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lunes, 5 de mayo de 2014

EL CEMENTERIO DEL DIABLO.(RUSIA)

Imaginen por unos instantes un lugar llano y extenso de poco más de quinientos metros de diámetro, repleto de hierbas largas y secas que rodean toda la extensión de tierra que alcanza la vista. Un escenario únicamente manchado por el afluente de un río, que discurre a través de estos parajes, estando flanqueado en sus orillas por alguna que otra casa de aspecto lúgubre. Un inhóspito territorio, donde todos los seres vivos que lo habitan, incluidos seres humanos, han sufrido diversas mutaciones y malformaciones extrañas; figuras de aspecto variopinto y grotesco que se van diseminando por delante de nuestros ojos, haciendo caso omiso a nuestra presencia.

Aunque lo que nos llamaría enormemente la atención, es la acción que ejerce sobre estos seres lo que parece ser un campo energético invisible al ojo humano, capaz de hacerlos retorcerse de dolor cada vez que tratasen de franquearlo, llegando incluso a provocarles una muerte dolorosa e inmediata.

Y por si fuera poco, todos los visitantes que prueban suerte al intentar adentrarse en ese área, sufren dolores intensos en todo el cuerpo, haciéndoles abandonar la zona de forma rauda y casi sin dilación.

Puede que suene a fantasía, ciencia ficción, e incluso a un texto proveniente de la mente de un genio del género literario de terror, pero curiosamente es una extensión de tierra real conocida en toda la comunidad rusa como "El Cementerio del Diablo".

Pero ahondemos un poco más en la historia de éste singular paraje...

A mediados de 1991, se emprendió una expedición a cargo de la Asociación Ufológica de Vladivostok, con el fin de hallar el emplazamiento exacto de dicho "cementerio". La historia de este lugar, cuenta que su centro geográfico está situado exactamente en el mismo punto donde supuestamente impactó el objeto de Tunguska. Y según los científicos que habían realizado tal campaña de investigación, El Cementerio del Diablo se hallaría en uno de los múltiples claros de la estepa siberiana, muy cerca de un afluente del río Angará.

Las habladurías que se extendían por toda la comarca sobre este lugar, llegaron incluso a oídos de los estudiosos moscovitas; escucharon como extraños seres merodeaban las orillas del río Kova. Seres semblantes a lo que describieron como minotauros, cíclopes y otros espécimenes que todavía hoy asombran a todos los que han tenido la osadía de adentrarse a observarlos en su hábitat natural.

Por desgracia, durante la época de la dictadura de Stalin se procedió a destruir una innumerable cantidad de poblados diseminados por toda la Taiga. Poblados donde sus gentes conocían a la perfección el lugar exacto de la situación del Cementerio del Diablo, pero poco a poco ese conocimiento se fue perdiendo hasta caer irremediablemente en el oscuro pozo del olvido.

El único resquicio físico que quedó de aquellos días, es una diseminación de árboles plantados a lo largo de todo el perímetro de la zona, con muchos símbolos de advertencia inscritos en sus cortezas, advirtiendo a los visitantes de los peligros a los que se verían expuestos si decidían atravesar aquel umbral.

Según la teoría expuesta por los hermanos Simonov, don científicos de la zona de Taskent, el objeto que ocasionó el incidente de Tunguska, se hallaba oculto bajo tierra, específicamente a diez metros bajo el nivel del suelo.

Afortunadamente, la expedición liderada por el grupo de investigación de Vladivostok halló el punto concreto donde se encuentra el conocido "cementerio", aunque desgraciadamente no consiguieron encontrar ninguna evidencia de que el posible meteorito se hallase en aquel emplazamiento; pues iban desprovistos (o al menos es lo que describieron en su informe) de material adecuado para realizar aquella investigación.

Lo que si lograron realizar es una exhaustiva batida de búsqueda y reconocimiento, tratando de obtener alguna prueba fehaciente, de que aquel era un terreno habitado por seres afectados por la radiación residual de un extraño objeto caído del cielo. Eso sí, sin adentrarse en los límites que lo delimitaban. Pues las historias que habían logrado recopilar a lo largo de su travesía, recorriendo los escasos pueblos que se hallaban diseminados por el camino que seguían, les hablaban de seres deformes, fuerzas extrañas, luces que se movían a ras de tierra de forma errática y la muerte de los cazadores que se atrevían a adentrarse en el lugar. Los cuales, tras sentir como sus entrañas estaban literalmente ardiendo, caían al suelo fulminados.

Pero lo único que fueron capaces de divisar en la zona, fue una extraña niebla grisácea de aspecto fantasmagórico que se extendía por toda la zona delimitada por los árboles marcados; una niebla que únicamente habrían podido ver en este lugar y que afectaba de forma extraña a los escasos instrumentos de medición que llevaban consigo, haciendo oscilar todas las mediciones que lograban obtener...

Otras informaciones anexas a ésta, cuentan que en las cercanías del poblado de Kezhma hay una zona de tierra yerma en medio de un frondoso bosque, bautizado por sus habitante como Cementerio del Demonio, siendo un lugar donde pastores y cazadores locales habían visto como diversos animales entraban dentro del área sin posibilidad de regresar al exterior; simplemente morían de forma inmediata, sufriendo convulsiones y hemorragias violentas que les hacían retorcerse de dolor durante su agónica expiración.

Las publicaciones realizadas por N. Savelyev en el periódico Komsomol´skaya Pravda, el 15 de noviembre de 1987, hablaban sobre las primeras expediciones realizadas a dicho emplazamiento, realizadas antes de la Segunda Guerra Mundial, donde relataba con todo lujo de detalles como las gentes que habitaban las cercanías del "cementerio", habían encontrado que la tierra mostraba un color grisáceo, sin vegetación y con un gran número de cadáveres de aves y animales. También destacaban el hecho de que las ramas de los árboles que estaban situadas más cerca del centro del lugar, mostraban una corteza totalmente abrasada por una gran energía calorífica.

Los perros de los cazadores que se acercaban a olisquear y rastrear dichas tierras, con el tiempo dejaban de comer, perdían masa muscular y finalmente morían por inanición, al igual que sus propios dueños que entraban a toda prisa a buscarlos, intentando evitar que la maldición pudiera llegar a caer sobre ellos.

Todavía hoy, y tras leer tantos escritos sobre esta misma temática durante más de cinco décadas, se desconoce la veracidad de todas estas leyendas y relatos, pero lo que si sabemos con certeza, es que muchos pueblos de la Rusia profunda, conocen los efectos que produce a todos los incautos que deciden adentrarse en sus aledaños, haciéndonos ser conscientes de que nuestro mundo, es un lugar repleto de zonas y lugares inmersos en un misterio, que tras el paso de los años (incluso de siglos), se resisten a desvelar sus secretos.

¿Se atreven a entrar a descubrirlos?

Texto basado en el libro de Philip Mantle y Paul Stonehill, Expediente Soviet Ufo (Ed.: Nowtilus)


viernes, 11 de abril de 2014

LOS 10 AVISTAMIENTOS OVNI MAS IMPORTANTES DE LA HISTORIA

#10: Nuremberg, 1561
En 1561 una multitud observó una serie de esferas saliendo de una nave nodriza en la bóveda celeste de Nuremberg. Los testimonios son múltiples e incluso existe una imagen labrada por el artista Hans Glaser. Reminiscente de la legendaria batalla de OVNIs de Los Angeles, la batalla astral de Nuremberg es la batalla original, en lo que se refiere a luces no identificadas.  
 Significativamente, como suele suceder en cuestiones de proyección psíquica, uno de los testigos observó una cruz llenarse de sangre. Ciertamente una imagen parte de la imaginaria de la época.
* #9: Skylab III
En el lanzamiento de la segunda estación espacial de la NASA piloteada, Skylab, en septiembre de 1973, los astronautas Alan Bean y Owan Garriot observaron una extraña luz roja y la fotografiaron para quitar de dudas —entre escépticos forcejeos de un imposible fenómeno óptico transatelital— y de paso sentando un insoslayable e histórico registro de un avistamiento aún inexplicado.
#8: Yukon ‘mothership’
En un masivo avistamiento, más de 30 testigos en diferentes localidades del territorio Yukon en Canadá observaron un OVNI del tamaño de un estadio de futbol. Los testigos sorprendentemente no se contradicen en sus testimonios.
#7: Malstrom AFB
En 1967, en la base Malstrom, el soldado Rober Salas recibió una llamada de un guardia que reportaba un OVNI sobrevolando sobre la puerta de esta base de la fuerza aérea de Estados Unidos. El objeto estaba iluminado por una halo rojo y desactivó varios de los misiles de la base militar.
#6: Shag Harbour
Las fuerzas militares canadienses reportaron en octubre de 1967 el impacto de un extraño objeto en la bahía de Shag Harbour. Después de una extensa búsqueda que involucró tanto a la fuerza área como a la fuerza naval no se localizó ningún objeto. Este es uno de los pocos casos en los se ha generado una constancia gubernamental de que existió un objeto volador no identificado. El caso incluso fue investigado por dependencias estadounidenses sin rendir ninguna explicación.
#5: Kelly Johnson
Kelly Johnson uno de los diseñadores de aviones más reconocidos del mundo avistó un OVNI en 1953 al mismo tiempo que un avión de la compañía militar Lockhead Martin también reportó avistar un objeto no identificado de 30 metros de diámetro. Johnson, respetado ingeniero aeronáutico, concluyó después de este avistamiento que los OVNIs existían sin lugar dudas. Pese a esta afirmación pública, Johnson continuó diseñando los aviones secretos del ejército de Estados Unidos por 20 años, dando lugar a todo tipo de sospechas.
#4: McMinnville/Trent Photo
Esta fotografía tomada en 1950 en McMinnville, Oregon, apareció en la revista Life y según expertos constituye una de las imágenes más significativas en la historia de la ufología, analizada por diferentes expertos a lo largo del tiempo sin llegar a una conclusión definitiva.
#3: Rendlesham Forest
El llamado Roswell británico ocurrió en diciembre de 1980 en el bosque de Rendlesham, Suffolk, y hace referencia a una serie de avistamientos ocurridos durante tres días que incluyen el aterrizaje de una nave no identificada cerca de una base militar.
#2: Iran, 1976
En 1976 el General Parviz Jafari de la Fuerza Aérea iraní recibió órdenes de acercarse en su jet Phantom F-4 a un OVNI multicolor que volaba sobre Teherán. Jafari comenta que persiguió, como un gato a un ratón, al OVNI y que intentó disparar misiles al objeto volador pero estos fueron desactivados. Este caso fue estudiado por el teniente coronel Mooy de Estados Unidos y observado por cientos de personas.
#1: RB-47
En 1957 una aeronave RB-47 equipada con contramedidas electrónicas y con una tripulación de seis oficiales, fue seguida por más de 1000 kilómetros y por un periodo de 1.5 horas desde Mississippi a Louisiana, Texas y Oklahoma por un OVNI. El objeto fue visto varias veces por la tripulación y detectado en el radar de los operadores en tierra. Este caso es especialmente emblemático ya que el objeto apareció y desapareció en el radar al menos tres veces en distintos canales. La tripulación reportó haber observado una luz intensa realizando maniobras veloces jamás vistas en una aeronave hecha por el hombre. FUENTE http://pijamasurf.com/

lunes, 7 de abril de 2014

LA ZONA DEL SILENCIO.

En la parte central del Bolsón de Mapimí (el cual se encuentra entre los estados mexicanos de Chihuahua, Coahuila y Durango) se localiza un área llamada la Zona del Silencio. El enigmático nombre es causa de un sinfín de mitos que han surgido en torno a la zona. El Bolsón de Mapimí está situado en la parte centro-norte de México, a unos 180 km al noroeste de La Laguna que tiene como ciudades principales a Torreón, Gómez Palacio y Lerdo, y forma parte del Desierto Chihuahuense. La Zona del Silencio se encuentra situada entre Durango, Chihuahua, y Coahuila, entre el paralelo 26 y 28, en el lugar llamado Vértice de Trino. Recibe su nombre porque las ondas de radio no pueden ser transmitidas de manera normal y esto se da sólo en algunas pequeñas áreas, debido a que existen campos magnéticos. La Zona del Silencio fue reportada por vez primera en la década de 1930 por Francisco Sarabia, piloto mexicano que afirmó que su radio falló misteriosamente mientras sobrevolaba la zona. Desde entonces, muchas personas que han visitado la zona han reportado que las señales de radio se interrumpen al entrar en ella, y que las brújulas dejan de apuntar al norte magnético. A pesar de ello, ninguno ha presentado evidencia sólida que soporte su afirmación. Una explicación lógica para estos fenómenos podría ser la alta concentración de hierro proveniente de la constante caída de meteoritos. Alguna vez en el tiempo, esta gran extensión de tierra estuvo bajo las aguas del llamado Mar de Thetis, demostrado por la existencia de fósiles marinos en la zona. En la Zona del Silencio también existen áreas con gran concentración de fragmentos de aerolitos, así como especies endémicas, como lo es la tortuga del desierto, reptiles únicos en el mundo y abundantes nopales violáceos que deben su color a que las capas que protegen de los rayos solares han sido desgastadas por el viento solar. Se puede encontrar la gobernadora, la sabaneta, pastizales, ocotillos, magueyales y cactáceas, algunas de ellas endémicas, yucas, candelilla, nopaleras, mezquites. A su vez, se pueden observar liebres y conejos, ratones y ratas canguro, zorros, coyotes y búhos. Al igual que la vegetación, los animales sufren adaptaciones especiales que les permiten vivir en las condiciones adversas de esta árida región. La Zona del Silencio es frecuentemente comparada con el Triángulo de las Bermudas, las Pirámides de Egipto, las Ciudades Sagradas del Tíbet, Cabo Cañaveral, todas localizándose entre los paralelos 26 y 28. Pronto surgió la versión de que justo al otro lado del mundo, en algún lugar del Tíbet o Nepal, existía una zona con las mismas características, por lo que se considera la zona como un polo donde se concentraba la energía terrestre. En 1978 se creó la Reserva de la Biosfera de Mapimí, auspiciada por el programa El Hombre y la Biosfera de la UNESCO, el Instituto de Ecología, el CONACYT y otras organizaciones. Muchos de los fenómenos de la zona no han sido investigados a la profundidad requerida, por lo que no se ha ofrecido una evidencia científica sólida que confirme estos hechos.
Francisco Sarabia, el piloto que sobrevivó al misterio
Francisco Sarabia Tinoco era el más famoso pionero aviador en México, debido en parte, a su récord de velocidad volando entre la Ciudad de México y Nueva York en 1939. Sarabia ha sido homenajeado a lo largo de los años con estatuas, sellos especiales de emisión que llevan su imagen y otros monumentos. El aeropuerto nacional en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, lleva su nombre. En la década de 1930, Sarabia volaba sobre Durango cuando entró en el espacio aéreo situado sobre el desierto de Chihuahua. De repente hubo un silencio de radio, que alertó al control del tráfico aéreo que algo no iba bien. Sarabia tuvo que realizar un aterrizaje de emergencia después de que su equipo fallara. Él sobrevivió, pero ni él ni los ingenieros pudieron encontrar explicación a lo que había ocurrido. Este fue el primer caso conocido de problemas técnicos en la Zona del Silencio. Un misil Athena propiedad de los Estados Unidos se estrelló en la Zona del Silencio El 11 de julio de 1970, Estados Unidos estaban realizando unas pruebas militares con un misil Athena. Fue lanzado desde Green River, en Utah, EE.UU, y se suponía que tenia que llegar a la base de misiles de White Sands, en Nuevo México. Pero misteriosamente, continuó 400 kilómetros al sur, cruzando la frontera México-Estados Unidos. El misil se estrelló en la Zona del Silencio, justo en medio de una duna de arena. Con el permiso del gobierno mexicano, un equipo de recuperación estadounidense tenía que rastrear la zona para encontrarlo. En la remota zona del desierto, tuvieron que construir una carretera y una pequeña pista de aterrizaje para salvar todo lo que pudieron. Pero al poco tiempo los equipos de comunicación dejaron de funcionar. Fue en ese momento cuando adquirió el nombre de la Zona del Silencio. 

