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jueves, 20 de agosto de 2015

Desenmascara el INAH al Presentador Jaime Maussan




supuestas piedras prehispánicas

En reiteradas ocasiones, personas de Ojuelos, Jalisco, han acudido a la delegación del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en Aguascalientes para tratar de autentificar unas “piedras con tallados prehispánicos”, las cuales han cobrado gran popularidad tras la publicidad que les ha hecho el presentador Jaime Maussan, quien les atribuye un origen extraterrestre, pues en estas piezas se plasman imágenes de “alienígenas”, así como astronautas.

Al respecto, la arqueóloga del INAH, Ana María Pelz Marín, refirió en entrevista para Pagina 24 que a simple vista se puede comprobar que las piedras no son auténticas, pues son una amalgama de dibujos de varias culturas: mexica, olmeca y maya, todas en la misma piedra y con rasgos que se atribuyen a los alienígenas.

“Las piedras ni siquiera están en contexto prehispánico, no nos han podido comprobar la procedencia exacta, el problema es que estos objetos se comercializan y se engaña a la gente, pero nosotros no avalamos estos materiales”.

Ana María Pelz Marín arqueóloga del INAH



Aclaró que en el municipio de Ojuelos sí hay vestigios prehispánicos como puntas de flecha, pinturas rupestres o fragmentos de vasijas, pero no piedras con alusiones alienígenas. Personal del INAH Aguascalientes ya se puso en contacto con las delegaciones de Jalisco y San Luis Potosí, las cuales coinciden en no autentificar los objetos que presume Jaime Maussan.

La especialista subrayó que a pesar de la falsedad de estas piezas se comercializan como verdaderos artículos prehispánicos, y aunque se engaña a las personas no hay delito qué perseguir, pues para el INAH no son objetos históricos, sino simples artesanías. “Incluso a mí me los trataron de vender, y si fueran originales, la venta de un patrimonio de la nación es un delito federal, la gente tiene que entender que no son piezas originales”.



Desde el año 2012, habitantes de Ojuelos, Jalisco, aseguran encontrar objetos prehispánicos a pocos metros de profundidad, los cuales son piedras con figuras que representan naves espaciales, astronautas y personas con características alienígenas, como ojos alargados y carencia de boca.

En el cerro de El Toro, de este municipio, se estableció Aztlán, la ciudad de la cultura náhua-azteca, sus primeros pobladores fueron los chichimecas y huachichiles. En la actualidad, Ojuelos cuenta con más de 25 mil habitantes, los cuales se dedican principalmente a la actividad agrícola, en la que destaca el cultivo de la tuna, maíz, frijol, trigo, cebada y nopal.

Cuenta con yacimientos de mercurio, estaño y con área boscosa, principalmente de pino y roble. Asimismo, se elaboran bebidas como el colonche de miel de tuna y se produce cajeta de leche, se confeccionan sarapes y se realizan artículos de alfarería.

Los primeros pobladores de Ojuelos fueron los indios tecuexes, en el siglo XII. Entre los siglos XIII y XIV perteneció a la región Caxcana y después habitaron el lugar los indios chichimecas y huachichiles. En el sigo XV se fundó Ojuelos con carácter de “fuerte” bajo el nombre de “San José de Ojuelos”, con el fin de resguardar los constantes asaltos a las diligencias que transportaban materiales extraídos de las minas de Zacatecas y con destino a la Ciudad de México.

fuente

miércoles, 20 de agosto de 2014

Hallan una ciudad maya oculta en la selva


 El sitio arqueológico, situado en el Estado mexicano de      Campeche, al sureste del país, consta de tres complejos    monumentales de unos 1.400 años de antigüedad


Se encontró que las antiguas ruinas de piedra durante una expedición dirigida por el arqueólogo esloveno Ivan Sprajc.
Muro de una estructura en el complejo sureste, que se ha conservado entre la espesura selvática. 


Mexico vive, a través del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), una era dorada de la arqueología. Los descubrimientos relacionados con la cultura maya, propia de Mesoamérica, se suceden ininterrumpidamente. El Proyecto de Reconocimiento Arqueológico en el Sureste de Campeche, que arrancó en 1996 en este territorio situado al oeste de la península de Yucatán, ha detectado ya unos 80 sitios arqueológicos. El último, uno de los sitios más extensos de las tierras bajas centrales, que ha sido bautizado como Chactún, ha permanecido oculto en la selva durante siglos, al norte de la Reserva de la Biosfera de Calakmul, un paraje en el que habitan el jaguar y varios centenares de especies de mariposas. El hallazgo, que ha sido posible gracias a la fotografía aérea de gran escala, ha sido realizado a principios de junio, según ha anunciado el INAH, que ha secundado la expedición, financiada por la National Geographic Society y las empresas Villas y Ars Longa.

El arqueólogo Ivan Šprajc, director de la expedición arqueológica, examina un muro que se ha conservado en Chactún.

Chactún es una antigua ciudad maya que nunca había sido descrita, ni por el arqueólogo norteamericano Karl Ruppert (1895-1960), que exploró la región en los años treinta, ni por otras expediciones científicas. El paraje había sido frecuentado por los chicleros, que extraen una goma de mascar orgánica del chicozapote o árbol del chicle, y madereros de la región, pero la zona se volvió a cubrir de maleza cuando fue declarada parte de la Reserva de la Biosfera, en 1989. Para llegar al campamento donde pernocta el equipo de arqueólogos, dirigido por Ivan Šprajc, es necesario internarse durante casi dos horas en la selva mediana, según explica el INAH. El camino sólo se puede recorrer con una camioneta de doble tracción y hay que detenerse continuamente para cortar a machete la vegetación que bloquea el antiguo sendero.

El sitio arqueológico comprende tres complejos monumentales que suman más de 22 hectáreas, aunque se cree que hace unos 1.400 años, entre los años 600 y 900 d.C., la urbe debió ser el centro rector de un área superior a los 3.000 kilómetros cuadrados, ubicada entre las regiones de Río Bec y Chenes, un espacio que ha permanecido como «un blanco total en el mapa arqueológico del área maya», según palabras de Ivan Šprajc. En estos espacios aparecen dispersas numerosas estructuras de tipo piramidal y palaciego, dos canchas de juego de pelota, patios, plazas, monumentos esculpidos y áreas habitacionales.
Se cree que la urbe fue centro rector de una vasta región hace mil 400 años, entre el 600 y 900 d.C.

 La pirámide más alta mide 23 metros de altura. Chactún destaca, sobre todo, por la gran cantidad de altares y estelas, varias de ellas con huellas de haber sido reutilizadas, que combinan inscripciones grabadas con otras en estuco pintado, una característica poco común en este tipo de monumentos. «Según la interpretación epigráfica, la misma inscripción en la estela dice que esta piedra fue clavada por el gobernante K'inich B'alam en tal fecha, que corresponde al año 751, y ahí se menciona que fue clavada la Piedra Roja o Piedra Grande, Chactún, que da nombre al sitio», dice Šprajc.

fuente/inah/national geografic