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miércoles, 4 de diciembre de 2013

TRANSHUMANISMO, SEREMOS INMORTALES O MAQUINAS SIN SENTIMIENTOS?

 ¿QUÉ ES?

 El Transhumanismo es tanto un concepto filosófico como un movimiento intelectual internacional que apoya el empleo de las nuevas ciencias y tecnologías para mejorar las capacidades mentales y físicas, con el objeto de corregir lo que considera aspectos indeseables e innecesarios de la condición humana, como la enfermedad, el envejecimiento o incluso en última instancia la mortalidad. Los pensadores transhumanistas estudian las posibilidades y consecuencias de desarrollar y usar la tecnología con estos propósitos, preocupándose por estudiar tanto los peligros como los beneficios de estas manipulaciones. El término “Transhumanismo” se simboliza como H+ (antes >H), y es usado como sinónimo de “humano mejorado”.La primera vez que se usó el término transhumanismo data de 1957, el significado contemporáneo se desarrolló en la década de 1980, cuando un grupo de científicos, artistas y futuristas establecidos en los Estados Unidos empezó a organizar lo que desde entonces ha crecido hasta constituir el movimiento transhumanista. Los pensadores transhumanistas proponen que los seres humanos se transformen en seres que expandan sus capacidades hasta devenir en posthumanos.A pesar de lo reducido del número de personas que se calificarían a sí mismas como tales, las visiones transhumanistas de una humanidad futura profundamente transformada han atraído a un gran número tanto de críticos como de partidarios de todo tipo. Ha sido descrito por Francis Fukuyama como «la idea más peligrosa del mundo», mientras que Ronald Bailey considera que es un «movimiento que personifica las más audaces, valientes, imaginativas e idealistas aspiraciones de la humanidad». En pocas palabras, los transhumanistas sostienen que gracias a la tecnología y los avances médicos los seres humanos podrán mejorar sus capacidades, tanto físicas como mentales, y corregir los aspectos negativos de la vida (como el sufrimiento, la enfermedad o el envejecimiento). La consigna de este movimiento es “liberar a la raza humana de sus limitaciones biológicas” y su objetivo llegar a la posthumanidad, el siguiente estadio de la evolución.Se calcula que hasta el siglo XIX, la esperanza media de vida al nacer no superaba los 40 años. Hoy llega a los 80 años en los países desarrollados. Las razones de esta evolución se deben a los progresos médicos y sanitarios, a la conjunción de higiene y antibióticos. Surge entonces una duda: ¿existe un límite biológico para la extensión de la vida humana?Gregory Stock, su precursor. Es el abanderado de la modificación genética. Stock sostiene que “estamos empezando a comprendernos a un nivel tan íntimo que empezamos a controlar los procesos de la vida y nuestro propio futuro evolutivo”. No cree que estemos en el punto final de la evolución, sino que nos queda mucho camino por recorrer; y gracias a la tecnología podemos decidir cómo lo recorremos. Stock desarrolla sus argumentos en el libro Redesigning Humans: Our Inevitable Genetic Future. Stock se muestra partidario de poder seleccionar los genes de nuestros hijos para mitigar las enfermedades y aumentar las capacidades físicas y cognitivas. Dentro de 200 años seremos más guapos, más fuertes y más listos. Conocer nuestra estructura genética, dice, también servirá para personalizar todavía más los tratamientos médicos y aumentar su efectividad. También aparta el argumento de que en el futuro habrán dos clases de humanos (los ricos, guapos y listos frente a los pobres, feos y tontos); la tecnología se estandarizará, igual que ha sucedido con los móviles o los ordenadores. Con el Transhumanismo podemos destacar: Aumento de la inteligencia. Actualmente existen métodos de estimulación craneal que modifican la actividad cerebral; se utilizan, por ejemplo, en enfermos de Parkinson. Esta técnica también ha demostrado mejorar la neuroplasticidad, facilitando las conexiones entre neuronas. Cyborgs. En realidad, ya existen. Neil Harbisson es el primer cyborg reconocido por un gobierno. Nació sin la facultad de ver los colores y a los 20 años se instaló un dispositivo en la cabeza que traducía los colores del mundo a notas musicales. Modificación genética. El diagnóstico y tratamiento de enfermedades mediante terapia genética ya no es una utopía. En las últimas semanas hemos conocido un caso de curación de ceguera mediante la inserción de un gen y el nacimiento en España del segundo “bebé-medicamento”, un niño concebido con la misión de salvar a su hermano de una enfermedad mortal. También es posible modificar los genes de un embrión para que no padezca ciertas dolencias mediante el diagnóstico genético preimplantacional.