 Seres Extraños en la Zona del Silencio

 Una de las experiencias más conocidas es la de Josefina y Ernesto Díaz, que se encontraban en la Zona del Silencio buscando fósiles en octubre de 1975. Una inundación repentina los dejó incomunicados en el interior de su coche y atrapados en un agujero. Mientras intentaban sacar el coche, fueron rodeados por un grupo de hombres altos, rubios con impermeables amarillos. Los hombres empujaron con mucha facilidad el vehículo fuera del agujero. Una vez fuera de peligro Josefina y Ernesto quisieron dar las gracias a los salvadores, pero los hombres ya no estaban allí, no encontraron huellas de pisadas en el barro. Otras historias hablan del mismo grupo de personas rubias (dos hombres y una mujer), que aparecen misteriosamente en varias partes de la Zona del Silencio. En una ocasión un turista consiguió hablar con ellos, informó que su español era perfecto y les pregunto de donde venían, ellos respondieron, “de arriba”. Misteriosas luces, piedras calientes y avistamientos de ovnis en la Zona del Silencio Desde el siglo 19, ha habido informes de unas piedras calientes que caen del cielo en la Zona del Silencio. Al parecer aparecen desde la nada, con el cielo completamente despejado. vortice energetico en la zona silencio  La desconocida Zona del Silencio También se ha informado de misteriosas luces flotando sobre el suelo o en el cielo. Incluso los más escépticos admiten haber visto luces, declarando son un fenómeno común. A todo esto se suma los avistamientos ovnis, siendo esta zona tan conocida entre los ufólogos. Los científicos no encuentran una explicación lógica y racional a todos los fenómenos extraños que ocurren el la Zona del Silencio. Aunque una de las ultimas teorías apunta que existe un alineamiento entre la Zona del Silencio, el Triángulo de las Bermudas y las pirámides de Egipto, creando así una especie de vórtice energético. ¿Es simple casualidad o hay algo mas?.

fuente http://www.mundoesotericoparanormal.com

miércoles, 2 de abril de 2014

EL EXTRAñO SER DE VARGINHA

Varginha es un pequeño pueblo en el estado de Minas Gerais, Brasil. En enero 20 de 1996, sábado a las 3.30 de la tarde, 3 chicas caminaban de regreso a su casa cuando, en un área conocida como Jardim Andere, a dos kilómetros del centro del pueblo, Liliane Fátima, de 16 años, miró a la izquierda y pegó un grito. Había visto a una extraña criatura, descrita como de piel grasienta de color carmelita oscura, una cabeza grande con lo que parecían tres protuberancias o cuernos. La extraña criatura estaba cerca de la pared de un garaje a unos siete metros de las tres chicas. “Estaba (la criatura) agachada, con los brazos comprimidos entre las piernas. Parecía estar con dolor”. “Vi primero sus ojos, grandes y rojos, sin párpados, tenía una pequeña boca y nariz, además de tres protuberancias en su cabeza y le sobresalían las venas en su pequeño cuello”. Liliane sintió mucho miedo y se viró de espaldas, dejando que las otras dos chicas, Valquiria, de 14 años y Kátia Andrade Xavier, de 22 años, continuaran observándolo. “No era un animal y no era tampoco persona. Era una cosa horrible”, afirmó Kátia, “la criatura tenía un pequeño cuerpo, de 4 a 5 piés de altura, sin pelos y un pequeño cuello”. “Parecía estupefacto. No hizo ningún ruido” dijo Valquiria. Pero la criatura hizo un pequeño movimiento y las tres chicas echaron a correr. Cuarenta minutos más tarde, Liliane y la madre de Valquiria, Luisa Helena de 38 años, llegaron al lugar pero no encontraron nada. Cuando regresaron a su casa llamaron al Departamento de Bomberos para que lo recogieran, porque los Bomberos son los encargados de remover animales salvajes. Mientras tanto, algunos niños del barrio le tiraron piedras a la criatura, la que se movió a corta distancia de donde estaba. El Departamento de Bomberos se retrasó y los militares llegaron primero, atraparon la criatura en una net, la criatura no dio resistencia, luego la depositaron en una caja y la pusieron en un camión militar. La llevaron a un pequeño hospital público donde los médicos informaron que no tenían el equipo para atenderla, la llevaron a otro hospital con las mismas consecuencias, hasta que finalmente la llevaron al Hospital Humanitas en Campinas estado de Sao Paulo, donde permaneció por un corto período de tiempo. De allí se llevaron a la criatura en un camión militar y nadie sabe a donde. Liliana, Valquiria y Katia. La historia enseguida se publicó porque, aparentemente, sin saber el incidente de las tres chicas, el matrimonio, Oralina Augusta y Eurico Rodriguez, que trabajaban en un rancho, insistieron en haber visto un OVNI, muy temprano en la mañana del mismo día 20 de enero. Estaban durmiendo en su casa, que se encuentra en la ruta entre Varginha y Tres Caracoes, cuando los despertó un ruido hecho por las vacas del rancho. Miraron por la ventana y vieron a las vacas corriendo desorientadas alrededor de la casa. “Miramos al cielo y vimos un objeto gris, similar a un submarino, del tamaño de un microbús, volando muy despacio sobre el campo”, dijo Eurico. “Había como un humo blanco que salía de él (según versiones el humo se debía a desperfectos en la nave, la que justamente cayó en el lugar donde los militares recogieron a una criatura). No tenía luces y no hacía ruido”, explicó Oralina. Las personas del pueblo enseguida asociaron la nave con la criatura vista 14 horas después por las tres chicas. Aparentemente el ejército ya había capturado a otra criatura cerca de las 8.30 a.m. de ese mismo día. Pocos detalles se han dado sobre esto. Hay reportes que dicen que los Estados Unidos habían informado a las autoridades Brasileñas, sobre la caída de un OVNI en el área. Otros reportes dicen que partes de la nave fueron recogidos por camiones del ejército. De ahí, se especula, que los llevaron a Río de Janeiro y más tarde a los Estados Unidos. Aunque las autoridades militares han negado su intervención. Pero lo que aquí nos interesa es la probable similitud de la descripción de la criatura por las tres chicas con la del depredador de sangre —conocido popularmente como chupacabras—, especialmente cuando ocurre junto a los ataques sucedidos en Puerto Rico, Miami y ahora en Chile, veamos: “Color carmelita oscuro” – Teide Carballo, la testigo que vio a la criatura en Miami, la describe de color carmelita oscura. Otro testigo el Sr.Moreno, también describe a la criatura de color carmelita. En Puerto Rico los testigos dicen que el color es casi negro con la habilidad de cambiar el color como los camaleones. En México los testigos la describen de color carmelita oscuro al igual que ahora en Chile. “Pequeño cuerpo de 4 a 5 pies de altura” – La criatura tiene la misma altura que la descrita por testigos del depredador de sangre en diversos países. “No tiene pelos” – Esta es otra cualidad del chupacabras, algunos lo describen como casi reptil, aunque otros dicen que tiene pelos. “Cabeza grande con pequeño cuello” – Al chupacabras, del tipo reptil, también lo han visto con cabeza grande y pequeño cuello. “Tiene cuerpo grasiento” – Un campesino que fue atacado en México, dice que, el animal, tenía el cuerpo gelatinoso. “Dos grandes ojos rojos sin párpados y una pequeña boca y nariz” – Esta descripción de los ojos rojos grandes, pequeña boca y nariz, encaja perfectamente con las descripciones dadas por todos los testigos del chupacabras. “Tres protuberancias en la cabeza” – Los testigos en Puerto Rico dicen haberle visto como apéndices que le corren desde la cabeza hasta la espalda. Por último, al igual que en Varginha, en Puerto Rico, las apariciones del chupacabras suelen coincidir con avistamientos de OVNIs. A veces pienso, si el caso de Varginha no es más que otro del depredador. Ufólogos y la prensa en Brasil lo clasifica como “extraterrestre”. Los investigadores no deben saltar a conclusiones sin antes de haber obtenido suficientes datos. Otra extraña noticia nos llegó en el periódico El Nuevo Herald, junio 24, 1996. Con el titular: “Hombre Lobo” aterroriza ciudad, de la Agencia E.F.E., dice así: Belo Horizonte – Las autoridades de la ciudad brasileña de Passos, al sur del estado de Minas Gerais (esto ocurrió cerca de Varginha), buscan a una criatura parecida a un “hombre lobo” que aparece en las noches para golpear a las personas que se cruzan en su camino, informó el domingo el semanario Istoé (el mismo semanario que lanzó la noticia del caso de Varginha). La tensión creada por las denuncias y relatos derivó en casos de pánico cuando ésta semana se publicó un dibujo pintado según las descripciones de las víctimas. “La criatura es fuerte y extraña. Mide más o menos un metro ochenta centímetros, es muy fuerte, tiene un olor horrible, es peludo como un chimpancé y tiene unas uñas más finas que las de un gato”, declaró Luciano Olimpo dos Reis, quien fue la primera víctima del presunto hombre lobo. La Policía Militar dejó en libertad el martes a un indigente, conocido como “Zezito”, que había sido acusado de los ataques, porque la descripción del misterioso agresor no coincidió y porque mientras el indigente estuvo encarcelado la bestia atacó de nuevo. Hasta aquí el cable que muy bien pudiera ser otro ataque del “Hemo predador” o una cortina para desacreditar al caso de Varginha. Artículo publicado en MysteryPlanet.com.ar

EL CASO DEL ATAQUE OVNI A LA ISLA COLARES /BRASIL

El incidente OVNI de la Isla Colares
                       

Este incidente sucedido en una remota y aislada región de Brasil es uno de los casos de la ufología que involucra tamaña cantidad de factores y elementos, que simplemente lo hacen tan único como escalofriante. Desde simples avistamientos hasta una oleada; desde la interacción a la que son expuestos los testigos al ser molestados por la invasiva presencia de extraños OVNIs que lanzan rayos y dejan cicatrices a quien se los encuentra, hasta el contacto con sus tripulantes; desde la intervención por parte de los militares, hasta la sospecha de silenciamiento y asesinato de uno de los principales testigos. El caso presenta amplia documentación y una investigación oficial realizada sobre los hechos. A continuación les presentamos una síntesis del incidente y un video documental que lo ilustra. Uno de los dibujos de las naves avistadas según un reporte.
La oleada
La Isla Colares se encuentra en la desembocadura del Amazonas, en lo que se conoce como el “delta del Amazonas”, en el estado Brasileño de Pará. Allí, la cosa se puso verdaderamente fea en el año 1977. Ocurrió que los habitantes comenzaron a reportar una abundante cantidad de avistamientos OVNI de variados tipos, luces esféricas, cilindros, platillos, conos, etc. Pero el asunto no se detuvo allí. En muchos casos los aterrorizados nativos relataban que los objetos luminosos se aparecían de la nada y les lanzaban una especie de rayo luminoso, el que de acuerdo a los testigos, les daba la sensación de que su sangre estaba siendo succionada. De esta manera, las personas denominaron “chupa-chupa” a este desagradable fenómeno. Los habitantes reportaban además que eran continuamente fastidiados o seguidos por estas luces, las cuales no los dejaban tranquilos en ninguna parte, ni dentro de sus casas, ni en la iglesia del pueblo, que era el lugar al cual los parroquianos huían creyendo que iban a encontrar seguridad, pero no la encontraban. Marcas y Cicatrices


                                                             
 Dra. Wellaide Cecim Carvalho. Una de las personas que le tocó vivir la tragedia en carne propia fue la en aquel entonces joven médica brasileña Wellaide Cecim Carvalho, quien se dedicó a atender a los numerosos pacientes que llegaban con quemaduras en su cuello o pecho, principalmente en el cuello.

                             

La Dra. Wellaide recuerda haber atendido a unos 35 o 40 pacientes. De acuerdo a la médica, los pacientes presentaban sensación de debilidad al punto que les resultaba difícil caminar. Los pacientes además presentaban quemaduras con necrosis tan solo minutos después de haber sufrido un ataque por un OVNI, siendo que la necrosis en quemaduras normales se produce unas 96 horas después de efectuada la quemadura. Además de las quemaduras, las víctimas presentan unos pequeños agujerillos en los sectores quemados. Asimismo, los hemogramas de los pacientes mostraban que éstos tenían una fuerte disminución de los eritrocitos y hemoglobina, es decir, anemia. Wellaide también relató un avistamiento que tuvo ella, de un objeto metálico en forma de cono truncado que se paseó por el centro del pueblo a muy baja altura un día a eso de las 5 de la tarde. Recuerda además la Dra. Wellaide que dentro del aparato volador, podía verse un ser pequeño, de una estatura de 1.2 a 1.3 metros. De acuerdo a la Dra. Wellaide, dos de los pacientes que ella atendió murieron por causa de estos ataques. La Dra. recuerda que cuando recibió los certificados de defunción de ambos, estos decían que la causa de muerte era desconocida. Ambos presentaban quemaduras y agujeros característicos de los ataques OVNI. Una de las víctimas de los "chupa-chupa" y detalle de la cicatriz. Lo que ocurrió después es que la Fuerza Aérea, presionada ante la dramática situación que se estaba viviendo en Colares, se vio obligada a enviar, dentro de las actividades de la “Operación Plato” a un grupo de militares a investigar que estaba sucediendo en Colares y sus alrededores. Sin embargo, los militares llegaron 90 días después del clímax de la tragedia, cuando Colares ya había sido abandonado por casi todos sus asustados habitantes.
La Operación Plato
Desde el punto de vista oficial, en mayo del 2004, se realizó una reunión entre varios generales de alto rango de la Fuerza Aérea Brasileña con varios ufólogos brasileños liderados por Ademar Gevaerd. Los militares hicieron entrega de algunos archivos recopilados durante el transcurso de la “Operación Plato”, para disposición y análisis de los ufólogos. Conforme con los documentos liberados, en 1977 los militares tomaron fotos de los OVNIs, entrevistaron a testigos y tuvieron encuentros cercanos, logrando hacer dibujos de los objetos y de sus trayectorias. Algunas de las fotos obtenidas durante la investigación del caso.


