¿Oculta el gobierno de EE.UU. la
existencia de un conjunto funerario en el macizo del Gran Cañón? El 5
de abril de 1909, el diario estadounidense “Phoenix Gazette”
anunciaba, en primera plana, el descubrimiento de un enorme sistema de
cuevas y pasadizos excavados en las entrañas del Gran Cañón Este
extraordinario hallazgo había sido descubierto por G.E. Kinkaid (explorador que llevaba 30 años trabajando para el Instituto Smithsonian de Washington) y la investigación del conjunto había sido encomendada al prestigioso arqueólogo de la misma institución, S.A. Jordan.
El articulo, textualemente, rezaba asi:
“G.E Kinkaid nos comunicó las
últimas noticias sobre como marchan las investigaciones del que,
en opinión de los científicos, no es únicamente el
descubrimiento arqueológico mas antiguo de EE.UU., sino también el de
mayor importancia de todo el mundo, […] Kinkaid descubrió, hace unos
meses, una gran ciudadela subterránea en el
Gran Cañón mientras descendía con un bote de madera por el río Colorado
en dirección a Yuma procedente de Green River (Wyoming). Según ha
informado, los arqueólogos del Smithsonian han descubierto de manera
casi segura que el pueblo que habitaba estas cuevas excavadas en la roca
eran de origen oriental y, probablemente, egipcio […]
el Instituto Smithsoonian esta realizando una
minuciosa investigación dirigida por el profesor S.A. Jordan. Se han
explorado casi dos kilómetros del pasadizo principal que esta a unos 450
metros por debajo de la superficie y se ha hallado una sala de
grandes dimensiones de la que parten pasadizos en todas direcciones,
como los radios de una rueda. Se han encontrado cientos de
estancias así como objetos […] que proceden de Oriente: armas de
guerra, instrumentos de cobre afilados y duros como el acero [...] muy
demostrativos del alto grado de civilización al que llegaron esas
misteriosas gentes.”
“Phoenix Gazette” |
Continuaba el articulo, citado las
palabras de cómo había sido el hallazgo por parte de G.E. Kinkaid
descrito con sus propias palabras:
“[…] el yacimiento es casi inaccesible. La entrada se encuentra a 450 m
por debajo del macizo del cañón Se encuentra en propiedad estatal y
esta totalmente prohibido el acceso. Los científicos desean trabajar sin
que nadie les moleste […] Bajaba por el río Colorado con un bote.
Estaba solo y buscaba minerales […] descubrí en la pared oriental
manchas de color en la formación sedimentaria […] la entrada a las
cuevas esta encima de la meseta que la protege de miradas curiosas.
Desde la entrada, unos escalones conducen hacia donde antes llegaba
el río. […] después de avanzar 30 m llegue a
una cámara funeraria donde descubrí las momias. Levanté una de ellas y
la fotografié con flash. Me lleve diferentes objetos y seguí mi viaje
hasta Yuma, donde los envié por barco a Washintong junto con un informe
acerca de mi descubrimiento. El corredor principal mide 3,5 m
de ancho […] a los lados hay cámaras del tamaño de una sala de estar a
las que se accede a través de entradas ovaladas […] trabajados de manera
tan perfecta que seguramente fueron diseñados por un ingeniero. A mas
de 30 m de la entrada hay una sala en forma de cruz de
varias decenas de metros de longitud en la que se halló la imagen de un
dios sentado con las piernas cruzadas. En cada mano sostiene una flor de
loto o una lila. Ese dios recuerda a un Buda […] es posible que se
trate de un culto semejante al del antiguo Tíbet. Alrededor de este
dios hay diferentes figuras mas pequeñas, muy hermosas y otras
desagradables. Todas las imágenes están hechas de piedra dura semejante
al mármol En el lado opuesto de la sala se encontraron instrumentos de
cobre de todo tipo. Es obvio que este pueblo dominaba el arte perdido de
endurecer ese metal. […] también se hallaron jarrones y urnas, así como
recipientes de cobre y oro […] asimismo un metal gris semejante al
platino que hasta el momento no se ha podido identificar. En todas las
urnas, paredes y tablas hay misteriosos jeroglíficos en
cuyo desciframiento aún se esta trabajando […] hay dos representaciones
de animales, uno es de tipo prehistórico La cripta que alberga a las
momias es una de las de mayores dimensiones […] todas son masculinas.
Las dimensiones del conjunto son impresionantes […] podrían albergar a
mas de 50.000 personas”.
