Para himel Sarker, la experiencia más inexplicable que ha vivido tuvo lugar en casa de sus abuelos. “Mi primo y yo íbamos a menudo en bicicleta a cenar a un restaurante de comida china rico y muy barato. A mi abuela siempre le parecía bien que cenáramos allí, así que una tarde, como siempre, decidimos acercarnos. Mi abuela no tuvo problema.Sin embargo, una hora antes de salir, se acercó a nosotros y muy seria nos dijo que no fuéramos. Dijo que tenía un mal presentimiento”, contaba.
A pesar de ello, a los chicos les apetecía ir, así que intentaron convencer a su abuela de que estuviese tranquila. Revisaron las noticias por si había pasado algo en la localidad… y nada. Ni accidentes, ni disturbios, ningún crimen en la zona… no había nada que indicase que pudiesen correr más peligro que otro día.
La abuela insistió tanto que decidieron no salir de casa, aunque no creían que nada fuera a pasarles
“A pesar de eso, ella se acaloró tanto e insistió tanto que decidimos quedarnos, a regañadientes, para evitar darle un disgusto”. Los muchachos cenaron en casa viendo la tele en lugar de salir y, para su sorpresa las noticias abrieron con una explosión de gas en el restaurante chino. El local quedó arrasado y las personas que estaban dentro murieron. “No sé qué sensación fue la que tuvo mi abuela, pero nos salvó la vida
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