                     


Los objetivos principales de la operación eran:
 1) Reunir la mayor cantidad posible de testimonios sobre la presencia de las luces y objetos avistados que desataron el terror en la población local.
 2) Utilizando la última tecnología disponible en fotografía y video, registrar a los OVNIs (llamados chupa-chupa) en la selva.
 3) Establecer, de ser posible, un contacto coordinado con las inteligencias detrás del fenómeno. Uyrange Hollanda Lima, poco tiempo antes de suicidarse. Algunos sospechan que lo "suicidaron"... El comandante del grupo de estudio era un militar, que de acuerdo con Gevaerd, era inicialmente escéptico, y pretendía desmitificar el asunto y explicarlo de manera prosaica. Sin embargo, con el transcurrir de las semanas su opinión fue cambiando hasta darse cuenta que algo grave estaba ocurriendo en el lugar. El nombre de este militar era el Coronel Uyrange Hollanda Lima. De acuerdo a una entrevista realizada a Hollanda por la Revista de Ufología Brasileña, los lugareños frecuentemente les disparaban a los OVNIs. En palabras de Hollanda: “Siempre les decíamos: no les disparen, no les disparen. Una vez, una fuerte luz había sido apuntada a un carpintero. El hombre tenía unos 50 o 60 años. Tomó su rifle y le disparó al platillo volador. La luz lo rodeó, y el cayó al suelo, casi paralizado.


                                                        

Durante 15 días el carpintero apenas se pudo mover. Podía hablar y escuchar pero le resultaba difícil moverse”. Según Gevaerd, los últimos relatos del coronel consistieron en decir que él, junto con un compañero, había tenido un fugaz contacto con uno de los tripulantes de los OVNIs. Según relató, el tripulante bajó del OVNI, y se puso delante de los dos militares, los miró en silencio a los ojos, y luego retornó a su nave aérea. Hollanda menciona que cuando hizo el reporte militar acerca de este contacto con el ser humanoide, la Fuerza Aérea Brasileña, dio por terminada inmediatamente la Operación Plato, y se guardó los archivos de la operación (estos sucesos relatados por Hollanda obviamente NO aparecen en los archivos liberados en el 2004). Al parecer tales declaraciones de Hollanda le significaron una campaña de descrédito, lo cual no me sorprende demasiado. De hecho, la misma Dra. Wellaide relata haber recibido presiones por parte de los militares: “Fui obligada por la Fuerza Aérea Brasileña a convencer a los lugareños de que las luces que los atacaban eran alucinaciones colectivas y que lo que ellos habían visto no había ocurrido nunca”, relata Wellaide. A pesar de todas las presiones, la Dr. Wellaide no cedió a las presiones de los militares. fuente-

 MysteryPlanet.com.ar

EL SORPRENDENTE CASO DEL OVNI DE IRAN

IRAN 1976
Uno de los eventos más inusuales de la historia moderna es la persecución de un ovni por un avión militar. Pero, ¿puede un combate aéreo entre ellos ser posible? Por supuesto, no se puede comparar una aeronave terrestre con una nave espacial súper adelantada, que vino a la Tierra de otro sistema solar. Un incidente similar ocurrió en Teherán, Irán, cuando un avión de reacción (un jet) "F-4 Phantom II", de fabricación estadounidense, pilotado por Parviz Jafari, intentó de combatir con un ovni. Sin embargo, sus sistemas de armas fueron desactivados sin poder lanzar el misil, que dejó al piloto a la merced del ovni. Este incidente me recuerda del incidente de 1967 que tuvo lugar en un centro de control de lanzamiento de los misiles nucleares en la base aérea Malmstrom en Montana (EE.UU.), cuando un ovni rindió 10 misiles nucleares Minuteman "no lanzable" mientras sobre volaba la zona. Irán antes de la Revolución Islámica:
Antes de la Revolución Islámica de 1979 (durante el reinado del sha), Irán era uno de los aliados más leales de los Estados Unidos en el Medio Oriente. Su larga frontera con el rival de los Estados Unidos durante la Guerra Fría, la Unión Soviética, y su posición como el país más grande, y más poderoso en el lugar rico en petróleo, el Golfo Pérsico, convirtió a Irán en un "pilar" de la política exterior de los Estados Unidos durante la Guerra Fría en el Medio Oriente. Para ayudar a contener la expansión soviética en la región del Golfo Pérsico, los EE.UU. proporcionó entrenamiento y le suministró a Irán los aviones más avanzados de la época, como los jets F-4 Phantom II, el F-14 Tomcats y el F-5 Tiger II. En ese momento, la Fuerza Aérea Imperial iraní mantuvo una intensa vigilancia en su frontera con la Unión Soviética y lanzaba sus aviones jet para interceptar cualquier cosa inusual volando en el cielo. Civiles informan luces inusuales en el cielo:
El 18 de septiembre de 1976, a las 11:00 pm (2300 horas), el puesto de mando y control de la Fuerza Aérea Imperial iraní en Teherán (la capital) recibió los primeros informes telefónicos de civiles asustados del distrito Shemiran de la ciudad, de una esfera grande iluminada circulando por encima de ellos en el cielo nocturno. Otros llamadores dijeron haber visto un "objeto como un pájaro", otros lo identificaron como un helicóptero con una luz brillante. Un jet F-4 despegado:
El 19 de septiembre de 1976, a las 12:30 am (0030 horas), como los informes de civiles seguían llegando, y ya que el puesto de mando y control no encontró ningún helicóptero ni avión en el aire en el momento que podría explicar los informes extraños, llamaron al general Yousefi, Comandante Asistente Adjunto de Operaciones. El General Yousefi primero pensó que el objeto era sólo una estrella, pero cuando habló con la torre de control en el Aeropuerto Internacional Mehrabad y se dio cuenta de que el objeto era mucho más brillante y más grande que una estrella, se decidió a lanzar un avión jet de combate F-4 Phantom II en la creencia de que podría ser una incursión soviética sobre Irán. Aproximadamente a las 1:30 am (0130 horas), la misma noche, el jet F-4 Phantom II partió de la base aérea Shahrokhi en Hamadan, ubicada a unas 175 millas (282 km) al oeste de Teherán para interceptar la aeronave no identificada. El piloto, capitán Mohammad Reza Azizkhani, procedió a un punto de 40 millas náuticas (74 km) al norte de la ciudad, para observar de cerca el objeto extraño. Se observó que el objeto era de tal brillantez que pudo verse de 70 millas (110 km) de distancia. Cuando el avión se acercó a aproximadamente 25 millas náuticas (46 km) del objeto, el avión F-4 de repente perdió toda la instrumentación y las capacidades de comunicación, que lo provocó romper el intentado intercepto y virar hacia la base aérea Shahrohki. Cuando el F-4 estaba en su camino de regreso hacia la base aérea, el avión recuperó toda su instrumentación y las comunicaciones. Un segundo jet F-4 despegado:
Aproximadamente a las 1:40 am (0140 horas), un segundo F-4 se despegó, pilotado por el Mayor Jafari Parviz, para identificar el objeto. Cuando obtuvo una señal del objeto en el radar del avión a unas 27 millas náuticas (50 km) de distancia, la sección radar equivalente del ovni se asemejaba al de un avión Boeing 707. Acercándose al objeto a 150 millas náuticas (280 km) por hora y de una distancia de 25 millas náuticas (46 km), el objeto comenzó a moverse, manteniendo una distancia constante de 25 millas náuticas (46 km) al frente del F- 4.
El tamaño del objeto era difícil de establecer debido a su brillo intenso. Las luces del objeto alternaban azul, verde, rojo y naranja, y se disponían en un patrón cuadrado. Él realmente no podía ver bien su forma porque era tan brillante y estaba parpadeando varios colores en secuencia en alta velocidad mezclando los colores juntos. Más tarde él lo identificó como un objeto muy brillante en forma de diamante. Un orbe se desprende de la nave nodriza:
Mientras el objeto en forma de diamante y el F-4 continuaban en una ruta hacia el sur, otro objeto más pequeño como un orbe descendió por debajo del ovni y avanzó hacia el F-4 en alta velocidad. Aunque Jafari estaba viajando a velocidad supersónica, el arribando orbe pasó como un relámpago por el lado del F-4 y circuló el avión, como si estuviera estacionado. El orbe de repente volvió al ovni más grande, que aún mantenía la distancia constante de alrededor de 25 millas náuticas al frente del avión. Otro orbe aparece: Por un momento, Jafari pensaba que estaba fuera de peligro, pero para su asombro, otro orbe había descendido por debajo del ovni y se fue como un rayo directamente hacia su avión por segunda vez. Jafari ahora creyendo que estaba bajo ataque, fue a su panel de instrumentos para armar y disparar un misil "AIM-9 sidewinder" (proyectil termoguiado), pero lo que sucedió después lo sorprendió. Perdió repentinamente todas instrumentaciones, incluyendo el control de armas, y todas las comunicaciones.
El lado izquierdo del panel de instrumentos (el panel de armas) estaba desactivado, desarmado, y todas las luces de instrumentación se apagaron. Jafari cree que en el fragor de la batalla con el ovni, un masivo voltio de energía electromagnética fue enviado hacia su avión incapacitando temporalmente la electrónica a bordo, incluidos los equipos de navegación, aviónica y sistemas de armas.
Con el sistema de misiles discapacitado y sin ninguna manera de defenderse de este objeto desconocido, Jafari consideró abandonar su avión. Él trató de eyectar, pero fue en vano, ya que este sistema también falló. Jafari entonces instituyó un giro y una inmersión G negativa como una acción evasiva. El objeto se fue detrás de él unos 3 a 4 millas náuticas (7,4 km) de distancia por un corto tiempo, de repente, el objeto cambió de rumbo y volvió de nuevo al ovni más grande. El F-4 regresa a la base:
Tras haber sufrido un terrible compromiso con múltiples ovnis en el cielo oscuro al norte de Teherán, el Mayor Jafari decidió que ya no era seguro de continuar persiguiendo este misterioso objeto. Le concedieron permiso para volver a Teherán. Al regresar a la base, todas las instrumentaciones, incluyendo el control de armas y todas las comunicaciones empezaron a funcionar con normalidad.
Entonces se dio cuenta de que algo inesperado estaba a punto de desarrollarse. Mientras descendía acercándose al aeropuerto de Mehrabad, vio a otro objeto pequeño persiguiendo detrás de su jet. En su aproximación final, miró sobre su hombro y observó el objeto descendiendo hacia el suelo del desierto, iluminando el campo de arena tan brillante como si estuviera de día. Jafari fue ordenado a identificar el objeto aterrizado: Jafari fue desviado del aterrizaje y se le ordenó a identificar el objeto, que parecía tocar tierra cerca de la base aérea. De acuerdo a los testigos militares y civiles, se creían que el objeto se estrelló en las afueras de Shemiran. Sin embargo, en lugar de ver una gran explosión, el objeto brillante simplemente llegó a la superficie del desierto y aterrizó suavemente. Mayor Jafari luego sobrevoló el lugar a baja altura y marcó la posición del aterrizaje de la luz. Jafari más tarde comentaría que el objeto era tan brillante que iluminaba el suelo y que pudo ver las rocas a su alrededor. El objeto había aterrizado cerca de la refinería de petróleo Rey en las afueras de Teherán. Participación de agentes estadounidenses:
Al aterrizar en el aeropuerto de Mehrabad, Parviz Jafari sabía que pronto tenía que reportarse a sus comandantes sobre los acontecimientos de la noche. Lo que él no sabía era que los altos funcionarios iraníes no eran los únicos interesados en su encuentro. Al aterrizar, había agentes de la CIA estadounidense y un coronel de la Fuerza Aérea esperando por él para interrogarlo. La noticia del encuentro se escuchó hasta en la Casa Blanca. Investigación del informado lugar de aterrizaje:
Al día siguiente, unos helicópteros llevaron a los investigadores al sitio donde habían visto el objeto más pequeño aterrizar. En la luz del día, se determinó que era un lecho de un lago seco, pero ningún rastro podría ser visto. Ellos después circularon la zona situada al oeste y captaron una notable señal de "pitidos". La señal más fuerte fue cerca de una casa pequeña, así que aterrizaron y les preguntaron a los ocupantes de la casa de cualquier evento inusual de la noche anterior. Ellos reportaron de un fuerte ruido y una luz brillante como un relámpago. Una investigación exhaustiva del sitio de aterrizaje, incluyendo pruebas de radiación en el lugar aparentemente se hizo, pero los resultados nunca se hicieron públicos. Ya que este evento ocurrió antes de la caída del sha, cualquier registro en Teherán se puede haber perdido o aún está clasificado por la República Islámica de Irán. Los agentes de la CIA archivaron un informe, que más tarde fue desclasificado, que se distribuyó a la CIA, la Fuerza Aérea, el Secretario de Estado, el Secretario de Defensa y a la Casa Blanca.
Conclusión: Existen numerosas evidencias y documentación para afirmar categóricamente que los habitantes de Teherán y los militares (incluidos los dos pilotos del F-4) fueron testigos de un objeto desconocido que volaba en el cielo nocturno. Los ovnis y el F-4, se detectaban en los radares del puesto de mando y control de la Fuerza Aérea Imperial Iraní, y por observación visual desde suelo. Civiles y militares, también fueron testigos del objeto que al parecer había aterrizado en las afueras de Shemiran, que iluminó toda la zona como la luz del día. El incidente llamó la atención del gobierno de los Estados Unidos, que en ese momento era un amigo de Irán. Este encuentro puede tener más información que no sabemos acerca del incidente, ya que Irán es ahora un país que no tiene relaciones diplomáticas con la mayoría de los países occidentales.