Desde ese lejano 5 de abril de
1909, no se ha vuelto a saber nada acerca del descubrimiento No se han
publicado estudios, ni se ha vuelto a mencionar el tema
en ningún volumen de historia para dar legitimidad al hallazgo o
considerarlo como un fraude. Simplemente se ciño el silencio sobre este
importante acontecimiento.
En 1995, David Hatcher Childress, del “World Explorer Club de Kempton” (Illionois), se propuso descubrir si aquel titular era falso. Para ello, se puso en contacto con el Instituto Smithsonian
el cual le respondió que nunca habían llevado a cabo ninguna excavacion
ni sabían nada ni de Kinkaid ni de Jordan. Es decir, el Smithsonian
negaba cualquier conocimiento de aquellos hechos y de las
personas citadas en ellos.
La curiosidad de Childress no ceso ahí y continuo investigando ayudado por Carl Hat. Ambos descubrieron que, en 1910, el “Smithsoian Cientific Series” (la revista de divulgación científica de la institución), mencionaba expresamente al profesor S.A. Jordan
en la pagina 239. También encontraron un mapa con diversos enclaves de
la zona septentrional del Gran Cañón que aparecían señalados con nombres
egipcios. Al preguntar a un arqueólogo del Estado acerca de esa
nomenclatura, este les respondió simplemente que, los primeros
investigadores, habían bautizado aquellos lugares con nombres egipcios
porque “les gustaban”. Este, también les afirmó que la zona
en cuestión estaba cerrada por el peligro que entrañaban sus cuevas, de
tal manera que nadie podía acceder a aquella zona del Gran Cañón.
¿Qué interés podía llevar al Instituo
Smithsonian a silenciar este increíble descubrimiento? Según
Childress, probablemente es la idea del “aislacionismo”. Desde
hace décadas dos ideas acerca de los antiguos habitantes de Norteamérica
se contraponen. Los investigadores se dividen entre los que apoyaban el
“difusionismo” (una civilización primigenia
se habría extendido o habría contagiado sus conocimientos y modos de
vida a sus comunidades colindantes) con aquellos que abogaban por el “aislacionismo”(comunidades
humanas que habría evolucionado sin contacto con sus vecinos). La
Smithsonian se había decantado desde sus orígenes por esta
segunda teoría, llegando a afirmar que
las tribus de Norteamérica no habían tenido contacto entre si y menos un
origen común.
Y es que esta archifamosa institución,
parece que se empecina en mantener ocultos algunos descubrimientos. A
mediados de los años 50, Frederick J. Pohl escribe una carta
al arqueólogo británico T.C. Lethbridged a modo de protesta. En ella
dice que en 1892, se encontraron unos extraños sarcófagos de madera en
Blount County (Alabama) que se habían entregado al Instituto Smithsonian
para su análisis Al parecer, esta especie
de ataúdes eran extraordinariamente grandes y parecían estar tallados
con alguna clase de piedra o cobre.
Pohl dice que cuando se puso en contacto
con el Smitsonian para interesarme por el paradero y estudio de estos
objetos, las palabra de F.M. Setzler, director
del departamento de antropología de la institución fueron: “No hemos encontrado los sarcófagos entre los objetos que guardamos, aunque hay notas de que los hemos recibido”.
En 1992, David Barron, presidente de la Sociedad Gungywamp de Connecticut, insistió sobre
el tema de estos extraños sarcófagos a la institución La respuesta fue
que simplemente se trataban de artesas de madera. Cuando Barron realizo
una petición formal para su estudio, el Smithsonian le respondió que
no podían visitarse pues se encontraban en un almacén contaminado por
asbesto y, por tanto, estaba prohibida su visita excepto para los
colaboradores del instituto.
Childress denuncia que, un conocido
historiador estadounidense (cuyo nombre pidió pertenecer en el
anonimato) conoció a un investigador del Smithsonian que abogaba por la
llegada a América de pueblos anteriores a Colón y esto le supuso
ser expulsado de la institución Ese hombre llego a afirmar que en al
menos una ocasión, el Smithsonian llego a hundir deliberadamente en
el Atlántico un cargamento de “extraños objetos”.
¿A que se debe el velo de secreto
que se ciñe sobre los trabajos arqueológicos de EE.UU. por parte de
esta institución? ¿Por qué se ocultan hallazgos y objetos a la vista del
publico? ¿Es puro “orgullo” de investigadores que se niegan a reconocer
que están equivocados o se esconde algo mucho mas profundo?
fuente:
http://www.mundodesconocido.es
www.spiritofmaat.com
http://www.history.com/