pero la actividad OVNI no sólo se llevó a cabo dentro de la ciudad y sus alrededores; los OVNIs estuvieron activos en esa semana y en la subsecuente.
En el periódico “Excélsior” de fecha 31 de julio de 1977 fue publicada la siguiente noticia, que posteriormente coincidió con los OVNIs observados en la Ciudad de México:
Testimonios de que vieron OVNIs en Córdoba, Ver.
Córdoba, Ver. 30 de julio
Objetos voladores no identificados (OVNIS) fueron vistos en el cielo de esta población según reporte hecho por varios testigos ante las autoridades de la población. De acuerdo con lo señalado eran siete los aparatos que sobrevolaron dejando una estela luminosa. Vecinos de la zona “Dos Caminos” indicaron que los OVNIs primero eran tres, pero posteriormente se sumaron cuatro más.
En el Club Campestre Cordobés, se informó que el fenómeno no es nuevo, pero que durante este día no se había visto nada.- León Ruiz Ponce (Corresponsal).
Como puede leerse, también en Veracruz se observaron OVNIs, y lo que más llama la atención, es que la descripción de los observadores en Veracruz es muy similar a los vistos en la Ciudad de México, léase la parte: “ERAN SIETE APARATOS QUE SOBREVOLARON DEJANDO UNA ESTELA”.
Los OVNIs que sobrevolaron el D.F. esa mañana, eran exactamente iguales a los descritos en la nota periodística. Los reportes, como lo indicamos, se empezaron a agrupar en las redacciones de varios periódicos, entre ellos:
La Prensa, El Sol de Mediodía, Ovaciones 2ª. Edición, El Nacional y Excélsior, en los mismos se comunicaba el avistamiento masivo y en días posteriores se conocieron pormenores del choque del OVNI.
Dentro de la historia del fenómeno OVNI, que se recuerde, nunca antes tantos medios escritos como electrónicos, dieron tanto tiempo y espacio sobre el tema. Inclusive la noticia se difundió también a través del noticiero de Televisa “Hoy Mismo” con Guillermo Ochoa.
La filmación de los OVNIs
Aquella mañana del 29 de julio de 1977 muchos elementos se conjugaron para que este caso mexicano fuera el caso perfecto, el equipo técnico de Estudios América se encontraba por el sur de la ciudad, en la zona de Villacoapa y el equipo en sí tenía que filmar algunas escenas del amanecer, de lo que sería el final de la película “Picardía Mexicana”, la cual era dirigida por el desaparecido Abel Salazar. Los participantes de las últimas escenas eran el cantante Vicente Fernández y la actriz Jacqueline Andere, los acompañaba el escritor del libro Armando Jiménez.
El equipo técnico, camarógrafos, microfonistas, iluminadores y demás personal se les envió a la parte alta de la casa, a la azotea, para que realizaran la filmación del amanecer, que sería incluido en la película.
Los profesionales esperaban captar las primeras luces del nuevo día, cuando de pronto uno de los técnicos detectó visualmente una especie de explosión al sur de la ciudad.
Todos los presentes, asombrados, trataron de buscar la fuente de aquella explosión en el cielo; inmediatamente observaron tres objetos a gran velocidad que se dirigían de Sur a Norte, los mismos eran, según los testigos, de forma esférica, irradiaban gran luminosidad. Los tres objetos, al parecer, realizaban una carrera, los OVNIs se alcanzaban y se rebasaban ante el asombro de todos y acertadamente el Sr. Abel Salazar ordenó inmediatamente al camarógrafo que filmara aquellos objetos; Javier Cruz, quien era el camarógrafo, obedeció la orden y logró uno de los testimonios más importantes en la historia del fenómeno OVNI, lograr filmarlos en pleno vuelo con película de 35 milímetros.
Posteriormente, según investigación de Fernando J. Téllez, unas 14 personas, aparte del director, los actores y técnicos pudieron ver perfectamente el paso de los OVNIs.