jueves, 13 de marzo de 2014

EL TERCER HOMBRE O EL ANGEL DE LA GUARDA

EL TERCER HOMBRE, O EL MISTERIO DE LOS ÁNGELES DE LA GUARDA El fenómeno del tercer hombre es un clásico de la investigación parapsicológica, que lleva inquietando a los especialistas desde el origen mismo de la disciplina. Los primeros textos que aluden a él están en el Antiguo Testamento, aunque su popularidad llegará más tarde, en el s. XX, con las confesiones del explorador Ernest Shackelton, tras su expedición a la Antártida de 1916.
En su diario –no en las primeras ediciones, sino en las que se publicarían posteriormente– el aventurero asegura que una fantasmagórica presencia, invisible pero real, le estuvo ayudando y dando ánimos en los momentos más difíciles de la travesía. Una especie de ángel de la guarda, vamos, que el resto de sus hombres también reconocieron haber sentido como él. Aunque la historia, contada así, puede dejar indiferente –habrá quien eche mano de esos fallos en el cerebro que surgen en momentos críticos–, sí sorprende el constatar que Shakelton y los suyos no han sido los únicos en experimentar algo parecido, y que en este mundo nuestro lleno de tecnología, y de respuestas para todo, sigue sucediendo. En El tercer hombre (Ariel, 2009), John Geiger repasa otros muchos casos más del fenómeno, que le han llevado a rastrear los instantes posteriores a los atentados de las Torres Gemelas, el vuelo en solitario por el Atlántico de Lindberg, o experiencias de numerosos alpinistas, submarinistas y aventureros, en general, que en los momentos de mayor peligro, cuando sienten que les faltan las fuerzas, perciben el socorro de alguien que les da aliento, y que impide que fracasen y salgan a flote
¿A qué se debe, pues, este interesantísimo fenómeno? ¿Es algo real, ese ángel de la guarda del que hablan los textos sagrados de muchas religiones? ¿Es una percepción fallida del cerebro, la necesidad que tenemos a veces de generarnos a nosotros mismos esperanzas en los instantes críticos de la vida? Se han llevado a cabo muchos estudios, pero no hay aún pruebas concluyentes. No, desde luego, suficientes para explicar las maravillosas visiones, y experiencias, de algunos de los humanos más valientes de nuestra especie…
El caso de Ron DiFrancesco
El estremecedor caso de Ron DiFrancesco es también bastante conocido. La mañana del 11 de septiembre de 2001 Ron se encontraba trabajando en su oficina del piso ochenta y cuatro de la torre sur del World Trade Center de Nueva York cuando se desató la tragedia: un avión había impactado contra la torre norte. En principio no había motivo para evacuar la torre sur, así que Ron telefoneó a su mujer para contarle lo que había pasado y para decirle que se encontraba bien, y después siguió trabajando. A los pocos segundos recibió una llamada de un amigo de Toronto que le dijo que saliese pitando de allí. Ron estuvo de acuerdo y, tras telefonear a unos clientes, volvió a llamar a su esposa para comunicarle el cambio de planes. Al poco de abandonar su puesto ocurrió una explosión en el piso en el que trabajaba y DiFrancesco se vio cubierto de restos de techo y de paredes. Aún no podía saberlo pero un segundo avión acababa de impactar esta vez contra su torre. Un agujero enorme ocupaba el suelo de la oficina donde momentos antes se había encontrado y que había abandonado justo a tiempo. Se dirigió como pudo hacia la escalera A, la más próxima a donde se encontraba y que por pura casualidad resultaba ser la única de las tres escaleras de emergencia que no había sido afectada por la colisión y por tanto la única que ofrecía una vía válida de escape a quienes se encontraban por encima de la zona de impacto. Allí, junto a otras personas, comenzó a descender casi a oscuras entre humo hasta llegar a un piso en el que se encontraron con una pareja que subía debido a que un poco más abajo había muchísimo fuego y humo. La pareja era de la opinión de que lo mejor era volver arriba y esperar a ser rescatados, así que tras deliberar un rato optaron por hacerles caso y dieron la vuelta para dirigirse de nuevo hacia arriba. Un nuevo problema surgió al comprobar que las puertas de emergencia que permitían el acceso desde la escalera a los pisos se habían bloqueado como consecuencia del sistema de seguridad automático que se activaba en caso de incendio, por lo que era imposible abandonar la escalera que, a medida que ascendían, se iba volviendo cada vez más abarrotada. Ron se fue angustiando hasta que llegado un punto decidió, en medio de la desesperación, volver a bajar para intentar salir de allí como fuese. Sin embargo las condiciones habían empeorado ya que la cantidad de humo había aumentado y los restos de una pared caída cortaban el paso hacia pisos inferiores. Unas cuantas personas se encontraban allí bloqueadas, tumbadas boca abajo y acurrucadas en las esquinas, algunas sollozando y otras perdiendo ya el conocimiento. En ese callejón sin salida se produjo el hecho decisivo que marcó la vida de Ron: oyó una voz que le ordenaba levantarse. Era una voz masculina y poderosa que le instaba a seguir con tanta insistencia y le inspiraba tanta confianza que incluso cuando le animó a que cruzase las llamas para superar el fuego Ron fue incapaz de negarse. Alguien le estaba guiando para escapar de aquella trampa mortal. Así consiguió atravesar unos tres pisos ardiendo hasta lograr alcanzar la claridad y quedar por debajo de los niveles incendiados. En ese momento dejó de sentir la misteriosa presencia. Una vez superada esa zona, continuó el descenso hasta llegar al vestíbulo desde donde un guardia de seguridad le impidió salir a la plaza entre ambas torres debido al peligro que corría ya que volaban numerosos restos y caían cuerpos desde lo alto. Le ordenó dirigirse a la salida sur pero una vez allí de nuevo se le redirigió a otra salida, la nordeste, que daba a una zona libre y segura. Justo antes de alcanzarla oyó un estruendo infernal y vio una enorme bola de fuego avanzando hacia él. Corrió cuanto pudo y la explosión le alcanzó por detrás cuando llegaba a las escaleras de acceso a la calle dejándolo inconsciente. Despertó tres días después en un hospital (se desconoce quién lo sacó de entre los escombros y lo llevó hasta allí). Más tarde se enteró de que él había sido el último hombre en salir de la torre sur y una de las cuatro únicas personas que escaparon con vida de entre todas las que se encontraban por encima de la zona de impacto en aquella torre. Posteriormente en una interpretación similar a la de Shackleton, DiFrancesco asoció la presencia a un milagro atribuyendo la voz que le había ayudado a la voz de Dios. Resulta evidente que el sentido de estas experiencias depende de las personas que las viven. Así las personas creyentes suelen atribuirlas a una intervención divina y no es raro que aseguren que han sido testigos de la aparición de su ángel de la guarda2. En el caso de la presencia que sintió Ron, el que se tratase o no de un ángel de la guarda es algo discutible. Pero de lo que no cabe ninguna duda es de que fuese cual fuese el origen de aquella voz, DiFrancesco consiguió salvarse aquella mañana gracias a la intervención de esa misteriosa aparición.
Charles Lindberg
La experiencia del piloto Charles Lindbergh es también de las más recordadas. A bordo de El Espíritu de San Luis realizó en 1927 el primer vuelo sin escalas y en solitario entre Nueva York y París. Durante la larga travesía sobre el Atlántico llegó un punto en el que el piloto sintió que no estaba solo. En la cabina había unas figuras apenas definidas que le acompañaron durante el tramo final de su viaje y que le mantuvieron despierto y alerta. A pesar de no ser capaz de recordar ni una sola de las frases que intercambiaron, afirma que conversó con ellas discutiendo sobre temas de navegación y dejándose aconsejar sobre ciertos aspectos del vuelo. En cualquier caso Lindbergh se mantuvo despierto todo el trayecto y consiguió aterrizar sin problemas en el destino previsto convirtiendo su hazaña en toda una leyenda. En lugar de atribuirlo a una intervención divina, para Lindbergh no se trató más que de una alucinación aunque la impresión que le causaron aquellos acompañantes fue la de seres amistosos y sin otra intención que la de ayudarle. Esto último resulta muy interesante porque pese a considerarlo como algo irreal ni siquiera el mismo piloto pudo ignorar el efecto beneficioso que había tenido en su aventura. Es por ello por lo que el tercer hombre tiende a considerarse como un fenómeno aparte y distinto al de las alucinaciones corrientes que tienden a desorientar y confundir a quien las padece, ya que en este caso es evidente que un piloto delirando difícilmente podría concluir con éxito un vuelo de esa dificultad. Incidiremos en este punto más adelante ya que es una de las principales críticas que se le hacen al fenómeno. La mayoría coincide en opinar que la alucinación de Lindbergh fue debida a la falta de sueño pero el psicólogo Woodburn Heron opina que hay otra posible explicación: la monotonía. El término “monotonía” tal cual se menciona aquí hace referencia a la monotonía sensorial, consistente en la reducción o ausencia de estímulos externos. Heron junto a otro psicólogo, Donald O. Hebb, han realizado experimentos en tanques de aislamiento sensorial en los que se aísla al sujeto de todas las posibles fuentes de estímulo externas, con lo que se consigue que el individuo pierda la noción de su propio cuerpo. En ocasiones se llegan a relatar casos en los que el sujeto siente la presencia de una segunda persona junto a él en el interior del tanque. La estimulación monótona prolongada puede hacer que el cerebro genere alucinaciones para escapar de esa monotonía y mantenerse ocupado, por lo que podemos por tanto asumir como posible que la mente sea capaz de crear un artificio para contrarrestar la sensación de monotonía y aislamiento que puede afectarnos en ciertas circunstancias. Según ambos psicólogos la percepción que tenemos de nuestro alrededor no se limita al medio externo sino también a nuestro cuerpo y así se cita, por ejemplo, el caso de las personas con miembros amputados que los siguen sintiendo como si aún formasen parte de su cuerpo. Algunos explican esto asumiendo que la imagen que tenemos de nuestro cuerpo es una ilusión mental que en circunstancias normales coincide con la realidad pero que no por ello deja de ser un artificio, por lo que en ocasiones la concepción mental del propio cuerpo queda separada de la realidad física. Es una hipótesis bastante perturbadora. Después de echar un vistazo a los casos de Shackleton, DiFrancesco y Lindbergh, da la impresión de que puede ser necesaria la intervención de varios factores para que se desencadene el tercer hombre, ya que no parece que haya una receta única e infalible para ello. A falta de algo más concreto los psicólogos Peter Suedfeld y Jane Mocellin tras analizar numerosos casos proponen el principio de los “múltiples disparadores”, en el que un conjunto de circunstancias se dan simultáneamente o por separado y hacen que se propicie el evento. Entre esos factores podemos encontrar el estrés, hipotermia, hipoglucemia, hipoxia, fatiga, falta de sueño, monotonía, soledad, sensación de peligro, sufrir heridas o lesiones, etc., es decir, toda una lista de elementos que a veces mezclados o en otras ocasiones individualmente pueden originar el fenómeno. Por ejemplo, en el caso de Lindbergh encontramos la siguiente combinación de factores: una sola persona, encerrada en un espacio mínimo, con falta de sueño, en condiciones de estrés y sobrevolando un inmenso paisaje prácticamente uniforme sin referencias externas.
El caso de Frank Smythe
En 1933 el alpinista Frank Smythe formaba parte de la cuarta expedición británica con el objetivo de ser los primeros en alcanzar la cima del monte Everest. En la última etapa desde el Campamento Seis sólo Smythe y Shipton continuaban su camino hacia la cumbre pero debido a las condiciones meteorológicas adversas se vieron obligados a pasar más tiempo del previsto a 8350 metros dentro de los límites de lo que se conoce como la zona de la muerte3. Su deterioro físico era más que notable debido a la altitud, la escasa cantidad de oxígeno, la falta de sueño, la alimentación inadecuada, etc., y en palabras de Smythe “cualquier persona que nos hubiese visto salir del campamento habría opinado que tendríamos que estar en el hospital”. Shipton se retiró hacia los 8500 m continuando Smythe en solitario. Exhausto como se encontraba, con apenas fuerzas y en un estado similar al de un conductor ebrio tuvo que rendirse cuando sólo trescientos metros le separaban de la gloria, con lo que puede uno imaginarse el esfuerzo sobrehumano que requería avanzar en aquellas condiciones. En sus propias palabras, “los últimos trescientos metros del monte Everest no son para simples personas de carne y hueso”. Desilusionado dio la vuelta y en el descenso se detuvo un momento a resguardo para un breve respiro y recuperar fuerzas. Toda la comida que llevaba encima era una simple barrita de dulce de menta Kendal, por lo que lo sacó del bolsillo y tras partirlo por la mitad se giró para ofrecerle un trozo a su compañero. Naturalmente al darse la vuelta no encontró a nadie. Lo que ocurría era que, desde que Shipton se hubo retirado, Smythe no dejó de tener la sensación de que le acompañaba una segunda persona. Esa sensación era tan intensa que borró cualquier indicio de desamparo que de lo contrario le habría invadido. La seguridad y la fuerza que le dio esa presencia le acompañaron hasta que divisó el Campamento Seis, momento en que se rompió el vínculo con ella y, aunque Shipton y la tienda estaban a pocos metros de él, no pudo evitar sentir una gran sensación de soledad. Smythe no buscó explicación para lo ocurrido y se limitó a decir que “las personas bajo estrés físico y mental experimentan cosas curiosas en las montañas”. Esa afirmación se ve respaldada por multitud de casos, ya que entre los alpinistas este tipo de experiencias parece ser bastante corriente. De hecho, en un estudio sobre treinta y tres alpinistas españoles se encontró que un tercio de ellos había experimentado episodios alucinatorios, siendo el tipo más común aquél relacionado con la sensación de un compañero imaginario detrás del alpinista. De acuerdo a la teoría de los múltiples disparadores, aquí entrarían en juego la altura, el frío, la hipoxia, el aislamiento, la monotonía y la soledad, como las causas más probables. Aún así, Greg Child opina que un alpinista experimentado ha pasado por tantos tipos de eventualidades que para cada sensación percibida es capaz de atribuirle una causa: hipoxia, deshidratación, fatiga, desequilibrio químico, etc., pero quienes han sentido un tercer hombre no son capaces de asociarlo a los síntomas de ninguno de esos factores. Para Child, el tercer hombre es mucho más real que una alucinación por un fallo del cerebro. Otra situación en la que se es muy proclive a experimentar este fenómeno se da en alta mar, tanto en náufragos como en navegantes en solitario. Es evidente que la actitud en esas dos circunstancias no es la misma, ya que el que se embarca para realizar una larga travesía en solitario es consciente de lo que tiene por delante, mientras que en circunstancias normales al subirse a un barco nadie lo hace pensando en que va a ser víctima de un naufragio. De cualquier modo hay que diferenciar dos tipos de experiencias: por un lado estarían las de tercer hombre similares a las ya vistas, y por otro estarían las alucinaciones psicóticas. Son totalmente opuestas en cuanto a sus consecuencias ya que el tercer hombre proporciona apoyo y ayuda para superar la situación en que se esté, mientras que las otras alucinaciones tienen como resultado la desorientación y la posible tendencia homicida y/o suicida de quien la padece, ya que los delirios que se dan en alta mar suelen terminar con la muerte del afectado al ahogarse. Esta distinción entre ambos tipos de experiencias no es en absoluto caprichosa ya que hay numerosas personas (sobre todo alpinistas como el ya mencionado Child) que han vivido las dos y diferencian claramente una de la otra, tanto en las sensaciones que generan como en la importancia en cuanto a su desenlace. Así mientras que una aumenta las probabilidades de sobrevivir, la otra es tremendamente auto-destructiva. Se desconoce qué es lo que hace que se manifieste uno u otro fenómeno, aunque los delirios psicóticos pueden tener su principal causa en la ingestión de agua salada que algunos náufragos toman para tratar de calmar la sed. En última instancia puede que simplemente dependa de la actitud y de las ganas de sobrevivir de quien se ve en esa desesperada situación 
 fuente- www.astropuerto.com

lunes, 17 de febrero de 2014

ESCUADRON OVNI VOLANDO EN FORMACION -LEON GUANAJUATO MEXICO.

