EL ZTIPE O ZIPE
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Dicen que por los lugares mas oscuros de Huixtla se puede uno encontrar con el tzipe, los que lo ha visto cuentan que es un niño muy moreno, con los pies al revés. Dicen que es negrito porque se alimenta de carbón que roba de los hornos de pan, y que le gusta hacer travesuras a los animales y a las personas.
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Cuenta un ciudadano huixtleco que hace muchos años vivía cerca del panteón de Huixtla al oriente de la ciudad que para llegar a su casa tenia que pasar por un paraje de muchos árboles frutales conocido como El Chichal, narra que un día se le hizo muy noche para llegar a su domicilio, el siempre andaba en bicicleta, en ese entonces utilizaba una tipo turismo de diablos en la llanta trasera para llevar una persona mas.
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Eran cerca de las once de la noche cuando llegó al oscuro paraje, el se detuvo para agarrar valor y cruzar el chichal, pues se rumoraba que en ese lugar espantaban, era una cuadra completa sin casas y ni una sola luz que iluminara la calle, decidido inicio el trayecto, iba a media cuadra cuando sintió que su bicicleta se hacia mas lenta al caminar, de pronto alguien iba parado en los diablos de su vehiculo y que se apoyaba con las manos en sus hombros. Temeroso muy lentamente volvió la cabeza para ver quien era su pasajero.
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Su cuerpo se le enfrió, sus piernas no le respondían, solo vio unos ojos enormes y una hilera de dientes blancos que brillaban al sonreír. ¡¡El tzipe iba de pasajero!!.
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Armándose de valor, como pudo llegó al otro extremo del chichal, al encontrar la primera casa sintió que su paso se aligeraba, al volver nuevamente la vista, nadie viajaba con el. Pero su corazón palpitaba aceleradamente. Desde entonces llegaba mas temprano a su hogar, ya que no quería volverse a encontrar con el zipe o el negrito come carbón como otros lo conocen.
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Sus travesuras consisten principalmente en hacerse perseguir por la gente sin poder ser alcanzado. Se cuenta que si alguien lograba atraparlo y amarrarlo, de un momento a otro desaparecía con la rapidez de un relámpago o se convertía en un puñado de basura, que la gente burlada quemaba con la esperanza de ahuyentarlo.
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El zipe gusta de jugar con niños, comer carbón y relacionarse amistosamente con jovencitas a quienes despierta arrojándoles trozos pequeños de palo o piedritas para no dañarlas. Una jovencita que sea amiga del zipe se reconoce fácilmente porque termina pronto con sus labores, ya que él le ayuda.
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Si la noche es joven, hay buena luna y niños jugando en la calle, es probable que el zipe aparezca.
LEYENDA DE LA REGION DEL SOCONUSCO,CHIAPAS,MEXICO
FUENTE