Los OVNIs son vistos por pilotos
No sólo los OVNIs pudieron ser observados desde tierra o captados por los radares, también durante la mañana del 29 de julio de 1977 fueron vistos por las tripulaciones de aviones mexicanos y en especial por uno de Argentina. En el periódico “Diario de la Tarde” se informaba en su edición de esa tarde, en una nota firmada por el reportero Rubén Serratos Escamilla, que la tripulación de un avión Boeing 707 de Aerolíneas Argentinas, el cual volaba al sureste del país en la radial 60 a 500 kilómetros hacia el noroeste, exactamente sobre el estado de Oaxaca, pudieron observar un OVNI, el cual se desplazaba a gran velocidad sobre la radial 60 y que el mismo se empezaba a desintegrar.
La tripulación del Boeing 707 de Aerolíneas Argentinas, vuelo 371, estaba integrada por:
Comandante Sartori, Primer Oficial Hellou y el Segundo Oficial Betelu, el avión argentino había despegado del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México “Benito Juárez”, y el encuentro con el OVNI lo tuvo sobre Oaxaca a las 8:55 de la mañana aproximadamente, ya que el comandante del 707 reportó a las 9 de la mañana el OVNI al Centro de México, en especial a RAMSA (Radio Aeronáutica Nacional S.A).
Los operadores de la Torre de Control del Aeropuerto afirmaron que los comandantes y tripulaciones de aviones de pasajeros de las líneas aéreas mexicanas, Aeroméxico y Mexicana, realizaron detallados informes y reportes sobre OVNIs observados en las zonas de las costas de Veracruz y Campeche.
A la vez, Radio Aeronáutica S.A., dio todo su apoyo para investigar las observaciones de OVNIs; en efecto, en una actitud que no se había presentado antes por un organismo gubernamental. Tuvo su excepción, tal vez, por tantos reportes dados por pilotos, que la autoridad aeronáutica tomó cartas en el asunto.
¿Chatarra espacial?
El 12 de julio de 1979 una noticia daba la vuelta al mundo, el laboratorio espacial norteamericano Skylab retornaba a la Tierra envuelto en llamas. En días previos la expectación era muy grande a nivel mundial, ya que no se sabía dónde iba a caer la gigantesca mole de trozos de metal. Ahora sabemos que casi el 99% del laboratorio cayó como un cometa brillante en la parte central y sureste de Australia.
En el año 1991 se presentó un estudio realizado por el especialista Don Bracions, sobre el total de materia (basura) que se encuentra en órbita alrededor de nuestro planeta y que va desde tornillos, guantes, pernos, hasta satélites que han terminado su vida útil y actualmente vagan por el espacio (son miles de toneladas).
La principal amenaza es para los transbordadores espaciales ya que se han encontrado y chocado, en algunas ocasiones, con estos restos y en ciertas misiones de han visto obligados a cambiar su ruta en el espacio.
Estos desechos son un universo de partes, tanto pequeñas como grandes, algunos impulsores de cohetes ya consumidos colisionan entre sí. En algunos casos estos artefactos tienen tendencia a estallar unos meses después de su uso, cuando la corrosión permite que los tanques de los mismos se deterioren al grado de que se mezclen los restos de diferentes combustibles, originándose una llama que los destruye.
Referencia: http://www.artrev.8k.com/0000000664.htm
(Recordar que el Kosmos 929 fue lanzado desde Baikonur el 17 de julio de 1977 y reingresó a la Tierra en 1978)
Revista “Duda” del 3 de mayo de 1978
Para los testigos de este fenómeno era claro que aquello que observaron no era ni un avión ni un helicóptero, ni un meteoro, ni mucho menos como la afirma un escéptico, parte de un cohete impulsor ruso que escogió la República Mexicana; pasearse por varios estados de la misma, realizar competencias con otros restos de cohete y estrellarse antes de dejarse ver por tripulantes de un jet argentino de pasajeros. Increíble ¿no?