El término objeto volador no identificado, más conocido como ovni1 (por las siglas O.V.N.I., calco del acrónimo inglés UFO o Unidentified Flying Object),1 se refiere a la observación de un objeto volante, real o aparente, que no puede ser identificado por el observador y cuyo origen sigue siendo desconocido después de una investigación.
El dispositivo con el que se grabo es un monocular de vision infraroja ruso: Yukon Ranger 5x42 el dia 4 de enero del 2014 En la modalidad de visión nocturna el Cazaovni, Carlos Iván Alba, logró captar sobre la ciudad de Léon, Guanajuato en la República Mexicana la presencia en el cielo de un objeto esférico muy grande que se desplazaba a baja velocidad, no producía sonido alguno. En el video afirma que se trató de una enorme luz de color rojo, pero en el material quedó registrado como una luz blanca ya que se empeló el Yukon Ranger. Un video extraordinario. fuente- YOHANAN DIAZ VARGAS-TERCER MILENIO

lunes, 10 de febrero de 2014

LA PINTURA MALDITA DE EBAY

También conocida como “THE HANDS RESIST HIM”, es una pintura creada por el pintor norteamericano Hill Stoneham, en 1972. Representa un joven junto a una muñeca, de pie, delante de una puerta con paneles de cristal contra el que muchas manos se presionan. Según el artista, el niño se basa en una fotografía de sí mismo de 5 años, y se interpreta como que la puerta es una representación de la línea divisoria entre el mundo de vigilia y el mundo de los sueños y posibilidades, y la muñeca es una guía que acompañe al niño a través de ello. Las manos representan a las diferentes posibilidades de vida del niño. Esta inquietante -y para algunos, horrible-, pintura, se convirtió en objeto de una leyenda urbana en febrero de 2000, cuando se puso en subasta venta en eBay, y se hizo público su complejo y aterrador misterio.

La historia del cuadro.

La pintura fue mostrada en una galería de Luisiana durante la década de 1970, momento en el que fue revisado por el crítico de arte del “Los Angeles Times”. Fue entonces comprada por el actor John Marley, recordado por su papel como Jack Woltz, en “El Padrino”. En algún momento después de la muerte de Marley,  se dice que la pintura ha entrado en posesión de un joven de California, después de haber sido encontrada en una antigua fábrica de cerveza.La pintura apareció en eBay en febrero de 2000. Según el vendedor -el joven desconocido antes mencionado-, la pintura es portadora de algún tipo de maldición: en su descripción del cuadro para eBay, se alegó que los personajes de la pintura, durante la noche, salen de la pintura y entran en la sala o cuarto donde el cuadro esté expuesto; en el anuncio de venta, también fueron colocadas una serie de fotos del cuadro “…cambiando la forma en la noche”, las cuales se dijo que habían sido capturadas por una cámara web. Para aumentar la imagen de “objeto maldito” de la pintura, el vendedor incluyó una cláusula de exención de responsabilidad, que eximía al vendedor de toda responsabilidad, si la pintura era adquirida.La noticia acerca del cuadro y su maldición se extendió rápidamente por los usuarios de Internet. Al poco tiempo, algunas personas afirmaron que, simplemente viendo la foto de la pintura, comenzaron a sentirse mal o tener experiencias desagradables; muchos más aseguraron sentir un inexplicable pavor al verla. Otros inquietantes informes, hablaban de reacciones extrañas a ver las imágenes: entre ellas figuraban las de personas que cayeron violenta e inexplicablemente enfermos o sufrieron desmayos, niños gritando al ver a la pintura y los observadores que aseguraron que tras ver el cuadro, se sintieron poseídos por una “entidad invisible”.“Una impresora Epson, nueva, se volvió loca y se comió y mutiló página tras página sin parar”, cuando un visitante intentó descargar imágenes de la pintura”-, fue uno de los testimonios más impactantes. El anuncio en la página de la subasta fue visto más de 30.000 veces en menos de 30 días.Tras una oferta inicial de US$ 199, la pintura finalmente recibió 30 ofertas y se vendió por US$ 1,025. La galería de arte Perception en Grand Rapids, Michigan, se puso en contacto con Bill Stoneham, sorprendidos por todas las extrañas historias y la interpretación de las imágenes que los internautas reportaban, y por la inusual historia de su subasta en eBay, convirtiéndose en su nuevo propietario: poco después, la leyenda del cuadro maldito se acrecentó, primero cuando el nuevo propietario informó acerca de un exorcista que fue a ver el cuadro, y afirmó haber sentido “una voz junto con un chorro de aire caliente,… como al estar de pie frente a la puerta de un horno”.Lo segundo fue cuando Stoneham declaró posteriormente que tanto el propietario de la galería, como el crítico de arte que la revisó inicialmente, murieron en un plazo menor a un año de entrar en contacto con la pintura.

LA CARRETERA HECHA DE HUESOS EN SIBERIA

Se dice que cada metro de construcción de la carretera costó una vida. Se cuenta que con las temperaturas existentes en la zona, una persona, perdida en esos parajes, apenas aguanta 8 horas sin congelarse. Dice la historia que cientos o miles de personas fueron obligados a realizar trabajos forzosos para construir esa carretera transiberiana, la conocida como “Carretera de los huesos“, aquella donde los que se opusieron a Stalin lo pagaron con su vida siendo enterrados bajo su asfalto. Y cuenta la leyenda que las almas de muchos de ellos vagan por allí. Durante un tramo de casi 30 kilómetros de esa carretera la cantidad de accidentes es altísima. Cuando los conductores afectados han sido preguntados por las causas que lo motivaron, ninguno hasta ahora ha recordado el motivo. Como consecuencia, los amantes de las leyendas, de los misterios se han lanzado a proclamar sus teorías fantasmales, aunque la que más científica de todas es aquélla que dice que los causantes tanto de lso accidentes como de los olvidos son unas filtraciones de un determinado gas… Lo cierto es que en esa carretera, tan representativa de la barbarie humana y del genocidio, confluyen todos los ingredientes para pensar en hechos oscuros. de vez en cuando se dice que algunos huesos sobresalen sobre el asfalto y constantemente hay brigadas de trabajadores arreglandola.

El misterio de la Atlantida. Cómo era? Dónde está?