Pero la actividad OVNI no sólo se llevó a cabo dentro de la ciudad y sus alrededores; los OVNIs estuvieron activos en esa semana y en la subsecuente.
En el periódico “Excélsior” de fecha 31 de julio de 1977 fue publicada la siguiente noticia, que posteriormente coincidió con los OVNIs observados en la Ciudad de México:
Testimonios de que vieron OVNIs en Córdoba, Ver.
Córdoba, Ver. 30 de julio
Objetos voladores no identificados (OVNIS) fueron vistos en el cielo de esta población según reporte hecho por varios testigos ante las autoridades de la población. De acuerdo con lo señalado eran siete los aparatos que sobrevolaron dejando una estela luminosa. Vecinos de la zona “Dos Caminos” indicaron que los OVNIs primero eran tres, pero posteriormente se sumaron cuatro más.
En el Club Campestre Cordobés, se informó que el fenómeno no es nuevo, pero que durante este día no se había visto nada.- León Ruiz Ponce (Corresponsal).
Como puede leerse, también en Veracruz se observaron OVNIs, y lo que más llama la atención, es que la descripción de los observadores en Veracruz es muy similar a los vistos en la Ciudad de México, léase la parte: “ERAN SIETE APARATOS QUE SOBREVOLARON DEJANDO UNA ESTELA”.
Los OVNIs que sobrevolaron el D.F. esa mañana, eran exactamente iguales a los descritos en la nota periodística. Los reportes, como lo indicamos, se empezaron a agrupar en las redacciones de varios periódicos, entre ellos:
La Prensa, El Sol de Mediodía, Ovaciones 2ª. Edición, El Nacional y Excélsior, en los mismos se comunicaba el avistamiento masivo y en días posteriores se conocieron pormenores del choque del OVNI.
Dentro de la historia del fenómeno OVNI, que se recuerde, nunca antes tantos medios escritos como electrónicos, dieron tanto tiempo y espacio sobre el tema. Inclusive la noticia se difundió también a través del noticiero de Televisa “Hoy Mismo” con Guillermo Ochoa.
La filmación de los OVNIs
Aquella mañana del 29 de julio de 1977 muchos elementos se conjugaron para que este caso mexicano fuera el caso perfecto, el equipo técnico de Estudios América se encontraba por el sur de la ciudad, en la zona de Villacoapa y el equipo en sí tenía que filmar algunas escenas del amanecer, de lo que sería el final de la película “Picardía Mexicana”, la cual era dirigida por el desaparecido Abel Salazar. Los participantes de las últimas escenas eran el cantante Vicente Fernández y la actriz Jacqueline Andere, los acompañaba el escritor del libro Armando Jiménez.
El equipo técnico, camarógrafos, microfonistas, iluminadores y demás personal se les envió a la parte alta de la casa, a la azotea, para que realizaran la filmación del amanecer, que sería incluido en la película.
Los profesionales esperaban captar las primeras luces del nuevo día, cuando de pronto uno de los técnicos detectó visualmente una especie de explosión al sur de la ciudad.
Todos los presentes, asombrados, trataron de buscar la fuente de aquella explosión en el cielo; inmediatamente observaron tres objetos a gran velocidad que se dirigían de Sur a Norte, los mismos eran, según los testigos, de forma esférica, irradiaban gran luminosidad. Los tres objetos, al parecer, realizaban una carrera, los OVNIs se alcanzaban y se rebasaban ante el asombro de todos y acertadamente el Sr. Abel Salazar ordenó inmediatamente al camarógrafo que filmara aquellos objetos; Javier Cruz, quien era el camarógrafo, obedeció la orden y logró uno de los testimonios más importantes en la historia del fenómeno OVNI, lograr filmarlos en pleno vuelo con película de 35 milímetros.
Posteriormente, según investigación de Fernando J. Téllez, unas 14 personas, aparte del director, los actores y técnicos pudieron ver perfectamente el paso de los OVNIs.
Los OVNIs son vistos por pilotos
No sólo los OVNIs pudieron ser observados desde tierra o captados por los radares, también durante la mañana del 29 de julio de 1977 fueron vistos por las tripulaciones de aviones mexicanos y en especial por uno de Argentina. En el periódico “Diario de la Tarde” se informaba en su edición de esa tarde, en una nota firmada por el reportero Rubén Serratos Escamilla, que la tripulación de un avión Boeing 707 de Aerolíneas Argentinas, el cual volaba al sureste del país en la radial 60 a 500 kilómetros hacia el noroeste, exactamente sobre el estado de Oaxaca, pudieron observar un OVNI, el cual se desplazaba a gran velocidad sobre la radial 60 y que el mismo se empezaba a desintegrar.
La tripulación del Boeing 707 de Aerolíneas Argentinas, vuelo 371, estaba integrada por:
Comandante Sartori, Primer Oficial Hellou y el Segundo Oficial Betelu, el avión argentino había despegado del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México “Benito Juárez”, y el encuentro con el OVNI lo tuvo sobre Oaxaca a las 8:55 de la mañana aproximadamente, ya que el comandante del 707 reportó a las 9 de la mañana el OVNI al Centro de México, en especial a RAMSA (Radio Aeronáutica Nacional S.A).
Los operadores de la Torre de Control del Aeropuerto afirmaron que los comandantes y tripulaciones de aviones de pasajeros de las líneas aéreas mexicanas, Aeroméxico y Mexicana, realizaron detallados informes y reportes sobre OVNIs observados en las zonas de las costas de Veracruz y Campeche.
A la vez, Radio Aeronáutica S.A., dio todo su apoyo para investigar las observaciones de OVNIs; en efecto, en una actitud que no se había presentado antes por un organismo gubernamental. Tuvo su excepción, tal vez, por tantos reportes dados por pilotos, que la autoridad aeronáutica tomó cartas en el asunto.
¿Chatarra espacial?
El 12 de julio de 1979 una noticia daba la vuelta al mundo, el laboratorio espacial norteamericano Skylab retornaba a la Tierra envuelto en llamas. En días previos la expectación era muy grande a nivel mundial, ya que no se sabía dónde iba a caer la gigantesca mole de trozos de metal. Ahora sabemos que casi el 99% del laboratorio cayó como un cometa brillante en la parte central y sureste de Australia.
En el año 1991 se presentó un estudio realizado por el especialista Don Bracions, sobre el total de materia (basura) que se encuentra en órbita alrededor de nuestro planeta y que va desde tornillos, guantes, pernos, hasta satélites que han terminado su vida útil y actualmente vagan por el espacio (son miles de toneladas).
La principal amenaza es para los transbordadores espaciales ya que se han encontrado y chocado, en algunas ocasiones, con estos restos y en ciertas misiones de han visto obligados a cambiar su ruta en el espacio.
Estos desechos son un universo de partes, tanto pequeñas como grandes, algunos impulsores de cohetes ya consumidos colisionan entre sí. En algunos casos estos artefactos tienen tendencia a estallar unos meses después de su uso, cuando la corrosión permite que los tanques de los mismos se deterioren al grado de que se mezclen los restos de diferentes combustibles, originándose una llama que los destruye.
Referencia: http://www.artrev.8k.com/0000000664.htm
(Recordar que el Kosmos 929 fue lanzado desde Baikonur el 17 de julio de 1977 y reingresó a la Tierra en 1978)
Ruta del Kosmos 929 la mañana del 6 de agosto de 1977 (Europa)http://www.svengrahn.pp.se/trackind/Radiospec/Radiospec.htm
Por ejemplo, en el año de 1986 explotó el impulsor de un cohete Ariane, de la Agencia Espacial Europea, y puso en órbita una nube de residuos que siguieron girando alrededor del planeta a una altura de 400 y 1300 kilómetros.