La Atlántida constituye el misterio más grande de la historia. La más completa serie de referencias a la Atlántida que existe en la Antigüedad aparece en los Diálogos Timeo y Critias, de Platón. Sus descripciones de la islacontinente son las más detalladas y completas existentes en los documentos antiguos, exceptuando tal vez los de Egipto, si existieran y fuesen encontrados. Además, Platón no era dado a discutir fábulas, sino que se especializó en filosofía, y se preocupó muy especialmente de precisar que el tema de estos diálogos no era ficción, sino realidad. La primera referencia a la Atlántida aparece en el diálogo llamado Timeo: CRITIAS.— Escuchad pues Sócrates, una historia muy singular, pero absolutamente verídica, sobre lo que dijo cierta vez Solón, el más sabio de los siete sabios. Era, por de pronto, pariente de Orópides, mi bisabuelo, y muy amigo suyo, como dijo él mismo varias veces en sus versos. El contó a Critias, mi abuelo, según ese último en su vejez gustaba de recordar delante de mí, que una gran cantidad de hazañas grandes y maravillosas llevadas a cabo por esta ciudad habían caído en el olvido debido al paso del tiempo y de la muerte de los hombres. Y de estas hazañas había una que era la mayor de todas. Quizá será conveniente recordarla para rendiros gracias y, a la vez, para agasajar dignamente a la diosa en estos días de fiesta, tanto como si le cantáramos un himno de alabanza. SÓCRATES.- Eso está bien dicho. Pero ¿cuál es esta hazaña que Critias contó, no como una simple ficción, sino como un hecho realmente llevado a cabo por esta ciudad en tiempos antiguos, según lo refiere Solón? CRITIAS.- ...Es verdad, Amynandro; si Solón no hubiera hecho sus versos sólo como pasatiempo, si se hubiera aplicado a ello como otros y si hubiera concluido el relato que se había traído de Egipto, si no se hubiera visto forzado por las sediciones y las otras calamidades que a su vuelta encontró aquí a olvidar totalmente la poesía, según mi opinión ni Hesíodo, ni Homero, ni otro poeta alguno hubiera jamás llegado a ser más célebre que él.” “¿Y cuál era ese relato, Critias?”, dijo Amynandro. “Trataba — respondió Critias— de la hazaña más grande y más merecedora de consideración de todas las que esta ciudad ha realizado nunca. Pero, debido al efecto del tiempo y a la muerte de los actores que en ella intervinieron, el relato no ha podido llegar hasta nosotros.” “Vuelve a contárnoslo desde el comienzo — dijo Amynandro-; ¿qué era, cómo se realizó y de quién lo recibió Solón para contarlo como verídico?” “Hay en Egipto —dijo Solón—, en el Delta, hacia cuyo extremo final el curso del río se divide, un cierto nomo llamado Saítico, cuya principal ciudad es Sais. De allí era el rey Amasis. Los naturales de esta ciudad creen que la fundó una diosa: en lengua egipcia su nombre es Neith, pero en griego, según ellos dicen, es Atenea. Esas gentes son muy amigas de los atenienses y afirman ser de alguna manera parientes suyos. Solón contó que, una vez llegado a casa de ellos, adquirió entre éstos una gran consideración y que, habiendo interrogado un día a los sacerdotes más sabios en estas cuestiones acerca de las tradiciones antiguas, había descubierto que ni él mismo, ni otro griego alguno, había sabido de ello prácticamente nada. Y una vez, queriéndoles inducir a hablar de cosas antiguas, se puso él a contarles lo que aquí sabemos como más antiguo.
Les habló de Foroneo, ese a quien se llama el primer hombre, de Níobe, del diluvio de Deucalión, de Pyrra y de los mitos que se cuentan acerca de su nacimiento, y de las genealogías de sus descendientes. Y se esforzó por calcular su fecha, recordando los años en que ocurrieron esos acontecimientos. Pero uno de los sacerdotes, ya muy viejo, le dijo: “Solón, los griegos sois siempre niños: ¡Un griego nunca es viejo! “ A lo que replicó Solón: “¿Cómo dices esto”? Y el sacerdote: “Vosotros sois todos jóvenes en lo que a vuestra alma respecta. Porque no guardáis en ella ninguna opinión antigua, procedente de una vieja tradición, ni tenéis ninguna ciencia encanecida por el tiempo. Y ésta es la razón de ello. Los hombres han sido destruidos y lo serán aún de muchas maneras. Por obra del fuego y del agua tuvieron lugar las más graves destrucciones. Pero también las ha habido menores, ocurridas de millares de formas diversas. Pues eso que también se cuenta entre vosotros de que, cierta vez, Faetón, hijo de Helios, habiendo uncido el carro de su padre, pero incapaz de dirigirlo por el camino que seguía su padre, incendió cuanto había sobre la Tierra y pereció él mismo, herido por un rayo, se cuenta en forma de leyenda. La verdad es ésta: a veces en los cuerpos que dan vueltas al cielo, en torno a la Tierra, se produce una desviación o “paralaje”. Y, con intervalos de tiempo muy espaciados, todo lo que hay sobre la Tierra muere por la superabundancia del fuego. Entonces todos los que habitan sobre las montañas, en los lugares elevados y en los que son secos, mueren, más que los que viven en lugares cercanos a los ríos y al mar. A nosotros, en cambio, el Nilo, nuestro salvador, igual que en otras circunstancias nos preserva también en esta calamidad, desbordándose. Por el contrario, otras veces, cuando los dioses purifican la Tierra por medio de las aguas y la inundan, sólo se salvan los boyeros y los pastores en las montañas, mientras que los habitantes de las ciudades que hay entre vosotros son arrastrados al mar por los ríos. En este país, en cambio, ni entonces, ni en otros casos descienden las aguas desde las alturas a las llanuras, sino que siempre manan naturalmente de debajo de tierra. Por este motivo, se dice, ocurre que se hayan conservado aquí las tradiciones más antiguas. Sin embargo, la verdad es que, en todos los lugares en que ni un frío excesivo ni un calor abrasador pueden hacer perecer la raza humana, siempre existe ésta, unas veces más numerosa, otras veces menos. Y por eso, si se ha realizado alguna cosa bella, grande o digna de nota en cualquier otro aspecto, bien sea entre vosotros, bien aquí mismo, bien en cualquier otro lugar de que hayamos oído hablar, todo se encuentra aquí por escrito en los templos desde la Antigüedad y se ha salvado así la memoria de ello. Pero, entre vosotros y entre las demás gentes, siempre que las cosas se hallan ya un poco organizadas en lo que toca a la recensión escrita y a todo lo demás que es necesario a los Estados, he aquí que nuevamente, a intervalos regulares, como si fuera una enfermedad, las olas del cielo se echan sobre vosotros y no dejan sobrevivir de entre vosotros más que a gente sin cultura e ignorantes. Y así vosotros volvéis a ser nuevamente jóvenes, sin conocer nada de lo que ha ocurrido aquí, ni entre vosotros, ni en los tiempos antiguos. Pues estas genealogías que acabas de citar, ¡oh Solón!, o que al menos acabas de reseñar aludiendo a los acontecimientos que han tenido lugar entre vosotros, se diferencian muy poco de los cuentos de los niños. En principio, vosotros no recordáis más que un diluvio terrestre, siendo así que anteriormente ha habido ya muchos de ésos.
Luego tampoco sabéis vosotros que la raza mejor y la más bella entre los humanos ha nacido en vuestro país, ni sabéis que vosotros y toda vuestra ciudad descendéis de esos hombres, por haberse conservado un reducido número de ellos como semilla. Lo ignoráis porque, durante numerosas generaciones, han muerto los supervivientes sin haber sido capaces de expresarse por escrito. Sí, Solón; hubo un tiempo, antes de la mayor de las destrucciones de las aguas, en que la ciudad que hoy en día es la de los atenienses era entre todas la mejor en la guerra y de manera especial la más civilizada en todos los aspectos. Se cuenta que en ella se llevaron a cabo las más bellas hazañas; allí hubo las más bellas realizaciones políticas de entre todas aquellas de que oímos hablar bajo el cielo.” Habiendo oído esto, Solón dijo que se quedaba sorprendido y, lleno de curiosidad, rogó a los sacerdotes le contaran exactamente y por orden toda la historia de sus conciudadanos de otros tiempos. El sacerdote respondió: “No voy a emplear ninguna clase de reticencia, sino que en tu gracia, ¡oh Solón!, en la de vuestra ciudad y más aún en gracia de la diosa que ha protegido, educado e instruido vuestra ciudad y la nuestra, os la voy a contar. De nuestras dos ciudades es más antigua la vuestra en mil años, ya que ella recibió vuestra semilla de Gaia y Hefesto. Esta nuestra es más reciente. Ahora bien: desde que ese país se civilizó han transcurrido, según dicen nuestros escritos sagrados, ocho mil años. Así pues, os voy a descubrir las leyes de vuestros conciudadanos de hace nueve mil años, y de entre sus hechos meritorios os voy a contar el más bello que ellos llevaron a cabo. Para atender al exacto detalle de todo, lo recorreremos seguidamente otra vez, cuando tengamos tiempo disponible para ello, tomando los mismos textos. Ahora bien, comparad en principio vuestras leyes a las de esta ciudad. Numerosas muestras de las que entonces existían entre vosotros las hallaréis aquí aún hoy en día... Numerosas y grandes fueron vuestras hazañas y las de vuestra ciudad: aquí están escritas y causan admiración. Pero, sobre todo, hay uno que aventaja a los otros en grandiosidad y heroísmo. En efecto, nuestros escritos cuentan de qué manera vuestra ciudad aniquiló, hace ya tiempo, un poder insolente que invadía a la vez toda Europa y toda Asia y se lanzaba sobre ellas al fondo del mar Atlántico. “En aquel tiempo, en efecto, era posible atravesar este mar. Había una isla delante de este lugar que llamáis vosotros las Columnas de Hércules. Esta isla era mayor que la Libia y el Asia unidas. Y los viajeros de aquellos tiempos podían pasar de esta isla a las demás islas y desde estas islas podían ganar todo el continente, en la costa opuesta de este mar que merecía realmente su nombre. Pues, en uno de los lados, dentro de este estrecho de que hablamos, parece que no había más que un puerto de boca muy cerrada y que, del otro lado, hacia afuera, existe un verdadero mar y la tierra que lo rodea, a la que se puede llamar realmente un continente, en el sentido propio del término. Ahora bien: en esta isla Atlántida, unos reyes habían formado un imperio grande y maravilloso. Este imperio era señor de la isla entera y también de otras muchas islas y partes del continente. Por lo demás, en la parte vecina a nosotros, poseía la Libia hasta el Egipto y la Europa hasta la Tirrenia. Ahora bien, esa potencia, concentrando una vez más todas sus fuerzas, intentó, en una sola expedición, sojuzgar vuestro país y el nuestro, y todos los que se hallan a esta parte de acá del estrecho. Fue entonces, ¡oh Solón cuando la fuerza de vuestra ciudad hizo brillar a los ojos de todos su heroísmo y su energía. Ella, en efecto, aventajó a todas las demás por su fortaleza de alma y por su espíritu militar. Primero a la cabeza de todos los helenos, sola luego por necesidad, abandonada por los demás, al borde de los peligros máximos, venció a los invasores, se alzó con la victoria, preservó de la esclavitud a los que nunca habían sido esclavos, y sin rencores de ninguna clase, liberó a todos los demás pueblos y a nosotros mismos que habitamos el interior de las Columnas de Hércules. Pero, en el tiempo subsiguiente, hubo terribles temblores de tierra y cataclismos. Durante un día y una noche horribles, todo vuestro ejército fue tragado de golpe por la tierra, y asimismo la isla Atlántida se abismó en el mar y desapareció. He aquí por qué todavía hoy ese mar de allí es difícil e inexplorable, debido a sus fondos limosos y muy bajos que la isla, al hundirse, ha dejado.”
He aquí algunos párrafos del segundo diálogo, relativo a la Atlántida y llamado Critias o La Atlántida. ...Ante todo, recordemos lo esencial. Han transcurrido en total nueve mil años desde que estalló la guerra, según se dice, entre los pueblos que habitaban más allá de las Columnas de Hércules y los que habitaban al interior de las mismas. Esta guerra es lo que hemos de referir ahora desde su comienzo a su fin. De la parte de acá, como hemos dicho, esta ciudad era la que tenía la hegemonía y ella fue quien sostuvo la guerra desde su comienzo a su terminación. Por la otra parte, el mando de la guerra estaba en manos de los reyes de la Atlántida. Esta isla, como hemos ya dicho, era entonces mayor que la Libia y el Asia juntas. Hoy en día, sumergida ya por los temblores de tierra, no queda de ella más que un fondo limoso infranqueable, difícil obstáculo para los navegantes que hacen sus singladuras desde aquí hacia el gran mar. Los numerosos pueblos bárbaros, así como las poblaciones helenas existentes entonces, irán apareciendo sucesivamente a medida que se irá desarrollando el hilo de mi exposición y se los irá encontrando por su orden. Pero los atenienses de entonces y los enemigos a quienes ellos combatieron es menester que os los presente al comienzo ya y que os dé a conocer cuáles eran las fuerzas y la organización política de los unos y los otros. Y de entre esos dos pueblos hemos de esforzarnos primero por hablar del de la parte de acá. ...Hubo diluvios numerosos y terribles en el transcurso de esos nueve mil años —tal es, en efecto, el intervalo de tiempo que separa la época contemporánea de aquellos tiempos—. En el transcurso de un período tan largo y en medio de esos accidentes, la tierra que se deslizaba desde los lugares elevados no dejaba, como en otras partes, sedimentos notables, sino que rodando siempre, acababa de desaparecer en el abismo. Y tal como podemos advertir en las pequeñas islas, nuestra tierra ha venido a ser, en comparación con la que fuera entonces, como el esqueleto de un cuerpo descarnado por la enfermedad. ...Los manuscritos mismos de Solón estaban en casa de mi abuelo; actualmente se hallan todavía en mi casa, y yo los he estudiado mucho en mi juventud. ...He aquí ahora cuál era aproximadamente el comienzo de este largo relato. Según se ha dicho ya anteriormente, al hablar de cómo los dioses habían recurrido a echar a suertes la tierra entre ellos, ellos dividieron toda la tierra en partes, mayores en unas partes, menores en otras. Y ellos instituyeron allí, en su propio honor, cultos y sacrificios. Según esto, Poseidón, habiendo recibido como heredad la isla Atlántida, instaló en cierto lugar de dicha isla los hijos que había engendrado él de una mujer mortal. Cerca del mar, pero a la altura del centro de toda la isla, había una llanura, la más bella según se dice de todas las llanuras y la más fértil. Y cercana a la llanura, distante de su centro como una cincuentena de estadios, había una montaña que tenía en todas sus partes una altura mediana. En esta montaña habitaba entonces un hombre de los que en aquel país habían nacido originariamente de la tierra. Se llamaba Evenor y vivía con una mujer, Leucippa. Tuvieron una hija única, Clito. La muchacha tenía ya la edad núbil cuando murieron sus padres. Poseidón la deseó y se unió a ella. Entonces el dios fortificó y aisló circularmente la altura en que ella vivía. Con este fin, hizo recintos de mar y de tierra, grandes y pequeños, unos en torno a los otros. Hizo dos de tierra, tres de mar y por así decir, los redondeó, comenzando por el centro de la isla, del que esos recintos distaban en todas partes una distancia igual. De esta manera resultaban infranqueables para los hombres, pues en aquel entonces no había aún navíos ni se conocía la navegación. El mismo Poseidón embelleció la isla central, cosa que no le costó nada, siendo como era dios. Hizo brotar de bajo tierra dos fuentes de agua, una caliente y otra fría, e hizo nacer sobre la tierra plantas nutritivas de toda clase en cantidad suficiente.
Allí engendró y educó él cinco generaciones de hijos varones y mellizos. Dividió toda la isla Atlántida en diez partes. Al primogénito de los dos más viejos le asignó la morada de su madre y la parcela de tierra de su contorno, que era la más extensa y la mejor. Lo estableció en calidad de rey sobre todos los demás. A éstos los hizo príncipes vasallos de aquél y a cada uno de ellos le dio autoridad sobre un gran número de hombres y sobre un extenso territorio. Les impuso nombres a todos; el más viejo, el rey, recibió el nombre que sirvió para designar la isla entera y el mar llamado Atlántico, ya que el nombre del primer rey que reinó entonces fue Atlas. Su hermano mellizo, nacido luego de él, obtuvo en heredad la parte extrema de la isla, por la parte de las Columnas de Hércules, frente a la región llamada hoy día Gadírica, según este lugar; se llamaba en griego Eumelos, y en la lengua del país, Gadiros. Y el nombre que se le dio se convirtió en el nombre del país. Luego, de los que nacieron en la segunda generación, llamó a uno Amferes y al otro Evaimon. En la tercera generación el nombre del primogénito fue Mneseas, y el del segundo fue Autóctono. De los de la cuarta generación llamó Elasippo al primero y Mestor al segundo. Y en la quinta, el que nació primero recibió el nombre de Azaes, y el que nació luego el de Diaprepés. Todos estos príncipes y sus descendientes habitaron el país durante numerosas generaciones. Eran también señores de una gran multitud de otras islas en el mar, y además, como ya se ha dicho, reinaban también en las regiones interiores, de la parte de acá de las Columnas de Hércules, hasta Egipto y Tirrenia. De esta forma nació de Atlas una raza numerosa y cargada de honores. Siempre era rey el más viejo y él transmitía su realeza al primogénito de sus lujos. De esta forma conservaron el poder durante numerosas generaciones. Habían adquirido riquezas en tal abundancia, que nunca sin duda antes de ellos ninguna casa real las poseyera semejantes y como ninguna las poseerá probablemente en el futuro. Ellos disponían de todo lo que podía proporcionar la misma ciudad y asimismo el resto del país. Pues si es verdad que les venían de fuera multitud de recursos a causa de su imperio, la mayor parte de los que son necesarios para la vida se los proporcionaba la isla misma. En primer lugar, todos los metales duros o maleables que se pueden extraer de las minas. Primero, aquel del que tan sólo conocemos el nombre, pero del que entonces existía, además del nombre, la sustancia misma, el oricalco. Era extraído de la tierra en diversos lugares de la isla; era, luego del oro, el más precioso de los metales que existían en aquel tiempo. Análogamente, todo lo que el bosque puede dar en materiales adecuados para el trabajo de carpinteros y ebanistas, la isla lo proveía con prodigalidad. Asimismo, ella nutría con abundancia todos los animales domésticos o salvajes. Incluso la especie misma de los elefantes se hallaba allí ampliamente representada. En efecto, no solamente abundaba el pasto para todas las demás especies, las que viven en los lagos, los pantanos y los ríos, las que pacen en las montañas y en las llanuras, sino que rebosaba alimentos para todas, incluso para el elefante, el mayor y el más voraz de los animales. Por lo demás, todas las esencias aromáticas que aún ahora nutre el suelo en cualquier lugar, raíces, brotes y maderas de los árboles, resinas que destilan de las flores o los frutos, las producía entonces la tierra y las hacía prosperar. Daba también los frutos cultivados y las semillas que han sido hechas para alimentarnos y de las que nosotros sacamos las harinas —sus diversas variedades las llamamos nosotros cereales—. Ella producía ese fruto leñoso que nos provee a la vez de bebidas, de alimentos y de perfumes, ese fruto escamoso y de difícil conservación, hecho para instruirnos y para entretenernos, el que nosotros ofrecemos, luego de la comida de la tarde, para disipar la pesadez del estómago y solazar al invitado cansado. Sí, todos esos frutos, la isla, que estaba entonces iluminada por el sol, los daba vigorosos, soberbios, magníficos, en cantidades inagotables. Así, pues, recogiendo en su suelo todas estas riquezas, los habitantes de la Atlántida construyeron los templos, los palacios de los reyes, los puertos, los arsenales, y embellecieron así todo el resto del país en el orden siguiente. Sobre los brazos circulares de mar que rodeaban la antigua ciudad materna construyeron al comienzo puentes y abrieron así un camino hacia el exterior y hacia la morada real. Este palacio de los reyes lo habían levantado desde el comienzo en la misma morada del dios y sus antepasados. Cada soberano recibía el palacio de su antecesor y embellecía a su vez lo que éste había embellecido. Procuraba siempre sobrepasarle en la medida en que podía, hasta el punto de que quien veía el palacio quedaba sobrecogido de sorpresa ante la grandeza y la belleza de la obra. Comenzando por el mar, hicieron un canal de tres plethros de ancho, cien de profundidad y cincuenta estadios de longitud, y lo hicieron llegar hasta el brazo de mar circular más exterior de todos. De esta manera dispusieron una entrada a los navíos venidos de alta mar, como si fuera un puerto. Practicaron en ella una bocana suficiente para que los mayores navíos pudieran también entrar en el canal. Luego, también en los recintos de tierra que separaban los círculos de agua abrieron pasadizos a la altura de los puentes, de tal tipo que sólo pudiera pasar de un círculo a otro un sólo trirreme, y techaron estos pasadizos, de manera que la navegación era subterránea, pues los parapetos de los círculos de tierra se elevaban suficientemente por encima del mar. El mayor de los recintos de agua, aquel en que penetraba el mar, tenía tres estadios de ancho, y el recinto de tierra que le seguía tenía una anchura igual. En el segundo círculo, la cinta de agua tenía dos estadios de ancho y la de tierra tenía aún una anchura igual a ésta. Pero la cinta de agua que rodeaba inmediatamente a la isla central no tenía más que un estadio de anchura. La isla, en la que se hallaba el palacio de los reyes, tenía un diámetro de cinco estadios. Ahora bien, la isla, los recintos y el puente -que tenía una anchura de un plethro— los rodearon totalmente con un muro circular de piedra. Pusieron torres y puertas sobre los puentes, en todos los lugares por donde pasaba el mar. Sacaron la piedra necesaria de debajo la periferia de la isla central y de debajo de los recintos, tanto al exterior como al interior. Había piedra blanca, negra y roja. Y al mismo tiempo que extraían la piedra, vaciaron dentro de la isla dos dársenas para navíos, con la misma roca como techumbre. Entre las construcciones, unas eran enteramente simples, en otras entremezclaron las diversas clases de piedra y variaron los colores para agradar a la vista, y les dieron así una apariencia naturalmente atractiva. El muro que rodeaba el recinto más exterior lo revistieron de cobre en todo su perímetro circular, como si hubiera sido untado con alguna pintura. Recubrieron de estaño fundido el recinto interior, y el que rodeaba a la misma Acrópolis lo cubrieron de oricalco, que tenía reflejos de fuego. El palacio real, situado dentro de la Acrópolis, tenía la disposición siguiente. En medio de la Acrópolis se levantaba el templo consagrado en este mismo sitio a Clito y Poseidón. Estaba prohibido el acceso a él y estaba rodeado de una cerca de oro. Allí era donde Poseidón y Clito, al comienzo, habían concebido y dado a luz la raza de los diez jefes de las dinastías reales. Allí se acudía, cada año, desde las diez provincias del país, a ofrecer a cada uno de los dioses los sacrificios propios de la estación. El santuario mismo de Poseidón tenía un estadio de longitud, tres plethros de ancho y una altura proporcionada. Su apariencia tenía algo de bárbaro. Ellos habían revestido de plata todo el exterior del santuario, excepto las aristas de la viga maestra: estas aristas eran de oro. En el interior estaba todo cubierto de marfil y adornado en todas partes de oro, plata y oricalco. Todo lo demás, los muros, las columnas y el pavimento, lo adornaron con oricalco. Colocaron allí estatuas de oro, el dios en pie sobre su carro enganchado a seis caballos alados, y era tan grande que la punta de su cabeza tocaba el techo. En círculo, en torno a él, cien Nereidas sobre delfines —ése era el número de las Nereidas, según se creía entonces—. También había en el interior gran número de estatuas ofrecidas por particulares. En torno al santuario, por la parte exterior, se levantaban, en oro, las efigies de todas las mujeres de los diez reyes y de todos los descendientes que habían engendrado, y asimismo otras numerosas estatuas votivas de reyes y particulares, originarias de la misma ciudad o de los países de fuera sobre los que ella extendía su soberanía. Por sus dimensiones y por su trabajo, el altar estaba a la altura de este esplendor, y el palacio real no desdecía de la grandeza del imperio y de la riqueza del ornato del santuario. Por lo que respecta a las fuentes, la de agua fría y la de agua caliente, las dos de una abundancia generosa y maravillosamente adecuadas al uso por lo agradable y por las virtudes de sus aguas, las utilizaban, disponiendo en torno a ellas construcciones y plantaciones adecuadas a la naturaleza misma de las aguas. En todo su derredor instalaron estanques o piscinas, unos al aire libre y otros cubiertos, destinados éstos a los baños calientes en invierno; existían separadamente los baños reales y los de los particulares, otros para las mujeres, para los caballos y las demás bestias de carga, y cada uno poseía una decoración adecuada. El agua que procedía de aquí la condujeron al bosque sagrado de Poseidón. Este bosque, gracias a la calidad de la tierra, tenía árboles de todas las especies, de una belleza y una altura divinas. Desde ahí hicieron derivar el agua hacia los recintos de mar exteriores, por medio de canalizaciones instaladas siguiendo lo largo de los puentes. Por esta parte se habían edificado numerosos templos dedicados a muchos dioses, gran número de jardines y gran número de gimnasios para los hombres y de picaderos para los caballos. Estos últimos se habían construido aparte en las islas anulares, formadas por cada uno de los recintos. Además, hacia el centro de la isla mayor habían reservado un picadero para las carreras de caballos; tenía un estadio de ancho y suficiente longitud para permitir a los caballos que, en la carrera, recorrieran el circuito completo del recinto. En todo el perímetro, de un extremo al otro, había cuarteles para casi todo el efectivo de la guardia del príncipe. Los cuerpos de tropa más seguros estaban acuartelados en el recinto más pequeño, el más próximo a la Acrópolis. Y aún para los que se señalaban entre todos por su fidelidad, se les habían dispuesto alojamientos en el interior mismo de la Acrópolis, cerca del palacio real. Los arsenales estaban llenos de trirremes y poseían todos los aparejos necesarios para armarlos; todo estaba estibado en un orden perfecto. Así estaba todo dispuesto en torno a la morada real. Al atravesar los puertos exteriores, en número de tres, había una muralla circular que comenzaba en el mar y distaba constantemente cincuenta estadios del recinto más extenso. Esta muralla acababa por cerrarse sobre sí misma en la garganta del canal que se abría por el lado del mar. Estaba totalmente cubierta de casas en gran número y apretadas unas contra otras. El canal y el puerto principal rebosaban de barcos y mercaderes venidos de todas partes. La muchedumbre producía allí, de día y de noche, un continuo alboroto de voces, un tumulto incesante y diverso. Sobre la ciudad y sobre la antigua morada de los reyes, lo que acabamos de contar es prácticamente todo lo que la tradición nos conserva. Vamos a intentar ahora recordar cuál era la disposición del resto del país y de qué manera estaba organizado. En primer lugar, todo el territorio estaba levantado según se dice, y se erguía junto al mar cortado a pico. Pero, en cambio, todo el terreno en torno a la ciudad era llano. Esta llanura rodeaba la ciudad y ella misma a su vez estaba cercada de montañas que se prolongaban hasta el mar. Era plana, de nivel uniforme, oblonga en su conjunto; medía, desde el mar que se hallaba abajo, tres mil estadios en los lados y dos mil en el centro. Esta región, en toda la isla, estaba orientada de cara al Sur, al abrigo de los vientos del Norte. Muy alabadas eran las montañas que la cercaban, las cuales en número, en grandeza y en belleza aventajaban a todas las que existen actualmente. En estas montañas había numerosas villas muy pobladas, ríos, lagos, praderas capaces de alimentar a gran número de animales salvajes o domésticos, bosques en tal cantidad y sustancias tan diversas que proporcionaban abundantemente materiales propios para todos los trabajos posibles. Ahora bien, esta llanura, por acción conjunta y simultánea de la Naturaleza y de las obras que realizaran en ella muchos-reyes, durante un período muy largo, había sido dispuesta de la manera siguiente. He dicho ya que tenía la forma de un cuadrilátero, de lados casi rectilíneos y alargado. En los puntos en que los lados se apartaban de la línea recta se había corregido esta irregularidad cavando el foso continuo que rodeaba a la llanura. En cuanto a la profundidad, anchura y desarrollo de este foso, resulta difícil de creer lo que se dice y que una obra hecha por manos de hombres haya podido tener, comparada con otros trabajos del mismo tipo, las dimensiones de aquélla. No obstante, hemos de repetir lo que hemos oído contar.