En todos los años de la carrera espacial se han puesto en órbita, entre satélites y basura espacial, más de 17,500 objetos construidos por manos humanas, los cuales van desde pocos centímetros hasta decenas de metros, como la estación espacial MIR. ¿Cómo es posible que el Comando Estadounidense de Vigilancia del Espacio tenga un registro minucioso, si los choques entre restos de satélites y cohetes suceden con frecuencia, aumentándose el número de restos en el espacio?
Según los datos dados a conocer por el científico, el Comando Estadounidense de Vigilancia del Espacio recurre a un programa computarizado que permite “predecir probables colisiones entre transbordadores y basura espacial”, estos encuentros previstos son comunicados a la NASA para su evaluación y se tratan de elaborar trayectorias que los eviten. ¿Cómo pueden tener clasificados más de 17,500 restos de objetos que vuelan en el espacio? ¿Cómo afirmar que el objeto que se vio acompañado de otros dos similares el 29 de julio de 1977 era chatarra espacial, si los dos días posteriores se observaron también en varias partes de la República Mexicana?
Como parte final de este tema daré cabida a la información dada a conocer por el científico español Eduardo Bonus, quien habla sobre la chatarra espacial:
Una nave que llevara un satélite de unos 100 kilos se podría romper, en un principio en 104}5 pedazos de un centímetro, en órbitas circulares muy bajas. El regreso de esos restos a la atmósfera puede producirse en pocos meses. A los 400 kilómetros de altura los objetos permanecerán en órbita un año. A los 800 kilómetros, unos 30 años y a los 900 kilómetros de altura seguirán dando vueltas durante 50 años, no sabiéndose con exactitud en qué lugar caerán. (Recuérdese que no se sabía el lugar donde caerían los restos del laboratorio espacial Skylab, en el año 1979).
¿Realmente se estrelló un OVNI en la Sierra de Puebla?
Este es el título de un artículo escrito por el investigador Fernando J. Téllez, publicado en la revista argentina “Cuarta Dimensión” núm. 51, que dirige mi buen amigo Fabio Zerpa.
En este artículo, Fernando J. Téllez (quien escribía en Contactos Extraterrestres) informaba de un avistamiento efectuado el 29 de julio de 1977 en el estado de Puebla y de la posterior explosión y caída del aparato en la sierra del mismo nombre.
En el número 66 de la citada revista y bajo el título “¿Qué pasó realmente en la Sierra de Puebla?, el grupo de coordinación documental de ONIFE daba un resumen del caso y comunicaba un hecho sensacional, pese a que los primeros investigadores in situ no encontraron nada, posteriormente habían aparecido muestras del supuesto OVNI estrellado.
En su segunda parte el informe ONIFE dice lo siguiente:
Tres personas (dos de las cuales son maestros de escuela) procedentes del pueblo Filomeno Mata (estado de Veracruz), redactaron una carta que decía: “Se trata de la explosión del OVNI, o artefacto, como podría llamársele, que se registró en el mes de julio de este año 1977, en la Sierra de Puebla, y del cual investigadores de Contactos Extraterrestres, después de organizar varias expediciones, nos informan no haber encontrado vestigio alguno, por lo que nos servimos gustosamente hacer de su conocimiento que lo que se dice de la “desintegración en chispas del aparato” es cierto.
Una de esas “chispas” fue rescatada después de hacer contacto con el suelo: se trataba de un pedazo de lámina cuyo material francamente desconocemos, las autoridades del MUnicipio de Jopala, Puebla, la guardan y conservan, y nos aseguran que al momento de recogerla permanecía en estado de elevada temperatura…”
Por supuesto, con la llegada de esta carta comenzó nuevamente la investigación, esta vez en el pueblo de Jopala, Puebla, que se encontraba dentro del posible trayecto del objeto.
El presidente del pueblo Sr. Antonio Hernández García, poseía un trozo de metal que había caído del cielo, el día de la explosión, el cual en un principio se negó a dar, pero tras varias peticiones y reiterada insistencia cedió un pedazo de la mencionada lámina. (A los investigadores Pablo Latapí –hoy periodista de TV Azteca- y al Sr. Héctor Chavarría –investigador escéptico).
Según declaraciones del Sr. Miguel Cruz (propietario del lugar donde cayó la pieza metálica), oyó una explosión un día del mes de julio (no recuerda exactamente el día), y cuando miró al cielo vio que caían cosas que iban echando humo; tuvo que apartarse, pues uno de los trozos casi le cayó encima. Cuando quiso recogerlo ya no pudo, ya que estaba sumamente caliente.
Según el informe proporcionado por el ONIFE, al analizar el tramo de metal caído del cielo, se encontró que estaba compuesto por:
0.28% de Carbono
0.84% de Magnesio
1.13% de Silicio
0.77% de Cromo
Materiales utilizados solamente en hornos que soportan grandes temperaturas, de acuerdo a los datos proporcionados por los investigadores que cubrieron el caso del OVNI en Puebla… un caso que estuvo ligado a una oleada en varias partes del mundo, un caso donde todavía existen cabos sueltos.
Lo que es real, es que el 29 de julio de 1977, varios Objetos Voladores No Identificados sobrevolaron el espacio aéreo mexicano, fueron detectados por las pantallas del radar, observados por tripulaciones de aviones nacionales y extranjeros, y lo que nos llama la atención es que uno de ellos se estrelló en la Sierra de Puebla.
Por ejemplo, en el año de 1986 explotó el impulsor de un cohete Ariane, de la Agencia Espacial Europea, y puso en órbita una nube de residuos que siguieron girando alrededor del planeta a una altura de 400 y 1300 kilómetros.
En todos los años de la carrera espacial se han puesto en órbita, entre satélites y basura espacial, más de 17,500 objetos construidos por manos humanas, los cuales van desde pocos centímetros hasta decenas de metros, como la estación espacial MIR. ¿Cómo es posible que el Comando Estadounidense de Vigilancia del Espacio tenga un registro minucioso, si los choques entre restos de satélites y cohetes suceden con frecuencia, aumentándose el número de restos en el espacio?
Según los datos dados a conocer por el científico, el Comando Estadounidense de Vigilancia del Espacio recurre a un programa computarizado que permite “predecir probables colisiones entre transbordadores y basura espacial”, estos encuentros previstos son comunicados a la NASA para su evaluación y se tratan de elaborar trayectorias que los eviten. ¿Cómo pueden tener clasificados más de 17,500 restos de objetos que vuelan en el espacio? ¿Cómo afirmar que el objeto que se vio acompañado de otros dos similares el 29 de julio de 1977 era chatarra espacial, si los dos días posteriores se observaron también en varias partes de la República Mexicana?
Como parte final de este tema daré cabida a la información dada a conocer por el científico español Eduardo Bonus, quien habla sobre la chatarra espacial:
Una nave que llevara un satélite de unos 100 kilos se podría romper, en un principio en 104}5 pedazos de un centímetro, en órbitas circulares muy bajas. El regreso de esos restos a la atmósfera puede producirse en pocos meses. A los 400 kilómetros de altura los objetos permanecerán en órbita un año. A los 800 kilómetros, unos 30 años y a los 900 kilómetros de altura seguirán dando vueltas durante 50 años, no sabiéndose con exactitud en qué lugar caerán. (Recuérdese que no se sabía el lugar donde caerían los restos del laboratorio espacial Skylab, en el año 1979).
¿Realmente se estrelló un OVNI en la Sierra de Puebla?