 El foso fue excavado a un plethro de profundidad: su anchura era en todas partes de un estadio, y puesto que había sido excavado en torno a toda la llanura, su longitud era de diez mil estadios. Recibía las corrientes de agua que descendían de las montañas, daba la vuelta a la llanura, volvía por una y otra parte a la ciudad y allí iba a vaciarse al mar. Desde la parte alta de este foso, unos canales rectilíneos, de una longitud aproximada de cien pies, cortados en la llanura, iban luego a unirse al foso, cerca ya del mar. Cada uno de ellos distaba de los otros cien estadios. Para el acarreo a la ciudad de la madera de las montañas y para transportar por barca los demás productos de la tierra, se habían excavado, a partir de esos canales, otras derivaciones navegables, en direcciones oblicuas entre sí y respecto de la ciudad. Hay que hacer notar que los habitantes cosechaban dos veces al año los productos de la tierra; en invierno utilizaban las aguas del cielo; en verano, las que daba la tierra dirigiendo sus corrientes fuera de los canales. Respecto de los hombres de la llanura buenos para la guerra y sobre el número en que se tenían éstos, hay que decir esto: se había determinado que cada distrito proporcionaría un jefe de destacamento. El tamaño del distrito era de diez estadios por diez, y en total había seis miríadas de ellos. En cuanto a los habitantes de las montañas y del resto del país, sumaban, según se decía, un número inmenso, y todos, según los emplazamientos y los poblados, habían sido repartidos entre los distritos y puestos bajo el mando de sus jefes. Estaba mandado que cada jefe de destacamento proporcionaría para la guerra una sexta parte de carros de combate, hasta reunir diez mil carros, dos caballos y sus caballeros, además de un tiro de dos caballos, sin carro, junto con un combatiente llevado, armado de un pequeño escudo, y el combatiente montado encargado de gobernar a los dos caballos, dos hoplitas, dos arqueros, dos honderos, tres infantes ligeros armados de ballestas, otros tres armados de dardos y, finalmente, cuatro marinos para formar en total la dotación de mil doscientos navíos. Esa era la organización militar de la ciudad real. En cuanto a las otras nueve provincias, cada una tenía su propia organización militar y sería necesario un tiempo demasiado largo para explicarlas. En cuanto a la autoridad y los cargos públicos, se organizaron desde el comienzo de la siguiente manera. De los diez reyes, cada uno ejercía el poder en la parte que le tocaba por herencia, y dentro de su ciudad, gobernaba a los ciudadanos, hacía la mayoría de las leyes y podía castigar y condenar a muerte a quien quería. Pero la autoridad de unos reyes sobre los otros y sus mutuas relaciones estaban reguladas según los decretos de Poseidón. La tradición se los imponía, así como una inscripción grabada por los primeros reyes sobre una columna de oricalco, que se hallaba en el centro de la isla, en el templo de Poseidón. Allí se reunían los reyes periódicamente, unas veces cada cinco años, otras veces cada seis, haciendo alternar regularmente los años pares y los años impares. En estas reuniones deliberaban sobre los negocios comunes y decidían si alguno de ellos había cometido alguna infracción de sus deberes y lo juzgaban. Cuando habían de aplicar la justicia, primero se juraban fidelidad mutua de la manera que sigue. Se soltaban toros en el recinto sagrado de Poseidón. Los diez reyes, dejados a solas, luego de haber rogado al dios que les hiciera capturar la víctima que le habla de ser agradable, se ponían a cazar, sin armas de hierro, solamente con venablos de madera y con cuerdas. Al toro que cogían lo llevaban a la columna y lo degollaban en su vértice, como estaba prescrito. Sobre la columna, además de las leyes, estaba grabado el texto de un juramento que profería los peores y más terribles anatemas contra el que lo violara. Así, pues, luego de haber realizado el sacrificio de conformidad con sus leyes y de haber consagrado todas las partes del toro, llenaban de sangre una crátera y rociaban con un cuajaron de esta sangre a cada uno de ellos. El resto lo echaban al fuego, luego de haber hecho purificaciones en torno a toda la columna. Inmediatamente, sacando sangre de la crátera con copas de oro, y derramándola en el fuego, juraban juzgar de conformidad con las leyes escritas en la columna, de castigar a quien las hubiera violado anteriormente, de no quebrantar en el futuro conscientemente ninguna de las fórmulas de la inscripción y de no mandar ni obedecer más que de acuerdo con las leyes de su padre. Todos tomaban este compromiso para sí y para toda su descendencia. Luego cada uno bebía la sangre y depositaba la copa, como un exvoto, en el santuario del dios. Después de lo cual cenaban y se entregaban a otras ocupaciones necesarias. Cuando llegaba la oscuridad y se había ya enfriado el fuego de los sacrificios, se vestían todos con unas túnicas muy bellas de azul oscuro y se sentaban en tierra, en las cenizas de su sacrificio sagrado. Entonces, por la noche, luego de haber apagado todas las luces en torno al santuario, juzgaban y eran juzgados, si alguno de entre ellos acusaba a otro de haber delinquido en algo. Hecha justicia, grababan las sentencias, al llegar el día, sobre una tablilla de oro, que ellos consagraban como recuerdo, lo mismo que sus ropas. Por lo demás, había otras muchas leyes especiales sobre las atribuciones propias de cada uno de los reyes. Las más notables eran: no tomar las armas unos contra otros; socorrerse todos entre sí, si uno de ellos había intentado expulsar en una ciudad cualquiera una de las razas reales; deliberar en común como sus antepasados; cambiar sus consejos en cuestiones de guerra y otros negocios, orientándose mutuamente, dejando siempre la hegemonía de la raza de Atlas. Un rey no podía dar muerte a ninguno de los de su raza, si éste no era el parecer de más de la mitad de los diez reyes. Ahora bien: el poder que existía entonces en aquel país, con su inmensa calidad y su grandeza, el dios lo dirigió contra nuestras regiones, por lo que se cuenta, y por alguna razón del tipo de la que vamos a dar aquí. Durante numerosas generaciones y en la medida en que estuvo sobre ellos la naturaleza del dios dominándolo todo, los reyes atendieron a las leyes y permanecieron ligados al principio divino, con el que estaban emparentados. Sus pensamientos eran verdaderos y grandes en todo, ellos hacían uso de la bondad y también del juicio y sensatez en los acontecimientos que se presentaban y eso unos respecto de otros. Por eso, despegados de todo aquello que no fuera la virtud, hacían ellos poco caso de sus bienes, llevaban como una carga el peso de su oro y de sus demás riquezas, sin dejarse embriagar por el exceso de su fortuna, no perdían el dominio de sí mismos y caminaban con rectitud. Con una clarividencia aguda y lúcida, veían ellos que todas esas ventajas se ven aumentadas con el mutuo afecto unido a la virtud y que, por el contrario, el afán excesivo de estos bienes y la estima que se tiene de ellos hacen perder esos mismos bienes, y que la virtud muere asimismo con ellos. De acuerdo con estos razonamientos y gracias a la constante presencia entre ellos del principio divino, no dejaban de aumentar en provecho de ellos todos estos bienes que hemos ya enumerado. Pero cuando comenzó a disminuir en ellos ese principio divino, .como consecuencia del cruce repetido con numerosos elementos mortales, es decir, cuando comenzó a dominar en ellos el carácter humano, entonces, in capaces ya de soportar su prosperidad presente, cayeron en la indecencia. Se mostraron repugnantes a los hombres clarividentes, porque habían dejado perder los más bellos de entre los bienes más estimables. Por el contrario, para quien no es capaz de discernir bien qué clase de vida contribuye verdaderamente a la felicidad, fue entonces precisamente cuando parecieron ser realmente bellos y dichosos, poseídos como estaban de una avidez injusta y de un poder sin límites. Y el dios de los dioses, Zeus, que reina con las leyes y que, ciertamente, tenía poder para conocer todos estos hechos, comprendió qué disposiciones y actitudes despreciables tomaba esa raza, que había tenido un carácter primitivo tan excelente. Y quiso aplicar un castigo, para hacerles reflexionar y llevarlos a una mayor moderación. Con este fin, reunió él a todos los dioses en su mansión más noble y bella: ésta se halla situada en el centro del Universo y puede ver desde lo alto todo aquello que participa del devenir. Y habiéndolos reunido, les dijo... No existen pruebas de que Platón terminara el segundo diálogo sobre la Atlántida ni de que escribiera un tercero, sobre el mismo tema, puesto que probablemente lo habría anunciado, y si lo escribió, se ha perdido. El poema Atlantikos, atribuido a Solón, ha desaparecido también, en el discurrir de los siglos. La versión platónica recibió pláceres y críticas desde el mismo momento en que la escribió. Algunos estudiosos sostienen que después de la visita de Solón, el propio Platón viajó a Egipto y corroboró personalmente la información, lo mismo que Krantor, uno de sus discípulos. Afirman también que todos ellos pudieron “ver la prueba”. En todo caso, esta obra de Platón ha tenido considerable influencia en el pensamiento del hombre a lo largo de los siglos y la tiene todavía hoy. Algunos críticos de la teoría de la Atlántida han sugerido que la isla-continente es recordada gracias, únicamente, a las referencias de Platón. Sin embargo, considerando el creciente interés por el tema a lo largo de los siglos, ¿no puede ser que haya ocurrido exactamente lo contrario, al menos en la concepción popular? Aristóteles (384-322 a.C), que fue discípulo de Platón, aparece como uno de los primeros escépticos frente a la teoría de la Atlántida, aunque él mismo escribió acerca de una gran isla situada en el Atlántico, que los cartagineses llamaban Antilia. Krantor (siglo IV a.C.), seguidor de Platón, escribió que él también había visto las columnas en las que se conservaba la historia de la Atlántida según la había relatado Platón. Otros escritores de la Antigüedad describieron un continente que existía en el Atlántico y al que algunas veces llamaron Poseidonis, por Poseidón, dios del mar y señor de la Atlántida. Plutarco (46-120 d.C.) describió un continente llamado Saturnia y una isla llamada Olygia, que se hallaban a unos cinco días de navegación hacia el Occidente de Gran Bretaña. Hornero también menciona el nombre de Olygia como el de la isla donde habitaba la ninfa Calipso. Marcelino (330-395 d.C.), un historiador romano que escribió que la intelectualidad de Alejandría consideraba la destrucción de la Atlántida como un hecho histórico, describió cierto tipo de terremotos “que, repentinamente, en medio de una violenta conmoción abrieron grandes bocas por las que desaparecieron ciertas partes de la tierra. Así ocurrió en el océano Atlántico, en la costa europea, donde una gran isla quedó sumergida ...” Proclo (410-485 d.C.), miembro de la escuela neo-platónica, afirmaba que no lejos del oeste de Europa, había algunas islas cuyos habitantes conservaban todavía el recuerdo de una gran isla que en una época los dominó y que luego fue tragada por el mar. Comentando la teoría de Platón escribió: ...Es evidente que una isla tan grande como aquélla existió, según lo dicho por algunos historiadores acerca del mar exterior. Según ellos, en dicho mar existían siete islas consagradas a Persépona y otras tres de gran tamaño, una de las cuales fue consagrada a Pluto, otra a Amón y otra a Poseidón. 



Esta última tenía una extensión de mil estadios. Dicen también que los habitantes de esta isla consagrada a Poseidón conservan la memoria de sus antecesores y de la isla atlántica que existió allí y que era realmente maravillosa y que había dominado durante siglos todas las islas del océano Atlántico. También fue consagrada a Poseidón... En La Odisea, Homero (siglo VIII a.C.) pone estas palabras en boca de la diosa Atenea: “Nuestro padre, hijo de Cronos, preclaro gobernante... mi corazón está destrozado por el sabio Odiseo, hombre desgraciado, que abandonó hace tanto tiempo a sus amigos y que vive tristemente en una isla situada en el centro mismo del mar. En esta isla boscosa habita una diosa, hija del habilidoso Atlas, que conoce la profundidad de cada mar y conserva los altos pilares que separan el cielo de la tierra...” La referencia a Atlas y Crónos resulta especialmente interesante, en relación a la “isla situada en el centro mismo del mar”. Hornero sigue hablando del barco de Odiseo que alcanzó “el límite del mundo. Allí se hallan los territorios y la ciudad de los Kimerioi, envuelta en brumas y nubes...” En La Odisea, el poeta griego hace referencia a Esqueria, una isla situada muy lejos, en el océano, donde los feacios, “viven aparte, muy lejos, sobre la inconmensurable profundidad y en medio de las olas —los más remotos entre los hombres...”. También describe la ciudad de Alanco, atribuyéndole una profusión de riqueza y magnificencia que recuerda la descripción platónica de la Atlántida. Aunque los nombres son distintos, esta poderosa isla de Esqueria es otro indicio del recuerdo de una isla-continente situada más allá de las Columnas de Hércules, en el océano occidental. Puesto que, según Platón, su información básica acerca de la Atlántida provenía de fuentes egipcias, cabe imaginar que otros documentos, en forma de papiros, deberían hacer referencia también a la isla sumergida. En este sentido se han interpretado algunas alusiones que aparecen en documentos antiguos. Por ejemplo, cuando se habla del “reino de los dioses”, miles de años antes de las primeras dinastías egipcias. Además, el sacerdote e historiador Manetho nos ilustra sobre la época aproximada en que los egipcios cambiaron su calendario y coincide con el mismo período en que según Platón se habría producido el hundimiento de la Atlántida, hace 11.500 años. Se cree que en el museo de San Petersburgo existían, antes de la revolución rusa, otros documentos egipcios “perdidos”. Se dice que existía un documento particularmente misterioso en el que se relataba una expedición que había enviado un faraón de la segunda dinastía a investigar lo que había ocurrido con la Atlántida y a descubrir si quedaban restos de ella. Se afirmaba que había regresado al cabo de cinco años, sin haber cumplido su misión, cosa que resulta comprensible. Hay también documentos egipcios que hablan de invasiones de “pueblos del mar” que llegaron “desde los confines del mundo”, ilustrados con pinturas murales monumentales que todavía pueden verse en Medinet-El Fayum. Aunque la mayoría de los pergaminos egipcios debieron resultar quemados en la destrucción de la biblioteca de Alejandría, es posible que existan otros documentos escritos, enterrados en alguna tumba todavía no descubierta y que se mantengan en buen estado de conservación, gracias al clima seco que reina en Egipto.
El historiador griego Heródoto (siglo V a.C.) nos ha dejado referencias diversas respecto a un nombre similar al de Atlántida y a una ciudad misteriosa situada en el océano Atlántico que algunos han considerado como una colonia de la Atlántida o incluso como la Atlántida misma: “Los primeros griegos que realizaron largos viajes —escribe Heródoto—, estaban familiarizados con Iberia (España) y con una ciudad llamada Tartesos, “... más allá de las Columnas de Hércules...” a la vuelta de la cual los primeros comerciantes “obtuvieron un beneficio mayor que el conseguido por griego alguno antes...” (Esto último tiene un tono curiosamente moderno, relacionando los milenios de la remota antigüedad con las flotas mercantes de Niarcos y Onassis.) En otro pasaje de sus obras, Heródoto habla de una tribu llamada Atarantes y también de otra, los Atlantes, “... que toman su nombre de una montaña llamada Atlas, muy puntiaguda y redonda, tan soberbia, además, que, según se dice, la cumbre nunca puede verse, porque las nubes jamás la abandonan, ni en verano ni en invierno...”. Heródoto se sentía interesado tanto en la historia antigua como contemporánea y creía que el Atlántico había penetrado en la cuenca mediterránea como consecuencia de un terremoto que había hecho desaparecer el istmo que era entonces el estrecho de Gibraltar. Luego de hallar fósiles de conchas marinas en las colinas de Egipto también especuló acerca de la posibilidad de que parte de la tierra que en otro tiempo había sido tierra firme hubiera acabado en el mar y, a la inversa, algunos territorios hubieran emergido de las profundidades oceánicas. En Las Guerras del Peloponeso Tucídides (460-400 a.C.), refiriéndose a los terremotos escribió: ... En Orobiari, Eubea, al retirarse el mar de lo que era entonces la línea de la costa y levantarse formando una enorme ala, cubrió una parte de la ciudad y luego se retiró en algunos lugares. Pero en otros la inundación fue permanente y lo que antes era tierra hoy es mar. La gente que no pudo escapar a las tierras altas, pereció. En los alrededores de Atalante, una isla de la costa de Opuntian Locri, se produjo una inundación similar... El historiador griego Timágenes, (siglo I a.C.) comentando acerca de los pobladores de la antigua Galia, pensaba que provenían de una tierra remota en el medio del océano. 



 Un manuscrito llamado Acerca del Mundo, atribuido a Aristóteles, nos da la siguiente evidencia de que entonces se creía en la existencia de otros continentes: ...Pero hay probablemente muchos otros continentes, que están separados del nuestro por el mar, el cual debemos cruzar para llegar hasta ellos. Algunos son grandes y otros más pequeños, pero todos nos resultan invisibles, salvo el nuestro. Porque todas las islas se relacionan con nuestro mar, de la misma forma en que el mundo habitado tiene relación con el Atlántico y muchos otros continentes con el océano todo, porque son islas rodeadas por el mar... El siguiente escrito de Apolodoro (siglo II a.C.), en La Biblioteca contiene una desusada referencia a las Pléyades: ...Atlas y Pleyone, hija de Océano, tuvieron 7 hijas llamadas Pléyades, que nacieron en Arcadia: Alcione, Celena, Electra, Esterope, Taigeta y Maya..., y Poseidón tuvo relaciones sexuales con dos de ellas, primero con Celena, que engendró a Lykos, a quien Poseidón hizo vivir en las islas de Blest, y luego con Alcione... Al referirse a las islas de Blest, en el Atlántico, Plutarco habla de brisas suaves, tenues rocíos y habitantes “que pueden gozar de todas las cosas sin perturbaciones ni trabajos”. Las estaciones son “templadas” y las transiciones “tan moderadas” que se cree firmemente, incluso entre los bárbaros, que éste es el lugar de los bienaventurados y éstos son los Campos Elíseos celebrados por Hornero... Diodoro Siculo (el siciliano, siglo I a.C.) describe con bastante detalle la guerra entre las Amazonas y un pueblo llamado atlantioi. En este caso, las Amazonas provenían de una isla de Occidente llamada Héspera, que sitúa en el pantano de Tritonis “cerca del océano que rodea la tierra” y de la montaña “llamada Atlas por los griegos...” Dice además: “...Se cuenta también la historia de que el pantano Tritonis desapareció durante un terremoto, cuando algunas partes de él que se extendían hacia el océano quedaron divididas en dos...” Diodoro cita además el mito de los atlantioi: ...El reino estaba dividido entre los hijos de Urano, entre los cuales Atlas y Cronos eran los más renombrados. Atlas recibió las regiones de la costa del océano y no sólo dio el nombre de atlantioi a sus pueblos, sino que llamó Atlas a la montaña más grande de la región. Se dice también que perfeccionó la ciencia de la astrología y fue el primero en dar a conocer a la Humanidad la doctrina de la esfera y fue por esta razón por la que se pensó que los cielos todos se apoyaban en las espaldas de Atlas...




Diodoro habla de las hijas de Atlas y Apolodoro y dice que, “...yacieron con los más famosos héroes y dioses y se convirtieron así en los primeros antepasados de la mayor parte de la raza... Estas hijas se distinguían también por su castidad y después de su muerte merecieron honores inmortales entre los hombres, quienes les dieron un trono en los cielos y las llamaron Pléyades...” Además ofrece una amable descripción de la isla atlántica: ...Porque frente a Libia, muy lejos, hay una isla de gran tamaño, y como se encuentra en el océano, está a una distancia de varios días de navegación de Libia, hacia Occidente. Su tierra es fértil, montañosa en gran parte y en otra no pequeña, llana y de gran belleza. A través de ella fluyen ríos navegables que son utilizados para la irrigación y encierra muchos lugares plantados con árboles de todas las variedades e innumerables jardines atravesados por arroyos de agua dulce; hay en ella también villas privadas muy costosas y en medio de los jardines, rodeadas de flores, se han construido casas de banquetes en las que los habitantes pasan el tiempo de verano... Hay también excelente caza, de toda clase de animales y bestias salvajes... Y hablando en términos generales, el clima de la isla es tan suave que produce en abundancia frutos de los árboles y otros propios de las distintas estaciones del año, de manera que parecería que la isla, debido a su felicidad excepcional, es residencia de dioses y no de hombres... Teopompo (siglo IV a.C.) relata una conversación entre el rey Midas y un hombre llamado Sueños, en que se describe un gran continente poblado por tribus guerreras, una de las cuales había intentado conquistar el “mundo civilizado”. (El valor comparativo de esta fuente disminuye un tanto por el hecho de que Silenos era un sátiro a quien el rey Midas capturó, emborrachándolo con vino griego.) Tertuliano (160-240 d.C.) se refiere al hundimiento de la Atlántida al discutir los cambios ocurridos en la Tierra, “... que, incluso ahora, ...está sufriendo transformaciones locales, ...cuando entre sus islas no está ya Délos ...Samos es un montón de arena, ...cuando, en el Atlántico, se busca en vano la isla que era igual en tamaño a Libia o Asia, cuando ...el costado de Italia, cortado en medio por el choque estremecedor de los mares Asiático y Tirreno, deja a Sicilia como sus reliquias...” La referencia a la apertura de los estrechos de Sicilia es comentada también por Filón el Judío (20 a.C.-40 d.C.) quien escribe: Considérese cuántos territorios del continente han sido cubiertos por las aguas, no sólo los que se hallaban cerca de la costa, sino también los que se encontraban en el interior, y piénsese en la gran porción que se ha convertido en mar y ahora es surcada por innumerables barcos. ¿Quién no conoce el más sagrado estrecho siciliano, que en épocas antiguas unía Sicilia al continente de Italia?
Luego cita tres ciudades griegas que yacen en el fondo del mar: Aigara, Boura y Helike (Helike es ahora buscada mediante modernos métodos arqueológicos cerca de la actual ciudad de Corinto) y concluye con una referencia a, “la isla de Atlantes que, como decía Platón... fue lanzada al fondo del mar en un día y una noche, como consecuencia de un terremoto y una inundación extraordinarios”. Arnobio el Africano (siglo III d.C.), un miembro de la primitiva comunidad cristiana, se queja de que ellos eran culpados de todo y pregunta: ¿Fuimos acaso nosotros culpables de que hace diez mil años escaparan una gran cantidad de hombres de la isla llamada Atlántida o Neptuno, como nos dice Platón, y arruinaran y eliminaran a innumerables tribus? Aeliano (Claudius Aelianus, siglo III d.C.) un escritor clásico, hace una alusión muy desusada a la Atlántida en su obra La Naturaleza de los Animales. Al hablar de los “carneros del mar” (que al parecer eran focas) dice que, “...invernan en los alrededores del estrecho que separa Córcega de Cerdeña... el carnero macho tiene alrededor de la frente una cinta blanca. Se diría que se asemeja a la diadema de Lisímaco o Antígono o de algún otro rey macedonio. Los habitantes de las costas del océano dicen que en épocas anteriores los reyes de la Atlántida, que descendían de Poseidón, utilizaban en sus cabezas, como signo de poder, la banda blanca de los carneros machos, y que sus esposas, las reinas, utilizaban como signo de poder las bandas blancas de los carneros hembras...” Esta cita de Aeliano, que ha llegado hasta nosotros a través de los siglos, no como descripción de la Atlántida sino como una nota casual acerca de los adornos usados en la cabeza por los reyes de los atlantes, presta cierto crédito a la creencia, generalmente aceptada en la época clásica, de la existencia de la Atlántida en un período anterior. ¿Qué puede uno inferir de estas y otras alusiones de los autores clásicos? Algunas parecen contradictorias entre sí pese a que los nombres y la forma de escribirlos cambien, parecen existir ciertos puntos comunes. En el antiguo mundo mediterráneo se creía que existían tierras firmen o tal vez un continente en el Atlántico, y se conservaban ciertos recuerdos algo confusos respecto a los contactos que se habían mantenido con ellos y también sobre las hostilidades por parte de fuerzas expedicionarias procedentes de esas tierras. También existía la tradición de que cierto territorio o territorios se habían hundido en el océano. Otro cristiano de la Antigüedad, Cosmas Indico-pleustes (siglo VI d.C.) parece anticipar en varios siglos la pretensión de los rusos de que “nosotros lo inventamos primero” cuando dice que Platón, “expresó puntos de vista similares a los nuestros, con ciertas modificaciones ... Menciona las diez generaciones y también la tierra sumergida en el océano. Y en una palabra, es evidente que todos tomaron sus ideas de Moisés y repitieron sus palabras como si fueran propias...” Aparentemente, Cosmas pensaba en las referencias bíblicas a las generaciones anteriores a la gran inundación que destruyó el pueblo de la tierra debido a su maldad. Pero la referencia bíblica a una inundación es sólo una pequeña parte de una leyenda común a los pueblos de todo el mundo, con excepción de la Polinesia. Desde la óptica de un investigador moderno, entonces, la evidencia escrita no es concluyente. Pero, ¿acaso alguna vez lo es? Debemos recordar que los antiguos no escribían para los investigadores modernos y que, como individuos de una época anterior a los bancos de datos, los microfilmes e incluso la imprenta, tenían una actitud completamente diferente acerca de la información y usaban a los dioses y los mitos como marco de referencia para sus obras.
 Fuente 20minutos.es