Este es el título de un artículo escrito por el investigador Fernando J. Téllez, publicado en la revista argentina “Cuarta Dimensión” núm. 51, que dirige mi buen amigo Fabio Zerpa.
En este artículo, Fernando J. Téllez (quien escribía en Contactos Extraterrestres) informaba de un avistamiento efectuado el 29 de julio de 1977 en el estado de Puebla y de la posterior explosión y caída del aparato en la sierra del mismo nombre.
En el número 66 de la citada revista y bajo el título “¿Qué pasó realmente en la Sierra de Puebla?, el grupo de coordinación documental de ONIFE daba un resumen del caso y comunicaba un hecho sensacional, pese a que los primeros investigadores in situ no encontraron nada, posteriormente habían aparecido muestras del supuesto OVNI estrellado.
En su segunda parte el informe ONIFE dice lo siguiente:
Tres personas (dos de las cuales son maestros de escuela) procedentes del pueblo Filomeno Mata (estado de Veracruz), redactaron una carta que decía: “Se trata de la explosión del OVNI, o artefacto, como podría llamársele, que se registró en el mes de julio de este año 1977, en la Sierra de Puebla, y del cual investigadores de Contactos Extraterrestres, después de organizar varias expediciones, nos informan no haber encontrado vestigio alguno, por lo que nos servimos gustosamente hacer de su conocimiento que lo que se dice de la “desintegración en chispas del aparato” es cierto.
Una de esas “chispas” fue rescatada después de hacer contacto con el suelo: se trataba de un pedazo de lámina cuyo material francamente desconocemos, las autoridades del MUnicipio de Jopala, Puebla, la guardan y conservan, y nos aseguran que al momento de recogerla permanecía en estado de elevada temperatura…”
Por supuesto, con la llegada de esta carta comenzó nuevamente la investigación, esta vez en el pueblo de Jopala, Puebla, que se encontraba dentro del posible trayecto del objeto.
El presidente del pueblo Sr. Antonio Hernández García, poseía un trozo de metal que había caído del cielo, el día de la explosión, el cual en un principio se negó a dar, pero tras varias peticiones y reiterada insistencia cedió un pedazo de la mencionada lámina. (A los investigadores Pablo Latapí –hoy periodista de TV Azteca- y al Sr. Héctor Chavarría –investigador escéptico).
Según declaraciones del Sr. Miguel Cruz (propietario del lugar donde cayó la pieza metálica), oyó una explosión un día del mes de julio (no recuerda exactamente el día), y cuando miró al cielo vio que caían cosas que iban echando humo; tuvo que apartarse, pues uno de los trozos casi le cayó encima. Cuando quiso recogerlo ya no pudo, ya que estaba sumamente caliente.
Según el informe proporcionado por el ONIFE, al analizar el tramo de metal caído del cielo, se encontró que estaba compuesto por:
0.28% de Carbono
0.84% de Magnesio
1.13% de Silicio
0.77% de Cromo
Materiales utilizados solamente en hornos que soportan grandes temperaturas, de acuerdo a los datos proporcionados por los investigadores que cubrieron el caso del OVNI en Puebla… un caso que estuvo ligado a una oleada en varias partes del mundo, un caso donde todavía existen cabos sueltos.
Lo que es real, es que el 29 de julio de 1977, varios Objetos Voladores No Identificados sobrevolaron el espacio aéreo mexicano, fueron detectados por las pantallas del radar, observados por tripulaciones de aviones nacionales y extranjeros, y lo que nos llama la atención es que uno de ellos se estrelló en la Sierra de Puebla.
FUENTE El caso Puebla… a 30 años Por Alfonso Salazar Mendoza extracto del el libro “Ovni Estrellado en Puebla” Autor: Alfonso Salazar Mendoza Mina Editores
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El caso Puebla… a 30 años
Por Alfonso Salazar Mendoza
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